
Luego del triunfo en el conflicto por los despidos en la Dirección de Políticas de Genero y Diversidad de la Municipalidad de la Plata, reproducimos una entrevista hecha a una de las trabajadoras y activista del conflicto
IW: ¿Cómo empezó el conflicto y que elementos fueron los que permitieron conseguir la conciliación obligatoria?
C: El conflicto comienza el 2 de enero cuando comunican telefónicamente a cinco compañeras de la DPG que eran despedidas. Creo que hay varios factores que colaboraron para conseguir la conciliación obligatoria y que saliera favorable. Lo primero tiene que ver con que nosotras ya veníamos organizadas expresando la falta de políticas publicas en materia de violencia de género y la situación de precariedad laboral que no es solo de la DPG si no de la municipalidad en su conjunto, entonces había cierto marco interno que nos permitió responder rápidamente y convocar a diferentes organizaciones sociales, partidos políticos, y por otro lado estamos todas afiliadas a ATE, asique el recurso del gremio también lo teníamos. Eso nos permitió en lo especifico en el conflicto estar llevando adelante diferentes medidas y llegar a la primera audiencia en el ministerio de Trabajo movilizadas con un numero que para ser enero es interesante.
Por otro lado, en la segunda audiencia se suma UPCN movilizando con lo cual la presencia en la puerta del ministerio se hizo mas contundente y eso se pudo sostener durante las cuatro audiencias que llevaron al resultado de la conciliación obligatoria.
IW: ¿Esa unidad que se logro fue importante para el conflicto?
C: Si totalmente. No se que tan planificada fue, pero si fue importante porque no fue un caso aislado de una dirección, sino que se hizo evidente que los despidos eran masivos en varios sectores de la municipalidad.
IW: ¿Cómo fue la relación de los compañeros y el activismo con ATE y el resto de los gremios?
C: La relación fue en tensión, tratando ahí de ir pensando como movernos; por ahí muchas de las cosas que fueron pasando se iban generando al calor de la lucha entonces eso requería pensar, parar un poco, poner acuerdos. Entendemos que por ahí hubo una respuesta más tardía a la que nosotras íbamos proponiendo y una intensidad diferente a la que nosotras teníamos, y que de alguna manera hizo que tengamos que estar empujando un poco al gremio.
Sob: ¿Cómo fue el rol de las organizaciones políticas que acompañaron el conflicto?
C: Eso sirvió. Porque además fue una articulación que se dio de inicio. En eso nos sentimos muy acompañadas, había un montón de gente. Al dia de hoy todavía hay un montón de gente que sigue preguntando. Creemos que fue clave
IW: ahora que se consiguió el triunfo ¿en que condiciones se encuentran trabajando?
C: en realidad, una vez que se reincorporaron los compañeros al lugar de trabajo, el temor era como iba a seguir la dinámica de laburo en el cotidiano en relación a la cantidad de horas trabajadas, al día libre por toxicidad, y si bien fueron un par de días tensos, hoy mismo se llego a un acuerdo con Carolina Piparo, propuso una especie de tregua en la cual nosotras firmaríamos los horarios como siempre, el régimen formal, nos mantendrían el día de toxicidad a cambio de que podamos garantizar que haya dos compañeras mas a la tarde que hay menos gente, con lo cual nos pareció que seguía garantizando por lo menos los derechos que conquistamos hasta ahora por mas que siguen faltando cosas
IW: ¿Cuáles son las condiciones salariales que todavía siguen imperando en el trabajo?
C: Son problemas estructurales del municipio. Los contratos son mensualizados, hay tres compañeros que tienen planta permanente, pero son contratos trimestrales que en general son de 30hs, 40hs o 45hs y el sueldo varía entre 12 mil y 19 mil en algunos casos. De hecho, teníamos horas extra como compensación salarial y que fueron desapareciendo a lo largo del año pasado.
IW: ¿Ahora como sigue la organización dentro del trabajo y cuáles son las demandas que quedan pendientes?
C: Lo que permanece es la falta de recursos en relación a las políticas públicas de género. El único recurso que existe es el humano, entonces en un contexto en donde no hay nada que posibilite la salida económica que es el problema fundamental que tienen las mujeres que se acercan a la DPG para poder salir efectivamente de la situación de violencia. Lo único que hay es un hogar que es un lugar para situaciones de riesgo de vida. Es un lugar de extrema necesidad. La gran mayoría de las mujeres que se acercan tienen mas de un hijo, algunas solo con una asignación como ingreso y sin laburo. A veces hasta el impedimento para llegar a la oficina por la imposibilidad de pagar una sube. Son como cosas muy básicas. Nosotras siempre hemos pedido que se sostengan las reuniones de equipo para pensar las situaciones y resolverlas. Y pedir otro espacio al que nos mudaríamos, esto viene siendo una promesa histórica. Hay que ver si se concreta. Pero si seguimos pidiendo y exigiendo recursos con los que laburar mejor.