La nueva gestión del presidente de extrema derecha, Donald Trump, empezó a ejecutar la política racista de deportaciones masivas en contra de personas migrantes indocumentadas en los Estados Unidos, quienes están siendo injustamente detenidos por el ejército, esposados como si fueran delincuentes y enviados por la fuerza a sus países de origen en aviones militares. De esta manera la incertidumbre, el miedo y la desesperación están rodeando la vida de millones de personas, la mayoría de la clase trabajadora más vulnerable y empobrecida, quienes ya no tienen tranquilidad para ir a sus lugares de trabajo, a pasear al parque o hacer las compras.

Se estima que unas 11 millones de personas en los Estados Unidos se mantiene en condición irregular y más de la mitad tiene más de 10 años de vivir en el país del norte. Y es que para familias o personas que tengan más de 10 años de vivir allí, la deportación podría significar una pérdida de todo lo construido, no solo en términos económicos sino también sociales. Después de 10 años no necesariamente van a encontrar familiares o amistades con quienes apoyarse para su regreso, y ni que decir de las personas que tuvieron que vender todo para financiar su viaje al norte.

Conocemos de primera mano algunos de los miles de relatos que hablan del miedo que sienten hoy de salir de sus casas las personas migrantes irregulares, lo que ha provocado un ausentismo importante en fábricas, plantaciones y comercios que emplean a esta población, lo que también tendrá impactos en la economía. El clima reaccionario que pretende instalar la extrema derecha yankee, es apoyada por medios de comunicación, los grupos racistas y los partidos del establishment norteamericano.

Y es que el problema no es solamente el Partido Republicano que hoy gobierna con una política de “hacer grande nuevamente a los Estados Unidos” con la frase de “Make America Great Again”, sino también del Partido Demócrata, quienes son cómplices de las políticas racistas, las deportaciones, el descalabro de la situación de vida de la clase trabajadora norteamericana, etc. Recordemos que el segundo mandato de Obama, se caracterizó por grandes deportaciones contra personas migrantes, por lo que se ganó el calificativo de “deportador en jefe” por parte de las ONG’s defensoras de la gente inmigrante.

Además, la situación de irregularidad es provocada por la misma institucionalidad y el Estado racista e imperialista gringo, que limita muchísimo las opciones que tienen estas personas, a pesar de tener años trabajando, para acceder a trámites que faciliten su regularización y/o nacionalización y con esto acceder a derechos básicos. Una situación que es aprovechada por la burguesía yankee para hiper-explotar trabajadores con salarios más precarios y así obtener mayores ganancias, al mismo tiempo que deteriora las condiciones de vida generales de la clase trabajadora por la presión para bajar todos los salarios.

Esta falta de oportunidades además, alienta a tomar medidas como casarse con una persona estadounidense para acceder a la nacionalidad, lo que puede generar situaciones de peligro para quienes se ven en la situación de tomar ese tipo de decisiones, con tal de ganar un poco mas de estabilidad para cumplir con el “sueño americano”.

Ante esta política racista, antimigrante y de extrema derecha, contra sectores mayoritariamente trabajadores en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, desde la corriente internacional Socialismo o Barbarie (SoB) consideramos que hoy más que nunca es necesario levantar las banderas del internacionalismo. Nos solidarizamos con las millones de personas migrantes que hoy están sufriendo el miedo, la persecución y la pérdida de sus perspectivas de futuro.

Sabemos que la vida política de la sociedad civil en los Estados Unidos está plagada de organizaciones de base, activistas, asociaciones y sindicatos que están resistiendo al giro a la derecha en la situación del país, y que hoy por hoy es necesario fortalecer para resistir los embates de la derecha. Llamamos a la población migrante a transformar el miedo en organización, a crear lazos de solidaridad por abajo, a organizarse para enfrentar al trumpismo. Un ejemplo de lucha y organización fue el Gran Paro Laboral realizado por trabajadores migrantes irregulares el 1 de mayo de 2006 contra una Reforma migratoria que impulsaba el entonces presidente George W. Bush y que ganó un gran apoyo popular tanto dentro como fuera de los EEUU.

En los países latinoamericanos, debemos salir con denuncias hacia la política del país imperialista, exigir condiciones dignas para las personas migrantes, así como mayores oportunidades de regularización y la nacionalización para estas personas, rechazando al mismo tiempo las deportaciones masivas. No alcanzan los gestos de Petro quien pidió que enviaran a las personas deportadas en aviones comerciales y no militares, hay que exigir un alto a las deportaciones masivas, como una política anti-migrante, racista y colonialista que es.

Asimismo, denunciamos a los gobiernos latinoamericanos, la mayoría que se subordinan a los mandatos del “Tío Sam”, y agachan la cabeza ante la barbarie y las injusticias. A estos gobiernos hay que exigirles el rechazo de la política trumpista, la exigencia al respeto de los derechos de la población migrante y dejar de ser gobiernos cipayos del imperialismo estadounidense. En cuanto a la izquierda anticapitalista, debemos levantar una campaña sostenida contra la política de deportaciones así como acciones de solidaridad con las personas migrantes y trabajadoras.

Migrar no es un delito, es parte de la diversidad humana y cultural, y en este contexto de crisis capitalista internacional, es un resultado que generan la misma expoliación y explotación capitalistas en los países semicoloniales, razón por la que millones se ven obligados a migrar hacia los EEUU o Europa, donde encontramos una crisis migratoria de proporciones sin precedentes. Los discursos de odio, racistas y xenofóbicos no van más, y merecen ser enterrados en el basurero de la historia, allí donde están los Hitlers y los Musollinis.

¡Repudio total a la política racista de deportaciones masivas!

¡Solidaridad con las personas migrantes irregulares!

¡Hay que transformar el miedo en organización y lucha!

¡Por un Paro General de trabajadores que detenga la política racista!

¡Exigimos políticas para facilitar la regularización y nacionalización de las personas migrantes!

¡Basta de colaboración de los gobiernos latinoamericanos con el imperialismo!

Declaración redactada por Deby Calderón Vega, del Nuevo Partido Socialista de Costa Rica