Santiago Follet: “SoB es parte del NPA que impulsa las movilizaciones contra la reforma jubilatoria de Macron y la independencia de clase”

Intervención de Socialismo o Barbarie Francia en la charla "El anticapitalismo recorre el mundo" del Tercer Campamento Anticapitalista del ¡Ya Basta!

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En primer lugar, es un orgullo volver a estar acá, después de tres años pandémicos en los que no pudimos viajar, y me da mucho placer poder estar acá presente con esta mesa en el campamento anticapitalista y segundo, Francia. Un chiste para romper el hielo porque sino es muy formal.

La situación en Europa está marcada, como todo el mundo sabe, por la guerra en Ucrania, un conflicto que viene a poner el capitalismo a nivel internacional. El problema de la guerra, la inflación, que es una novedad en Europa, y un montón de conflictos sociales que están habiendo con huelgas de trabajadores luchando contra la inflación, la pérdida de salario y por los derechos laborales. Es toda una serie de huelgas a nivel europeo, de las cuales Francia es uno de los epicentros de la batalla en este momento.

Francia, está gobernada por Emmanuel Macron, que ganó la reelección en 2022, que no fue sobre un balance espectacular de su gobierno, sino más bien, de años plagados de ataques hacia la clase trabajadora, en los que solo dio regalos a los ricos, como la suspensión del impuesto a las grandes fortunas, pero también una gran serie de luchas y de procesos de movilización contra ese gobierno en los primeros cinco años de su mandato. Entre las que se destacan la huelga ferroviaria, la movilización de los Chalecos Amarillos, que tuvo bastante impacto a nivel internacional en 2018, y también las movilizaciones contra el primer ensayo de reforma jubilatoria, que el gobierno quiso pasar entre 2019 y 2020, y que se saldó con un empate, con una gran movilización que logró frenar la reforma jubilatoria en 2020. Luego vino la pandemia, con lo cual también se frenó esa lucha.

Macron fue reelegido en las elecciones, pero hubo casi la mitad del país que se abstuvo de participar, y en una segunda vuelta, en la cual básicamente la gente votó tapándose la nariz por Macron, para que no ganara la extrema derecha racista y fascista de Marie Le Pen. En donde la izquierda reformista no llegó a constituirse como alternativa política al gobierno y entonces termina asumiendo con una legitimidad bastante cuestionada, aunque Macron diga mil y una veces que él anunció claramente cuál es su proyecto de gobierno, la realidad es que fue más bien un voto contra la extrema derecha, el que le permite seguir en el poder.

Uno de los caballitos de batalla de Emmanuel Macron en este segundo período es la reforma jubilatoria que ha suscitado enormes movilizaciones históricas, con más de 3 millones de personas en las calles, a lo largo y a lo ancho de Francia. Una reforma jubilatoria que se inscribe dentro de lo que es un ataque capitalista global a las condiciones de los trabajadores, de las mayorías sociales, de los sectores populares, que básicamente lo que quiere hacer es que como vivimos más tiempo, hay que trabajar más tiempo. La edad legal en Francia actualmente para jubilarse es a los 62 años, el gobierno quiere establecer una edad mínima jubilatoria a partir de los 64, pero con 43 años de aportes, lo cual, si sacamos las cuentas, tenemos que empezar a trabajar a partir de los 21. Si hacés una carrera universitaria, olvidáte de llegar a los 64, si en algún momento de tu vida estás en algún período de desempleo o, una mujer queda embarazada, bueno, podemos hacer las cuentas de que en realidad lo que se dice popularmente es que la reforma jubilatoria lo que quiere hacer es que tengas que trabajar hasta que te mueras y que no vas a tener una pausa, un descanso. Y se trata de robarles a los trabajadores todo lo que aportaron a la sociedad y que aportaron económicamente con sus aportes jubilatorios pagados durante años, robarte ese derecho a tener algún momento de respiro hacia el final de tu vida.

La verdad que eso ha suscitado un malestar social gigantesco, incluso los medios más reaccionarios de derecha, si quieren el TN francés, dice que más del 80% de la población está en contra de la reforma, o sea que realmente Macron dice «me votaron en las elecciones y yo les avisé que iba a pasar la reforma, lo cual es cierto, pero entonces no importa, movilícense todo lo que quieran, la reforma la voy a seguir llevando adelante».

