
Por Martín Camacho
Los dos ex alumnos asesinaron a 5 estudiantes, dos trabajadoras del establecimiento e hirieron también a unas 15 personas, mostrando la intención de matar a la mayor cantidad de personas posible. El posterior suicidio de los tiradores, es típico de este tipo de prácticas. Detrás de estos acontecimientos tenemos una sociedad despreocupada por la niñez, bullyng, un sistema escolar que no está preparado para contener los problemas de la juventud y una ideología cada vez más violenta y reaccionaria.
Actualmente, vivimos un Brasil bajo el gobierno de Bolsonaro, y las voces reaccionarias no se hicieron esperar. El senador del PSL, el Mayor Olimpo, salió a decir apresuradamente que esta tragedia no hubiera ocurrido si las profesoras estuvieran armadas dentro de la escuela. Una réplica de las idioteces que vociferan los sectores reaccionarios en Estados Unidos a cerca de la misma problemática. Esta postura no se enfoca en el problema de fondo y coloca más elementos de violencia en la sociedad. Otra propuesta fue poner policías en las escuelas, estas medidas demagógicas y sin planificación dan siempre respuestas erradas.
Esta tragedia acaba tocando al presidente Bolsonaro y su programa de campaña de facilitar la adquisición de armas para la población. Es en estos casos que la mayoría ve las consecuencias de tal decisión para una sociedad que no tiene medios de contención, como se sabe hasta las discusiones de tránsito terminan a los tiros.
La opinión pública y la prensa ligaron los hechos de forma rápida. Más armas es igual a más muertes, esa es una ecuación simple que sólo no quieren entender quienes tienen negocios con los fabricantes de armas en este país.
Otro hecho que sorprendió fue la demora por parte de Bolsonaro para dar declaraciones a cerca del hecho. Demoró más de 6 horas en hacer un comentario en sus redes sociales, cuando varios ministros ya habían manifestado sus condolencias a los familiares.
La demora responde a que lo sucedido puso en evidencia al presidente y su política de armamento para una sociedad que vio que no hay ningún beneficio en el armamento de la población, siendo más bien contraproducente, salvo, claro está para los intereses de los empresarios del negocio de las armas.
La tragedia de Suzano se puede repetir si no son tomadas medidas de prevención a tiempo y si continúa el gobierno con su política de armamento para la población. Las comparaciones con las masacres de Estados Unidos no son casualidad, la metodología, la vestimenta que usaban los dos jóvenes eran iguales a las que utilizaban los tiradores en la escuela de Columbine en 1999 y en la iglesia de Texas en 2017.
Desde Socialismo o Barbarie Brasil nos solidarizamos con las familias de las jóvenes víctimas y de las trabajadoras de la escuela estadual Profesor Raul Brasil, así como estamos por la defensa de los estudiantes que fueron atacados.