Diseño de portada: Amancay Amadé González
El 20 de Agosto de 1940, León Trotsky fue asesinado por un sicario estalinista.
La historia de este gran revolucionario ruso, su intrincada vida, tiene tantos episodios dramáticos que uno solo de ellos podría bastar para llenar la biografía de un personaje destacado. Cada uno de los momentos más importantes estuvo vinculado a alguno de los principales acontecimientos de las primeras décadas del siglo XX.
Por supuesto, su vida está particularmente atada a la historia de la Revolución Rusa: primero como uno de los destacados impulsores de los primeros círculos socialistas, luego periodista prolífico, después presidente del Soviet de Petrogrado en la revolución de 1905… finalmente, líder de la insurrección de Octubre y luego del Ejército Rojo que logró contra todo pronóstico triunfar en una Guerra Civil en la Rusia revolucionaria rodeada de enemigos.
Sin embargo, su principal aporte a la historia del socialismo no fue -según él mismo- su rol de líder junto a Lenin del bolchevismo en su período heroico. Su combate contra la degeneración del primer estado obrero, contra la postración para el marxismo y el socialismo revolucionario que significó el estalinismo, contra la usurpación de las banderas de la emancipación de la clase trabajadora por parte de la burocracia arribista. Su pelea dentro de la URSS e internacional, la puesta en pie de la Oposición de Izquierda primero y de la Cuarta Internacional después, le dieron continuidad histórica al marxismo.
Este suplemento es un aporte a los debates en torno a esa historia, a la lucha por la continuidad del socialismo revolucionario y la perspectiva de la emancipación de la clase trabajadora y la humanidad de la opresión capitalista.
