Cualquier noticia del mundo nos llega en segundos por internet. Podes estar enterado en vivo y en directo de terremotos, choques de trenes, resultados electorales, pero lo que los grandes medios evitan es difundir las noticias de las luchas obreras.
En estos momentos se está viviendo una lucha histórica en las automotrices yanquis, que está empezando su tercera semana. La UAW (Unión de trabajadores de las automotrices), que nuclea 145.000 trabajadores, viene llevando adelante un paro con una estrategia que le llaman de “escalada”, acá le diríamos paros “progresivo”. Cada semana se suman nuevas plantas y/o sectores a la huelga. Empezaron 13.000 trabajadores, luego se sumaron 5000 trabajadores de los centros de distribución de piezas alas concesionarias y ahora se suman 7000 más de 2 terminales.
Los paros afectan a Ford, GM y Stellantis (fábrica que produce Chrysler, Dodge, Jeep, etc) en reclamo de salarios, condiciones de trabajo y terminar con los “niveles”, que son convenios distintos para trabajadores que hacen la misma tarea, un sistema que lleva la fragmentación de los trabajadores a nivel de la línea, además se pide terminar con los trabajadores contratados que están años en una situación de incertidumbre. Desde la Corriente Sindical 18 de diciembre nos solidarizamos con la histórica huelga y queremos difundir el ejemplo de los obreros yanquis.
Escoba nueva barre bien
Los trabajadores vienen de conquistar una renovación en la conducción, sacándose de encima a dirigentes traidores con más de 40 años al frente del sindicato. Aunque la nueva conducción no representa ninguna garantía, surge por la bronca de la base ante las entregadas permanentes y de un proceso por la democracia sindical.
Es increíble lo parecido que son la burocracia sindical yanqui y la Verde de acá. Siempre se ubican del lado de los empresarios y de las condiciones cada vez más salvajes que imponen en las líneas con el argumento que así se garantizan los puestos de trabajo. Pero en los últimos 20 años en Norteamérica se cerraron 65 plantas automotrices perdiéndose miles de puestos de trabajo. Después de la crisis económica mundial del 2007/2008 a los trabajadores del norte del mundo le bajaron los salarios, les impusieron los “niveles” y se impusieron los ritmos salvajes en la línea.
En relación a la democracia sindical se logró el voto directo para el presidente del sindicato.
Antes se votaba en forma indirecta a un tipo de colegio electoral o congresales que rosqueaban y elegían al secretario general, oh casualidad siempre el mismo.
La campaña de Shain Fein, nuevo presidente de la UAW, fue “contra la corrupción, por la transparencia y por la democracia sindical”, producto de la presión que crece por abajo debido a las malas condiciones laborales, los bajos salarios y las diferencias salariales largaron la huelga.
Lo propio hay que hacer con nuestros “dirigentes”, que están al frente de los sindicatos, como la Verde del SMATA, responsable junto a las empresas, de que los puestos de trabajo sean picadoras de carnes, de llevar todo al límite de lo humano, de rompernos y que nos queden secuelas de por vida. Son responsables de que haya compañeros que están hace 3 años contratados, que no pueden faltar, llegar tarde o enfermarse, porque se ven afuera. Extorsionan a los compañeros llevándolos a actos políticos a decenas de km, a los que tienen la obligación de ir, si quieren pasar por el molinete al día siguiente.
La Verde del SMATA y el conjunto de la dirigencia sindical vienen dejando pasar el ajuste y los aumentos. La forma de pararle la mano al ajuste del gobierno y a la derecha de Milei y Bullrich, que traen contrarreformas esclavistas para los trabajadores es saliendo a las calles. Tomar las calles para pelear por salario, trabajo, defender los convenios, las conquistas democráticas y el derecho a la protestas.
Pero a todos los dirigentes entregadores les llega su hora, que sirva el ejemplo de los trabajadores y trabajadoras de EEUU, para organizarnos e ir construyendo una alternativa de dirección a los dirigentes traidores; y vaya todo nuestro apoyo para que la huelga triunfe. Como dice el refrán: “a cada cerdo le llega su San Martín”.