
Por Laura Granillo y Magui Trybus
El sábado 15 se realizó la segunda reunión masiva para conformar la comisión organizadora del próximo Encuentro Nacional de Mujeres 2019 que la marea verde trajo a la ciudad de La Plata, uno de los principales centros políticos del país que abre la posibilidad de que el encuentro pueda ser masivo e histórico.
Esta segunda reunión, que contó con la participación de más de 300 compañeras de distintos lugares de trabajo, estudio y de los barrios, estuvo cruzada por dos debates sobre el carácter que tiene que adoptar el encuentro. El primer debate fue sobre modificar el nombre y que pase a llamarse Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis y bisexuales. El objetivo es la inclusión de todas las nacionalidades que participan del encuentro, sobre todo la de los pueblos originarios, identidad que es negada y atacada sistemáticamente por el Estado, así como también las diversidades sexuales. Un reclamo que fue concluido por amplia mayoría en Trelew y sobre el cual toda la comisión organizadora estaba de acuerdo, salvo las militantes del PCR que se opusieron sin dar ningún argumento.
El segundo debate fue que el Encuentro se pronuncie claramente y levante bien alto la bandera de por el derecho al aborto, como propusimos Las Rojas y otras compañeras. Reclamo histórico que este año alcanzó una mayoría social pese al rechazo en el Congreso. Tanto el PCR como las militantes nucleadas en distintos espacios políticos y sindicales del Kirchnerismo se manifestaron en contra. ¡Es escandaloso que estos sectores quieran negar completamente la marea verde que este año copó las calles!
Porque, aunque pareciera obvio que el encuentro tendría que servir para discutir cómo seguimos la pelea por el aborto legal, las k y el PCR vinieron a la ofensiva en esta segunda reunión, a plantearnos que ¡no puede ser bandera de lucha este reclamo y que en que en el encuentro tienen que expresarse los dos pañuelos! ¡Es decir, que tenemos que dejar de pelear para que las mujeres, sobre todo las pobres, dejemos de correr riesgo de vida por el aborto clandestino! Y más caradura aun, en un año que logramos instalar y ganar a un sector amplio de la sociedad para que se sume a esta pelea.
Su argumento es una continuación de lo que planteo Cristina Kirchner en ocasión del Foro CLACSO un mes atrás. Allí la ex presidenta planteo que “…en nuestro espacio hay pañuelos verdes pero también hay pañuelos celestes. Tenemos que aprender a aceptar eso sin llevarlo a la relación de fuerzas”. Una vez más, y en nombre de la “unidad” quieren archivar esta pelea como hizo durante su gobierno. Es así como pretenden enmascarar su alianza con la Iglesia y ganarse el voto de los sectores más conservadores, con el argumento de que los sectores populares están en contra del aborto legal y son los que más sufren las políticas del Gobierno y si nos pronunciamos por el aborto, les cerramos las puertas a estas compañeras. Incluso, una militsnte del Suteba de la conducción de Baradel, tomando como ejemplo las palabras del Papa Francisco, nos llamó fascistas por pelear por nuestros derechos.
En primer lugar, como explicábamos en esa ocasión, la unidad de los dos pañuelos implica que cada uno deje de luchar por lo suyo, es decir, que todo quede como está. A los pañuelos celestes esto les significa un triunfo, porque el aborto va a seguir siendo clandestino; en cambio para el movimiento de mujeres implica hacerse a un costado y dejar de luchar por que no se mueran más mujeres y por cambiarlo todo.
En segundo lugar, es falso que los sectores populares estén en contra del aborto. Esta lucha fue efectivamente una marea. Este año las mujeres de todo el país fuimos protagonistas, copamos las calles y le arrancamos a este gobierno una media sanción en el congreso. Nos movilizamos de manera masivas, llegando a ser un millón en las vigilias del 13J y el 8A, que a pesar de no haber conquistado la ley hemos ganado el debate en la sociedad. Fue emocionante ver como en cada parada de la estaciones de tren que nos llevaba al Congreso se sumaban cientos de compañeras para movilizarse. Hasta la propia CGT osó ponerse en contra de este derecho y se encontró con un pañuelazo en su puerta.
Finalmente, el argumento de la “unidad” para enfrentar a la derecha es como la sumatoria de números negativos y positivos de igual denominación, el resultado es cero. Y por lo tanto en esa “unidad” terminan ganando los poderosos y los reaccionarios. Es curioso que para enfrentar a la derecha haya que unirse a los sectores como la Iglesia católica y no al movimiento de mujeres, que en todo el mundo se puso a la cabeza para enfrentar a los reaccionarios como Trump y para salir a repudiar a Bolsonaro con el #EleNao. Y en nuestro país, fuimos las mismas compañeras de pañuelos verdes, en unidad con los trabajadores y los estudiantes, las que salimos a las calles contra el presupuesto de Macri y el FMI, mientras la burocracia sindical y los K fueron a rezar a Luján.
En el fondo, el progresismo muestra su verdadero rostro. Gobernar, desde su punto de vista capitalista patriarcal, es cambiar algo para que todo siga como esta. Y en ese sentido, las K y el PCR quieren usar el Encuentro como plataforma de campaña electoral por Cristina. Justamente el rol del Encuentro, tiene que ser completamente el opuesto. Tanto su preparación como el Encuentro mismo tienen que servir para potenciar la lucha para que finalmente el aborto sea legal.
Estas discusiones aún siguen abiertas, aunque tengamos amplia mayoría, por eso es importante que llenemos las próximas reuniones para conformar la comisión organizadora y participar de las comisiones, el próximo 9 de febrero ¡para organizar el encuentro más masivo e histórico del movimiento de mujeres con el espíritu de la marea verde!