
Tras varios meses de asambleas, acampes y resistencia a las maniobras empresarias, lograron la firma de un acuerdo en el que la empresa no podrá avanzar en el intento de sacarlos del convenio de Aceiteros, al tiempo que le reconocieron la deuda de paritarias de 2019 y 2020. «Este es otro aprendizaje: luchar vale la pena», destacaron los trabajadores.
Luego de una intensa lucha, que duró meses, los trabajadores de Dánica de Llavallol lograron una victoria que pone en valor la importancia de la organización independiente y por abajo: frenaron el avance de la empresa en el cambio de convenio (de aceiteros a alimento) y el reconocimiento de una deuda histórica de paritarias adeudadas desde 2019.
«Luego de años de maltratos e injustas imposiciones, después de largos meses de lucha e incertidumbre, finalmente la empresa no tuvo mas alternativa que sentarse a negociar para poner fin a tan complejo conflicto», destacaron los trabajadores de la histórica planta de aceites y margarinas.
«Nos reconocen casi 80% de la deuda. Y logramos mantenernos dentro del convenio de Aceiteros, no pudieron pasarnos a Alimentos», agregaron respecto a la maniobra que emprendió la empresa en los últimos meses de negociar uno a uno, intentando dividir a los trabajadores. El cambio de convenio significaría un retroceso en cuanto a condiciones laborales.
El método: independiente y desde abajo
Acampes, asambleas y lucha en la puerta de la fábrica fue la herramienta que los trabajadores de Dánica llevaron adelante durante el último año. En el medio hubo un cierre de la planta que los trabajadores resistieron y forzaron su reapertura, maniobras de la empresa por vaciar la planta, diciendo que daba pérdida cuando los propios trabajadores señalaban que estaba en un pico de producción.
Ahora el reclamo de los trabajadores, además de frenar el avance hacia otro convenio, era por el reconocimiento del pago de las paritarias adeudadas: «Nos reconocen a partir de marzo la paritaria de 2019; en mayo la 2020; y en septiembre la de este año 21», precisaron sobre el acuerdo logrado. «Hicimos una asamblea con los compañeros, se votó y se aprobó».
Según explicaron los trabajadores, se firmó un acta de acuerdo de tres años de duración, donde la empresa desiste definitivamente de sus intenciones «de quitarnos nuestro justo derecho de representación gremial dentro del Convenio Aceitero».
Además, son reconocidos en sus funciones de delegados de planta los compañeros Javier Castillo y Claudio Rivas.
«La empresa no pudo doblegarnos, este es el resultado de una lucha ardua y dolorosa que solo nosotros podemos comprender en toda su amplitud. Hoy nos encontramos firmes en nuestras convicciones y con muchas ganas de seguir aprendiendo y preparándonos constantemente para cuando la patronal intente nuevamente arremeter contra nuestros derechos».
«Este es un paso más, una batalla ganada, siempre vamos a tener que seguir luchando. Ser trabajador es eso, seguir luchando. La experiencia de luchar sirve, por los derechos, por nuestro salario, por lo que nos corresponde, vale la pena», concluyeron.
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