En un hecho sin precedentes se registraron numerosos intentos de suspender los actos conmemorativos del 24 de marzo, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en varias escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Los negacionistas intentan levantar cabeza con el respaldo del gobierno de Milei… y Jorge Macri.
Algunas conducciones escolares, alegando directivas de supervisión o del Ministerio de Educación, informaron que no se realizarían los actos habituales. En ciertos casos, también se prohibió la interpretación de canciones preparadas por los estudiantes para la ocasión, considerándolas «inadecuadas». Desde el ministerio de Educación de la Ciudad fingieron demencia. Los intentos fueron todos informales para evitar el escándalo.
Este intento de censura negacionista generó preocupación y rechazo en la comunidad educativa. Los trabajadores docentes respondieron y lograron que la suspensión de los actos hacia el 24 de marzo no se concrete.
Familias y docentes no se quedaron de brazos cruzados y comenzaron reclamar, en muchos casos se logró revertir la decisión de suspender los actos. El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires afirmó que no emitió ninguna indicación para cancelar las conmemoraciones y que los actos deberían realizarse según lo previsto en el calendario escolar. Esta claro que si desde supervisión llegan las mimas instrucciones a diferentes escuelas se debe a una política centralizada. Que esta política no esté escrita en ningún papel no cambia que sea responsabilidad del gobierno porteño.
El gobierno de Milei envalentona a los que hasta hace unos años tenían vergüenza de mostrarse. El gobierno porteño, viendo la oportunidad, pero con prudencia, buscó avanzar contra la memoria en las escuelas. No pudo.
Los intentos de sacar de la agenda pública, aunque sea todavía tímidamente, la discusión sobre la dictadura genocida pone en evidencia que la lucha por Memoria, Verdad y Justicia sigue necesitando de militancia permanente, hasta terminar con toda impunidad y que se sepa toda la verdad.
