¿Qué hay detrás de la negociación para postergar las PASO?

Aunque se escudan en el argumento de la pandemia, gobierno y oposición patronal especulan con los tiempos políticos de los distritos que gobiernan. Ambos están de acuerdo en mantener el mecanismo antidemocrático de las Primarias.

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Reunión entre gobernadores de la UCR y Alberto Fernández, en febrero pasado.

Mientras Argentina se sumerge de lleno en la segunda ola de la pandemia del Coronavirus, el tiempo para definir el calendario electoral de este año se hace cada vez apremiante.

Hace tiempo que el gobierno nacional viene siendo presionado por los gobernadores peronistas acerca de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). La perspectiva de los gobernadores en un primer momento era suspenderlas definitivamente por este año, pero tanto el sector del gobierno ligado al kirchnerismo como un sector mayoritario de Juntos por el Cambio le bajaron el pulgar a la propuesta.

La razón es que dichos sectores están interesados en la realización de las PASO para dirimir sus propias disputas políticas internas: el kirchnerismo, agrupado alrededor de La Cámpora, busca ganar terreno frente al sector pejotista tradicional. Por su lado, Juntos por el Cambio está disputado entre su ala “moderada” (Rodríguez Larreta, Vidal) y una más ferozmente derechista (Bullrich, Macri).

El sector de Juntos por el Cambio que está más bien dispuesto a la no realización de las PASO es el que hoy tiene puestos de mando (como Larreta en CABA). Desde esa ubicación es que tienen más preocupaciones por el problema real de la gestión de la pandemia, mientras Bullrich puede impunemente sumarse a las declamaciones negacionistas de su base social reaccionaria, a la que ceba para rascar un voto más. Por otra parte, en sus distritos pueden poner quien es candidato y quien no sin mayores problemas: ser mayoría clara y gobernar les permite hacerlo.

Pero en los distritos en los que la oposición está en minoría, no gobierna y deberá enfrentarse al gobierno (como la Provincia de Buenos Aires), Juntos por el Cambio necesitará de las PASO para definir candidatos. Los radicales y el partido de Carrió no aceptarán simplemente ir detrás del PRO de Bullrich. Hay que recordar que la máquina electoral, el aparato, en gran medida sigue siendo de la UCR. Las PASO fueron fundamentales para la propia conformación de «Cambiemos» en 2015: la candidatura de Macri se definió en internas con un candidato radical y otro de CC-ARI. Así será la definición en muchos distritos clave: ¡nada menos que en la Provincia de Buenos Aires! Para Bullrich y esa ala del PRO, la realización de las PASO es cosa de vida o muerte, de ella depende en cierto modo el equilibrio interno de su coalición.

¿Pero qué interés tienen los gobernadores y una parte del gobierno de al menos postergar las PASO? El ministro del interior, “Wado” de Pedro aseguró esta semana que “la fecha de las primarias es una discusión sanitaria” y que “no se trata de una reforma electoral”. Es la excusa “políticamente correcta”: debido al contexto sanitario, las elecciones implican aglomerar gente en los lugares de votación, por lo que sería mejor postergarlas hasta que el contexto epidemiológico sea más favorable.

Ahora bien, al igual que la clase social a la que responden, sabemos que los políticos burgueses sólo aparentan preocuparse por los problemas sociales cuando a través de ellos encuentran una fachada para encubrir su propio carrerismo y conveniencia política.

Habiendo asumido o comenzado un nuevo mandato en diciembre de 2019, con el comienzo de la pandemia y al haberse trastocado por completo las agendas políticas, los gobernadores buscan ganar tiempo para mostrar los avances en la “gestión” de cada uno de sus distritos que les permita llegar bien posicionados a las elecciones de este año. Confiados en que no volverá a haber un cierre total, buscan aprovechar estos meses para hacer un poco de política “normal”, agenda que se vio interrumpida con la cuarentena del año pasado.