El 19 de enero fue la primera de las movilizaciones, convocada por la Intersindical, compuesta por todo el arco sindical, pero principalmente dirigida por la CGT, que no es peronista en Francia. Estas marchas desbordaron toda expectativa en cuanto a la masividad que tuvieron. Hubo una fecha de movilización el 19, la siguiente el 31 de enero, y después durante el mes de febrero el 7, el 11 y el 16, fueron jornadas muy seguidas a nivel nacional de marcha, de movilización y de huelga.

La verdad es que el límite que está teniendo la movilización es que tenemos marchas como no hubo pero en décadas, ni siquiera en otros momentos en los cuales los gobiernos han intentado avanzar contra las jubilaciones como en los años 90, en donde hubo un enorme proceso de lucha en el 95, que logró tirar abajo ese proyecto de reforma, paralizando el país durante tres semanas. La verdad es que las huelgas actuales no han podido todavía desbordar un calendario de más o menos una marcha por semana, que es lo que está proponiendo la Intersindical, todavía no han habido jornadas de lo que allá se llama reconductibles; es decir, que pueda haber más de un día de acción de lucha y que evidentemente es una de las cosas que estamos exigiendo. Los procesos de autoorganización en la Universidad por ejemplo, se han visto asambleas como no había, desde antes de la pandemia, lo cual es un signo muy positivo, pero todavía los procesos de autoorganización no terminan de desbordar ese calendario pautado por la Intersindical. Ese es el gran problema político que hay hoy en día, ¿cómo entre cada semana de movilización podemos desarrollar marcos de autoorganización donde los propios huelguistas, los trabajadores, decidan cómo llevar a cabo su lucha?

A partir del 7 y 8 de marzo, ya está llamado a 48 hs (ahora justo es un período de vacaciones) de huelga y de movilización, que esperamos que sea el comienzo de esa verdadera huelga general ilimitada que es lo que se necesita para tirar abajo la reforma de Macron, y que es el puntapié para ponerle realmente un freno a su política capitalista.

En este momento, más que nunca lo que se necesita es tener una voz independiente, que pueda plantear perspectivas radicales y revolucionarias, y perspectivas políticas, frente a este proceso de movilización, y frente a los miles y millones de trabajadores que se movilizan hoy en día. Por eso en este contexto, la paradoja en realidad, es que el partido en el que militamos hace años en Francia, el NPA, se haya roto en dos mitades en su último Congreso en diciembre.

La ruptura del NPA es criminal en este sentido, porque lo que más se necesita es la unidad de los revolucionarios en las calles en este momento, para impulsar la pelea hasta el final contra el gobierno. El mandelismo, la corriente histórica que ha dirigido el NPA decidió romper con la organización, buscando una alianza electoral con el reformismo, para tratar de, a nivel electoral, tener un crecimiento puramente institucional. El partido se partió a la mitad, nosotros fuimos al Congreso exigiendo que el partido continúe y proponiendo que mantenga su carácter independiente, anticapitalista y revolucionario, pero el partido llevó a una ruptura que evidentemente no festejamos, porque no es algo que sea positivo pero que, al mismo tiempo, abre una oportunidad a todo un sector de las corrientes de la izquierda de la organización de poder pasar realmente a construir un partido joven, militante, y que se dedique de lleno a la lucha de clases en las calles. La verdad es que se ha abierto una brecha generacional enorme también en el partido, porque los candidatos, los portavoces, el candidato presidencial PhilippePoutou quedó del costado más institucional y con el sector más envejecido y desmoralizado de la organización, y todo el sector joven, quedó del costado de la izquierda del partido, con esta perspectiva de impulsar la lucha en las calles, la perspectiva de la juventud, la organización y de mantener una línea de independencia de clase anticapitalista y revolucionaria. Socialismo o Barbarie forma parte de este proceso, forma parte actualmente de este nuevo NPA que emerge, este NPA de izquierda, mucho más militante y mucho más, como nos gusta a nosotros y a la imagen del partido que queremos construir, y el partido que queremos construir a nivel internacional para luchar por un trotskismo que no sea como muchas corrientes europeas, una cuestión rutinaria, dogmática, sino que se vuelque de lleno a la pelea, que participe de los procesos reales, que plantee claramente la perspectiva del relanzamiento de la revolución socialista en este siglo, apostando a toda la fuerza de la juventud anticapitalista y revolucionaria. Muchas gracias.

 

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