La grandes multinacionales del acero, capitaneadas por el grupo Techint se niegan a firmar paritarias que empaten la inflación, al tiempo que el gobierno nacional le da pleno aval al negarse a homologar acuerdos que superen el 15% en febrero.
Techint y el gobierno nacional
La siderurgia es una de las ramas de la industria más concentradas. Techint, la empresa de Paolo Rocca, detenta el 100% de la capacidad instalada a nivel nacional en la elaboración de aceros planos, en Siderar; y de igual manera, el monopolio de la elaboración de caños sin costura, en Siderca. La otra multinacional que tiene fuerte peso en el país es ArcelotMittal, uno de los principales grupos empresariales en la industria siderurgia a nivel mundial, dueño de las cuatro plantas de Acindar.
Paolo Rocca es uno de los empresarios que más está jugado con este gobierno. Por lo menos 9 ejecutivos de su conglomerado empresarial son funcionarios del gobierno nacional, entre los que se destacan Julio Cordero, Secretario de Trabajo; y Horacio Marín, presidente y CEO de YPF.
Si a nivel coyuntural, la industria está sufriendo los embates de la recesión, la apuesta de Techint, y de la burguesía económica en su conjunto, es a mediano plazo. Buscan reformatear la matriz productiva, generando incentivos fiscales para sus inversiones, desregularizando la economía para poder terminar de saquear al país de sus recursos naturales y aplicar una reforma laboral que quite de un plumazo conquistas históricas de la clase obrera.
Techint viene haciendo negocios multimillonarios en Vaca Muerta y con el gasoducto GPNK. Tecpretol, la empresa petrolera del grupo, compró en octubre pasado la minera canadiense Alpha Lithium para extraer Litio en Salta.
Ganancias multimillonarias… salarios de miseria
En julio del año pasado, la UOM dirigida por Abel Furlan, firmó un acuerdo con las cámaras empresariales, donde se establecían aumentos mensuales a partir de julio, de los cuales los pautados para los meses de octubre, noviembre y diciembre (un 7% por mes) disponían de clausula gatillo, según inflación medida por el INDEC. Ese acuerdo firmado en julio, finalizó en diciembre. Sin embargo las patronales, desconocieron el 25,5% de inflación de diciembre, mes en el que se cobra el medio aguinaldo, las vacaciones y el proporcional por horas extras.
Pasó la brutal devaluación que llevó adelante Milei y la consiguiente inflación, sin que los metalúrgicos vieran ningún tipo de compensación.
Según el Índice de precios al consumidor (IPC) que mide el INDEC, en enero la inflación fue del 20,6% y en febrero del 13,2%. De ahí pedido de la conducción del sindicato, de una recomposición salarial del 35% para febrero y clausula gatillo mensual, según la inflación. Y el cumplimiento de lo adeudado de diciembre.
La respuesta de las cámaras patronales, con Paolo Rocca como caudillo, es un ataque al bolsillo de los laburantes: un 15% por diciembre, un 13% por enero y un 25% por febrero… que el gobierno amenaza con no homologar.
Desde la Comisión Interna de Acindar denuncian que con los salarios congelados desde noviembre, el básico de un trabajador de la multinacional franco-india está en $390 mil pesos por mes. Una miseria, que pisa fuertemente el resto de los salarios metalúrgicos.
Un conflicto más político que sindical
La conducción de Furlán-Brunelli, reactivando su eslogan de las paritarias pasadas: “Primero la dignidad”, largaron una serie de paros escalonados a principios de marzo. Un paro de 24 hs el 6/3; de 48 hs, el 13 y 14/3; y de 72 hs, el 19,20 y 21/3. Estos paros se hicieron efectivos solamente en las siderurgias, para el resto de las metalúrgicas la secretaria de trabajo dictó la conciliación obligatoria. Luego de los paros, largaron 3 “marchas por la dignidad” alrededor de las principales plantas siderúrgicas, la primera de las cuales se realizó en Campana; y la segunda, el día de ayer, en las puertas de Ternium en San Nicolás.
Como sabemos, en la UOM cada seccional es un mundo. La UOM seccional Villa Constitución, que representa a los obreros de Acindar, entre otras, amenaza con ir al paro por tiempo indeterminado a partir del 11 de abril.
Desde la UOM advierten que ya se perdieron más de 8.000 puestos de trabajo, sin embargo, no se los vio hacer nada más que resignarse y denunciarlo en los medios.
Furlán y compañía están evitando ir a un conflicto en serio. Está claro que Techint y el gobierno nacional buscan sentar un duro precedente para el conjunto de la clase obrera. Que los sueldos los fijen las patronales y a laburar sin chistar.
Es necesario que el conflicto exceda los estrechos límites sindicales en el que lo ubica el sindicato. Tiene que tomar acciones de lucha que busquen la solidaridad de todo el movimiento obrero para quebrarle el brazo a Techint y a Milei. Hay que exigir que la UOM se ponga a la cabeza de preparar una gran movilización del conjunto del gremio metalúrgico a Plaza de Mayo, que le haga pagar el costo político al gobierno, que genere la solidaridad del conjunto de los trabajadores y la sociedad.
Que el sindicato le exija un paro general a la CGT y que llame a asambleas en cada fábrica y establecimiento.
Hay que dar pasos para organizar al activismo de manera independiente de la burocracia.
La única forma de torcerles el brazo a las patronales y al gobierno, es con los trabajadores organizados y movilizados.