“Hubo un problema hace poco en la autopartista Gestamp, teníamos casi arreglado para evitar secuelas y a un grupo de muchachos se le dio por tomar la empresa, desoyéndonos (…) No hay que luchar por la lucha misma, hay que luchar con inteligencia (…) Si en vez de venir a consultar al organismo gremial se va a consultar con un partido político las actuaciones que hay que hacer en una fábrica, estamos en mal camino” (Reportaje a Ricardo Pignanelli, Secretario General del SMATA en Página 12, 12 de mayo del 2014).
En las últimas semanas se instaló la segunda etapa del ajuste del gobierno. Este tiene su propia lógica. En una primera fase consistió en imponer salarios a la baja; ahora están pegando las suspensiones y despidos. Esto está afectando de lleno a la industria automotriz, así como otras ramas productivas.
Paralelamente, los dirigentes sindicales como Pignanelli están haciendo lo suyo para evitar que los trabajadores afectados salgan a pelear. Trabajan para dejar aislados los conflictos que surgen desbordándolos. Claro que no se trata de “luchar por la lucha misma”, ni de pelear sin “inteligencia”. Se trata que la dirección del SMATA está llevando adelante todo lo que está a su alcance para que las suspensiones y despidos pasen y no vuele una mosca, y, en el camino, sacarse de encima tantos “muchachos” activistas que cansados de tantas agachadas del gremio, buscan otra perspectiva.
Es en este escenario que, desde abajo, desbordándolos, están emergiendo luchas durísimas como la de los obreros de Gestamp, que enfrentando más de 60 despidos y la escandalosa militarización de la planta, colocan su pelea en la palestra nacional.
Esto plantea una primera tarea para la izquierda: rodear de solidaridad las luchas que surgen, así como dar pasos en la realización de encuentros regionales y un gran encuentro nacional de luchadores obreros que organice la pelea contra el ajuste y avance en imponer el paro nacional de 36 horas.
“No se hablará de otra cosa que de futbol en la Argentina”
Eso dijo Capitanich ayer en el acto realizado en la Televisión Pública donde Sabella lanzó los nombres de la lista preliminar de 30 jugadores para el mundial. Se trató de un acto político y no sólo “deportivo”. Un acto encabezado por el jefe de gabinete con la evidente intencionalidad de que durante de las próximas semanas, efectivamente, no se hable de otra cosa que de futbol.
¿Qué es lo que quiere esconder el gobierno detrás del mundial? Es demasiado obvio: pretende soslayar la continuidad del brutal ajuste económico lanzado por Cristina en enero pasado y que tiene varias “etapas”. Primero fue la devaluación brutal y el intento de imponer salarios a la baja. Ahora es inducir un clima recesivo (se espera una caída del PBI en torno al 2% este año) que deprima el empleo y aplaque el “entusiasmo” reivindicativo de los trabajadores. Finalmente, imponer una nueva devaluación que lleve el dólar a 10$.
De lograrse esos objetivos se habrá ganado “competitividad” económica basada en un nivel más alto de explotación obrera: precios más altos, salarios más bajo, mayores ritmos de trabajo. Es decir, la clásica receta de los capitalistas: que la clase trabajadora pague la cuenta de la crisis entregándole el mando al próximo gobierno con las variables económicas “equilibradas”. Y no nos olvidemos de los aumentos en las tarifas de gas, agua y electricidad, y el largo listado de medidas de ajuste económico más que están por delante.
La responsabilidad en este ajuste no es sólo del oficialismo (Cristina y Scioli). La complicidad de la oposición patronal es indiscutible. Massa, Macri y Binner (por nombrar los presidenciables más conspicuos de la oposición) no han dicho está boca es mía alrededor de alguna crítica a las medidas que está llevando adelante Cristina. Instalan temas como la “inseguridad”, la reforma del Código Penal, o, incluso, debates genéricos alrededor de la “pobreza”, pero le escapan como la peste a hablar palabra de los salarios, los despidos y las suspensiones.
De ahí que lo que podemos esperar en las próximas semanas es que trabajen de manera mancomunada para que, efectivamente, sólo se hable de futbol mientras el gobierno redoble las medidas de ajuste y de deja aislados a los trabajadores que salen a enfrentarlo.
