
El viernes 15 de julio, 22.000 docentes que se desempeñaban en escuelas de toda la provincia de Buenos Aires como acompañantes de trayectorias del programa +ATR fueron cesados por el gobierno de Axel Kiciloff y el ministro Sileoni.
No es casualidad que este cese se haya programado justamente de cara a las vacaciones de invierno. Esta fue una decisión planeada por el gobierno teniendo en cuenta que durante las vacaciones los trabajadores queremos y merecemos descansar y pasar tiempo con nuestras familias, por lo tanto organizar medidas de lucha se torna más complejo.
Aun así, el día martes 19 de julio, distintas organizaciones docentes independientes del gobierno y movimientos sociales realizaron una concentración con micrófono abierto y una olla popular frente a la gobernación exigiendo la inmediata reincorporación con plenos derechos de los compañeros cesados. En la misma, funcionarios de la Dirección General de Cultura y Educación y del gobierno provincial se acercaron a hablar con los ATR.
Aunque se mostraron abiertos al dialogo, incluso prometieron llamar a una mesa de diálogo con los docentes que se encuentran en lucha en los próximos días, sostuvieron que el programa ya había finalizado y barajaron la posibilidad de discutir nuevos planes además de destacar como algo positivo el hecho de que están trabajando para hacer efectiva la extensión de la jornada simple escolar a 5 horas, contraponiendo esta decisión al pase a planta de los 22.000 ATR.
Los docentes expresaron que lo que se necesita es que estos 22.000 puestos de trabajo pasen a formar parte de la planta funcional de las escuelas, para poder seguir trabajando como se viene haciendo con los alumnos, pero esta vez bajo los términos que detalla el estatuto docente. Así, rechazaron categóricamente la creación de un nuevo plan que precarice a la docencia y eche por tierra el trabajo y el vínculo construido hasta ahora con las escuelas, alumnos y familias.
Desde el primer momento en que se lanzó este plan, desde la Lista Gris Carlos Fuentealba advertimos que se trataba de un programa precario, por fuera del estatuto docente, que atacaba al conjunto de la docencia, ya que a través de él se busca naturalizar formas de trabajo distintas, cuestionar el estatuto y atacar nuestros derechos como trabajadores de la educación.
Aunque este es un punto importante, no debemos desconocer que en el plano pedagógico el plan funcionó: se volvieron a vincular con la escuela miles de estudiantes, se trabajó sobre los contenidos prioritarios para que los alumnos puedan aprobar las áreas que adeudaban y así pasar de año, e incluso en los últimos meses se trabajó junto a los equipos de orientación y los docentes de planta para reforzar y brindar apoyo a aquellos alumnos que lo necesitaban de forma individualizada.
Esto último, la necesidad de que en la escuela los alumnos tengan un espacio con un docente de apoyo para reforzar contenidos es un reclamo y una necesidad histórica de las escuelas y ese lugar lo estaban ocupando los ATR, avanzando incluso en solucionar problemas graves de alfabetización que existen tanto en escuelas secundarias como en el segundo ciclo de las primarias.
Los ATR ocuparon un lugar muy importante en la escuela y los alumnos aun los necesitan, no hay razones pedagógicas para terminar con el programa, las razones son políticas y económicas. Estos ceses masivos se dan en el marco de un ajuste generalizado del gasto público que está realizando el gobierno para cumplir con las metas pactadas con el FMI. Es decir, no se pone un peso más en educación porque todo se lo dan al FMI. Es por esto que además de exigir la reincorporación de los compañeros debemos exigir que el gobierno rompa con el FMI.
Quienes brillaron por su ausencia en esta jornada fueron los sindicatos docentes, que para sorpresa de nadie siguen desconociendo la lucha de los ATR. En todo este tiempo, ni SUTEBA ni ningún otro sindicato docente movieron un dedo para reclamar por los derechos laborales de los compañeros, incluso fueron un palo en la rueda para que los demás docentes puedan sumarse a las acciones.
Nunca llamaron a paro, se negaron a dar constancias gremiales e incluso en Ensenada contrapusieron una reunión de delegados llamada de un día para el otro a una movilización que hace semanas venían organizando los compañeros. Hay que exigir a los sindicatos que rompan el pacto que tienen con el gobierno de dejar pasar el ajuste. Basta de accionar como una oficina más de un gobierno ajustador, su tarea es organizar y defender a los trabajadores, no darles la espalda.
El próximo sábado 23 de julio se llevará adelante una asamblea virtual de docentes para discutir como continuar. Sin duda hay que seguir organizados y preparar una movilización llena de docentes y de ATRs para el día en que nos convoquen a la mesa de diálogo. La única forma de ganar es que seamos miles en las calles.