La patronal no acata la conciliación obligatoria

Praxair: ganar las calles hasta que entren todos

Recapitulemos sintéticamente. Durante diciembre la patronal de Linde Praxair despide a 10 trabajadores de su planta de Pacheco. Son despidos discriminatorios y persecutorios; los compañeros despedidos fueron delegados, ocuparon distintos cargos sindicales, pero centralmente fueron parte de la vanguardia que logró organizarse y pelear por sus derechos.

El emblema de esa lucha fue y es el compañero Maxi Arecco, despedido por la patronal por organizar la primera comisión interna en la historia de esta empresa, luego de una larga lucha que se dirimió en los Tribunales, y fue reincorporado y reconocido como delegado; de eso ya pasaron 20 años.  Durante este tiempo se logró que la Planta Pacheco fuera la que mejorara en condiciones de trabajo y salarios en comparación con las otras plantas distribuidas en el Gran Buenos Aires.

Como queda claro, el despido de Maxi y los otros compañeros es claramente una conducta antisindical, persecutoria y sobre todo muestra que los patrones no toleran una experiencia independiente, desde las bases y que se basa en la democracia de los trabajadores. “Ni lerda, ni perezosa” la patronal vio que con el gobierno de ultra derecha de Milei tenía la oportunidad para “limpiar” la fábrica de luchadores que no se venden como hacen los “dirigentes” de la CGT y de la mayoría de los sindicatos, incluido el químico.

A fines de diciembre y ante la inminencia de las fiestas de fin de año, se acordó una tregua hasta el 31 de enero, con los compañeros adentro de la planta. Terminada la tregua, los 10 compañeros deberían entrar a trabajar, pero a 6 de ellos no los dejan entrar.

El lunes 3 de febrero se larga un paro en la planta Pacheco que es acompañado por las otras plantas ubicadas en Pilar, Avellaneda, Ensenada y Lanús, en un hecho histórico. Histórico en muchos sentidos: por la solidaridad, porque muestra el grado de organización, porque muestra la fuerza potencial de la unidad de los trabajadores en la lucha, porque muestra en escala el poder de la clase trabajadora.

El abastecimiento de los gases industriales y medicinales que producen en Praxair -que tiene una posición monopólica- empezaba a ser crítico. En esas circunstancias, el jueves a la tarde la burocracia del gremio levanta el paro sin ningún tipo de consulta, consumando una traición histórica. Con promesas de una reunión para el lunes pasado levantó el paro cuando a la empresa se le acababa el margen de maniobra. La traición pone blanco sobre negro por qué las patronales y los distintos gobiernos soportan y en algunos casos mantienen y refuerzan a la burocracia sindical corrupta, antidemocrática, impresentable, pero incondicional de los patrones y del Estado y sus gobiernos, cuando se trata de traicionar a la lucha de los trabajadores.

El corte de 197 y la posterior marcha hasta la planta fue un éxito, no solo porque recogió gran solidaridad de muchísimos sectores, tuvo impacto y simpatía en los trabajadores de la zona, fue transmitido por los medios nacionales y logró que interviniera el Ministerio de Trabajo de Provincia y declarara la conciliación obligatoria.

En el día de ayer, de oficio el Ministerio de Trabajo de la Provincia dictaminó la conciliación obligatoria que en estos momentos la patronal no está cumpliendo con distintas excusas y no deja entrar a los compañeros a sus puestos de trabajo.

Las conciliaciones obligatorias o las mesas de negociación son habitualmente una maniobra para enfriar la lucha y poner paños fríos en una situación en que la lucha está en ascenso. Fue el caso reciente de la ocupación del Hospital Bonaparte a fines del año pasado que la burocracia levantó el conflicto cuando estaba en ascenso, a cambio de una mesa que solo sirvió para darle respiro al gobierno y reiniciar el ataque en pleno enero.

Pero también la conciliación puede servir en momentos de cansancio y de desgate para recomponer fuerzas y hacer un trabajo por abajo para preparar próximas acciones.

Hoy la realidad nos muestra que ganar la calle es lo que abre posibilidades de victoria. En este caso, nos parece que hay que reforzar la campaña para que la patronal acate la conciliación con todos los compañeros adentro. Por eso proponemos que se convoque lo antes posible al Comité de Solidaridad para organizar un gran corte en 197 hasta que la empresa acate la conciliación con todos adentro.

Hacer pública la lucha y sacarla a la calle es la tarea del momento y ganar tiempo para por abajo preparar el desborde y el paro en las otras plantas. Hoy está al rojo vivo el problema de la dirección. Milei sigue a la ofensiva porque el peronismo y la burocracia sindical de la CGT le dieron sobre vida al no parar y movilizar masivamente el 12 de junio para tirar abajo la Ley Bases… Hoy estamos pagando las consecuencias de esa traición. La tarea del momento es desde bajo organizar el desborde y construir una nueva dirección con todos los sectores independientes.

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