“Que no te llenen los zurdos la cabeza”
Es ahí dónde entra el “tercer actor” que sostiene a los de arriba: los dirigentes de ambas CGT’s y CTA’s. Moyano y Barrionuevo archivaron el paro de 36 hs., no dieron continuidad al paro nacional del 10 de abril, y al cierre de esta edición están realizando un acto en Plaza de Mayo alrededor de un programa patronal. Moyano pretende llegar a “más amplios sectores”, lo que quiere decir, simplemente, que quiere disolver los reclamos obreros dentro de la agenda de la oposición exhibiendo un “poder de fuego movilizador” que le de cierto juego propio en sus componendas con Massa, Macri o Scioli, el tiempo dirá. Nada que ver con los intereses de los trabajadores.
Por su parte, Caló activó ayer martes 13 un paro en las siderúrgicas de la UOM alrededor de una disputa por la liquidación de los miserables aumentos que pactó un mes atrás con los empresarios. Aumentos que alcanzaron sólo un 26.5% por lo que hay sectores de la base que se lo quieren comer. Las patronales se hacen las desentendidas sobre otorgar sumas “compensatorias” para paliar en algo la bronca de la base metalúrgica y de ahí el paro de ayer.
Pero el que se lleva el premio al caradura de año es Pignanelli del SMATA. En los últimos días ha estado en cadena nacional justificando las suspensiones en el gremio mecánico y echándole la culpa al activismo por los despidos en Gestamp. ¡Su principal preocupación es llamar a los trabajadores del gremio a que “los zurdos no les llenen la cabeza” como si fuera un invento de la izquierda la situación de malaria por la que se está pasando!
Una a una las terminales automotrices han salido a suspender, en general, masivamente. Es el caso de VW Pacheco, dónde la empresa ha adelantado que “sobran” 700 trabajadores y se encuentra negociando con el sindicato como sacárselos de encima. Es el caso de General Motors en Rosario, que ha anunciado suspensiones de todo el personal los viernes de mayo y junio, y quien sabe qué pasará después. Es el caso de Peugeot (más allá que pertenezca a la UOM, es de la misma rama productiva), que anunció la suspensión “por tiempo indeterminado” de 1000 trabajadores.
Adelantémonos a señalar que el anuncio de estas medidas como meras “suspensiones”, es una trampa. En muchos casos son despidos encubiertos. Porque detrás de ellas vienen los “arreglos”: la tentación de los retiros voluntarios -que son pan para hoy y hambre para mañana, sobre todo en este contexto de destrucción lisa y llana de empleo. Este es el patrón de todas las suspensiones. Mientras el compañero está en la casa, la cabeza le empieza a “trabajar”, le entra la duda si alguna vez volverá a la fábrica, y entonces se transforma en blanco fácil para el “aguijoneo” de la empresa que le ofrece el “retiro voluntario”, una “doble indemnización” o cualquier otro “dulce” que se le ocurra para inducirlo a renunciar.
Lo que se anuncia como suspensiones son despidos y mientras tanto los del sindicato se dedican a mirar para otro lado dedicándose a “cazar” zurdos.
El ejemplo de Gestamp
“El atisbo de rebeldía que exhibió Calo calmó fugazmente la interna sindical en algunas fábricas donde la izquierda comienza a ser una amenaza para el sindicalismo tradicional” (La Nación, 13 de mayo del 2014)
Esta realidad es la que subraya la importancia de la lucha que están llevando los compañeros de Gestamp. Se plantaron contra unas suspensiones discriminatorias que buscaban dejar afuera a los compañeros “rotos” por las brutales condiciones de explotación, y, también, a los mejores compañeros; a los activistas buchoneados por el gremio por ser los que más se plantan en defensa de los derechos obreros.
Pero, además, ponen al desnudo un mecanismo –ya señalado- más general: detrás de todas las suspensiones va a quedar el tendal –si no se las enfrenta, claro- porque la ofensiva de la patronal es para deshacerse de la mayor cantidad de trabajadores posible sin que se note, aumentando así la productividad en el próximo alza económico: producir igual o más con menos trabajadores.