Esto y no otra cosa es lo que está detrás de la supuesta “preocupación sanitaria” con la que los gobernadores pidieron suspender las primarias. Es por eso también que ahora estarían de acuerdo con la solución “intermedia” de postergarlas un mes, siendo que en términos sanitarios es muy poca la diferencia que puede haber en ese corto período de tiempo, en el que de todos modos no se evitarían las aglomeraciones de personas el día de la elección.

En ese contexto, la oposición de Juntos por el Cambio, en particular el sector ultraderechista encabezado por Patricia Bullrich salió a denunciar como un “ataque a la democracia” la tentativa del gobierno de suspender las PASO primero, y de postergarlas después. Ya hemos hablado de cuales son las razones políticas por las que el sector cambiemita está interesado en ir a internas.

Claro que la “defensa de la democracia” del macrismo no es más que una demagogia barata “antipopulista” para su base electoral. A este reclamo demagógico se han sumado también Clarín y La Nación, con sendas editoriales que le exigen al gobierno «no cambiar las reglas del juego democrático». Por supuesto, ninguno de los dos diarios expresaron preocupación por las reglas democráticas en sus editoriales del 24 de marzo de 1976.

¿Qué hacer con las PASO?

Muy por el contrario, lejos de que su suspensión sea un ataque a la democracia, las PASO son en sí mismas un mecanismo antidemocrático cuya principal –y casi única- función es “filtrar” partidos hacia la elección general, por lo que tienen un carácter proscriptivo. Recordemos que las PASO exigen un piso porcentual mínimo de votos que hay que superar para poder participar de las elecciones generales.

El argumento de que las PASO garantizan que todas las opciones presentes en las generales sean “representativas” es profundamente falaz, ya que para saber cuan representativas son las listas que se presentan… ya existen las elecciones en cuanto tal, además de los requisitos de afiliaciones y adhesiones que exige la justicia electoral para ser reconocido legalmente como partido político. No hace falta agregar una elección “de más”, a menos que lo que se quiera sea justamente silenciar ciertas voces de cara a la elección general donde realmente se disputan cargos, que es precisamente lo que hacen las PASO.

Desde que se implementaron en 2011, desde el Nuevo MAS denunciamos este carácter proscriptivo de las PASO y exigimos por su anulación. Con ellas buscan silenciar a la izquierda revolucionaria, que no cuenta ni con las campañas electorales millonarias financiadas por los capitalistas para sus candidatos, ni con el aparato político de los partidos tradicionales que han gobernado todos estos años.

Vergonzosamente, un sector de la izquierda agrupada en el FITU no sólo ha abandonado hace ya años esta campaña de denuncia contra el mecanismo de las PASO, sino que incluso se ha sumado al coro de la oposición capitalista que denuncia un “ataque a la democracia” por la posibilidad de su suspensión ¡El FIT de Del Caño y Bregman defiende la «democracia» junto a Macri y Bullrich!

Esto se explica por la marcada orientación electoralista que hace ya tiempo viene caracterizando al FITU, y en particular por salir beneficiados del piso proscriptivo de las PASO que dejan afuera a otros espacios de la izquierda revolucionaria –como el Nuevo MAS- hegemonizando así de manera artificial la representación de la izquierda en las elecciones generales.

Por el contrario, creemos que las PASO deben no sólo suspenderse este año, sino ser anuladas definitivamente. Ni el gobierno ni la oposición de derecha están dispuestos a hacer esto, sino que negocian meramente su postergación, que no va a cambiar nada de fondo –ni respecto a lo democrático ni respecto a lo sanitario.

Todo esto sin perjuicio de que debemos defender a rajatabla todos los derechos democráticos. Estaríamos hablando de algo muy distinto si lo que estaría en cuestión sería la realización de las elecciones generales. Rechazamos de antemano cualquier intento del Estado capitalista y sus partidos de limitar o suspender el elemental derecho a que haya elecciones. Pero es muy peligroso confundir las elecciones libres –que históricamente fueron una conquista de la clase trabajadora y las mujeres con años de lucha- con un mecanismo proscriptivo inventado desde arriba por el Estado burgués para limitar la participación política en el proceso electoral. De esto último se tratan las PASO, y no debemos abandonar la exigencia de su definitiva eliminación.

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