Renunció la viceministra de educación Adriana Puiggrós

En las últimas horas se conoció que el día viernes presentó la renuncia la viceministra de educación de la Nación Adriana Puiggrós, y hoy le fue aceptada.

No es una funcionaria más por eso su renuncia manifiesta en algún sentido una desavenencia y una crisis con el curso liberal de la gestión de Trotta, que desde los inicios no mostró intenciones de cambios del sistema educativo, ni pedagógicos, ni aumento en el presupuesto, ni inversiones en infraestructura. Si algo puso en claro la pandemia es la profunda desigualdad social de este sistema y que la defensa de la educación pública significaba no solo palabras, sino hechos concretos que permitieran resolver la brecha social y que para eso hace falta una verdadera inversión económica y cambios en el sistema educativo a la cual este gobierno no está dispuesto llevar adelante.

Esta crisis sale a la luz ahora pero la dimisión de Puigróss no fue la única, también durante la gestión de Trotta renunciaron al ministerio la subsecretaria de planeamiento, Prospectiva e Innovación , Liliana Pascual y los asesores de la viceministra el pedagogo Roberto Marengo y el medico Norberto Liwiski.

Con ajuste en educación y con hambre en las familias, ¿puede haber educación virtual?

Producto de la pandemia y la cuarentena, el sistema educativo “normal” se vio paralizado. Esto fue una medida necesaria y producto de la enorme presión que ejercieron los trabajadores de la educación de todo el país. Recordemos que unos días antes del inicio de la cuarentena, el gobierno suspendió las clases como expresión del reclamo surgido desde las escuelas.

Sin embargo, la paralización de las clases presenciales no redundó en un “traslado a la virtualidad” como debería hacerse bajo estas condiciones excepcionales. Claro que eso no es nada sencillo, menos en una situación que se presentó de un día para el otro. Pero luego de 5 meses de cuarentena el resultado es categórico: no se conoce una sola medida sustancial que haya tomado el gobierno nacional para garantizar que estudiantes, docentes y auxiliares podamos seguir manteniendo algún nivel aceptable en el funcionamiento del sistema educativo.

Al no tomar ninguna medida, la brecha de la desigualdad social se expresó con toda crudeza a la hora de enseñar y aprender en forma virtual: millones de pibes que no tienen computadora, tampoco internet, que comparten un celular entre varios integrantes de su familia, o directamente condiciones hogareñas y familiares que hacen imposible aprender. A eso se sumaron miles de jóvenes del secundario que tuvieron que ponerse a trabajar junto a sus familias para hacer frente a la crisis social y a la miseria insuficiente del IFE, que hace imposible a una familia vivir con $10.000 cada dos meses. Un cuadro social que ya existía antes de la pandemia pero que se potenció con la crisis económica y terminó dinamitando el proceso de educativo.

Como la contracara de esta desidia del Ministro Trotta, se muestra la voluntad y compromiso de las y los trabajadores de la educación que vienen haciendo un enorme esfuerzo por garantizar la “continuidad pedagógica”, tratando de sostener de la mejor manera posible el contacto con los estudiantes, gastando dinero para comprar computadoras, haciéndose el tiempo y lugar en sus casas para combinar la docencia con el cuidado de sus hijos (recordemos que la mayoría de las docentes somos mujeres, por lo que recae sobre nosotras la doble tarea, de las cuales una además no es remunerada…)  Todo esto para que nuestro trabajo sea “reconocido” por el gobierno mediante un “plus Covid” de poco más de $1000 luego de 5 meses de pandemia! Ah, y con 0% de paritaria nacional… 

Sin inversión y un plan de obras ya, no se puede volver a las aulas

Por otro lado está la cuestión de la futura vuelta a las aulas. Aún no está claro cuándo bajará o terminará la pandemia. ¿El gobierno piensa seguir bajo esta precariedad de la semi-virtualidad sin invertir un peso como viene haciendo hasta ahora? ¿Y se le escuchó alguna palabra al ministro sobre obras de infraestructura? Nada. En lugar de aprovechar todo este tiempo para acondicionar las escuelas para la vuelta, no se hizo nada. Las escuelas están en las mismas desastrosas condiciones que las dejamos en marzo cuando entramos en cuarentena. Por lo tanto, si el gobierno -como quiere hacer Larreta en CABA ahora- piensa hacernos volver a las aulas con “protocolos” sanitarios, ya le vamos avisando que eso será imposible en cualquier escuela del país sin mediar una serie de reformas estructurales que requieren millones en inversión.

Plata para escuela pública ya, no para el saqueo de la deuda

El rumbo que hay que tomar en educación es muy distinto. En primer lugar se requiere una fuerte inversión para hoy garantizar la educación virtual en todos sus niveles (con computadores e internet gratis para todos), y al mismo tiempo ir arreglando las escuelas para cuando se pueda volver sin riesgo de contagios. Por otro lado necesitamos un aumento salarial para todos los trabajadores de la educación que iguale un cargo a la canasta familiar según cada provincia. Para los docentes que aún no pueden tomar horas por su bajo puntaje hay que garantizar que el PLAN PIEDAS se continúe y aumente a $30.000. ¿De dónde sacar el dinero para todo esto? En primer lugar planteamos que no se puede seguir pagando la deuda externa, es una estafa por donde se la mire. Y por otro lado hay que afectar las ganancias de los empresarios: de los pools de siembre, de los banqueros, de los grandes supermercadistas que la están levantando en pala, de los pulpos informáticos, etc.

Hay que hacer oír nuestros reclamos con la lucha y en las calles

La renuncia de Puiggrós no sólo es una crisis para el ministerio de Trotta, sino que además evidencia aún más el papel de las direcciones de CTERA y SUTEBA como secretarías del gobierno. Es decir, hasta una funcionaria de alto rango como la vice ministra rompe con una orientación social-liberal del gobierno en educación, y los sindicatos que deberían ser los primeros en plantarse…no se les oye ni palabra. Un verdadero papelón. Pero que redobla la necesidad de que los gremios rompan ya con esa orientación. Por eso desde los sectores combativos de la docencia que nos organizamos en las listas de oposición como la multicolor, no podemos dejar pasar más tiempo: hay que poner nuestros reclamos en la calle, con acciones de lucha que visibilicen nuestros reclamos y exigencias. Para que, al mismo tiempo que exigimos a las direcciones sindicales que rompan su pasividad y complicidad, hagamos escuchar en las calles la voz de la docencia que le ponga un freno a los avances del gobierno contra la educación. Llamamos a los compañeros/as de la multicolor a impulsar juntos estas iniciativas cuanto antes.

 

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