Este es el verdadero escenario que se está enfrentando y no el verso “tranquilizador” de Pignanelli, de que serían algo “transitorio”, que en agosto “todo se va a normalizar”…
Las “suspensiones” en Gestamp fueron arregladas por la empresa y el sindicato. La lista de compañeros no era “inocente” e incluía dejar afuera a los más activos. Tan descarada fue la maniobra –que sí tenía “secuelas”- que los compañeros se plantaron y ahí se desató el conflicto. La empresa respondió con un lock out patronal (medida supuestamente prohibida por las leyes) aduciendo que la fábrica estaba “tomada” y procedió a despedir a 70 trabajadores.
Estos no se “amilanaron”: cortaron la Panamericana, comenzaron a realizar actividades de difusión, llegaron hasta TN saliendo al aire en “Palabras más, palabras menos”, montaron un acampe en la puerta de la planta, comenzaron a recorrer fábricas y facultades organizando el fondo de huelga, y mil iniciativas más. La patronal militarizó la planta como si estuviéramos en la dictadura de Videla (¡algo escandaloso!) y el SMATA metió adentro su patota con una actitud intimidante.
¿Todo esto porque? Simple: porque la patronal quiere hacerle pagar la crisis a los trabajadores. Y porque el sindicato no quiere perder el control de la planta en manos de los sectores luchadores que se niegan a entregar los intereses de los trabajadores. Tienen terror a que el activismo le dispute los organismos de base en las fábricas.
La de Gestamp es una lucha dura que enfrenta un frente único mancomunado de la patronal, el sindicato y el gobierno que se hacen los “distraídos” aduciendo que “no hay conflicto”… porque en estos momentos no hay medidas dentro de la planta: ¡es el mismo gremio el que no las convoca librando los despedidos a su suerte! ¡Estos entregadores pretenden que los trabajadores los “consulten” a ellos y no que apelen a todos los que estén dispuestos a ayudarlos en su lucha!
Opinamos que, básicamente, la estrategia para ganar esta pelea y que los compañeros vuelvan a trabajar, pasa por dos orientaciones. La primera es poner en marcha una enorme campaña nacional que instale a Gestamp como él símbolo de una situación común que cada vez afecta a más porciones de los trabajadores. La idea de que si Gestamp gana, ganamos todos. La segunda, comprender la enorme importancia que tiene que se establezca el diálogo entre los compañeros de afuera y los de adentro; que a medida que pase el tiempo los compañeros dentro de la planta logren echar a los milicos y la patota y puedan pensar en tomar medidas de lucha unificadas con los despedidos.
Es urgente un nuevo encuentro nacional del sindicalismo combativo
Nuestro partido está jugado entero por el triunfo de los compañeros de Gestamp. Esta es nuestra principal tarea en estos momentos, tarea que cruza todas nuestras iniciativas. Venimos fortalecidos desde el 1° de mayo y ahora la gran prueba es la experiencia de Gestamp ayudando a que los compañeros triunfen en su lucha.
Pero junto con esta pelea tenemos una gran batalla política en el seno de la izquierda para que la misma ponga en pié las instancias necesarias para que estas luchas triunfen superando su aislamiento.
Gestamp tiene que estar en el centro del próximo encuentro obrero a realizarse el 24 de mayo en la zona norte del gran Buenos Aires. Pero en dicho encuentro -así como en los demás y en todo el seno de la vanguardia y la izquierda- hay que pelear por algo más, que debería ser elemental: está planteada la urgente realización de un gran encuentro nacional de luchadores en junio que rodee de apoyo y rompa el aislamiento en que quieren dejar cada lucha los burócratas. Parte de esto mismo es que con un encuentro nacional, dónde participen 5000 o 6000 compañeros, se le daría un enorme altavoz y significaría una presión real sobre la CGT y la CTA para la convocatoria del paro nacional activo de 36 horas.
Estas son las peleas centrales de nuestro partido en la actual coyuntura. Llamamos a los compañeros y compañeras simpatizantes a colaborar con nuestra militancia en pasar masivamente nuestra prensa y a sumarse a nuestras filas para fortalecer el partido en momentos dónde está dando un salto en calidad en su proyección nacional. Sumate al Nuevo MAS para dar estas peleas con nosotros.