Artículo titulado originalmente «Crypto unTethered», aparecido en el blog de Michael Roberts The Next Recession. Traducción del Suplemento semanal de Izquierda Web.
El pasado jueves, la industria de criptomonedas de 1,3 billones de dólares fue golpeada duramente cuando la «moneda estable» Tether -un engranaje crítico en el criptomercado- brevemente falló en sostener su atadura al dólar estadounidense. Una moneda estable es una criptomoneda que está atada a una divisa fiat existente, a saber el dólar estadounidense, haciendo fácil (aunque costoso) el intercambio entre criptomonedas como bitcoin y una divisa oficial como el dólar. Las monedas estables se supone que siguen a las divisas del mundo real y así juegan un rol central en la estabilidad de un más amplio criptomercado proveyendo a los operadores de un lugar seguro para dejar su dinero entre apuestas en las volátiles monedas digitales.
Pero la semana pasada esa paridad uno-a-uno entre Tether y el dólar estadounidense fue roto y el precio de Theter en dólares cayó, aunque brevemente, a 96 centavos.
Un asunto fundamental para todas las monedas estables es su resiliencia a ataques especulativos convencionales, análogos a los ataques a los tipos de cambio fijos. Los reportes de Theter muestran que sus reservas de dinero para respaldar la atadura al dólar es solo del 4%, con la mayoría del resto en papeles de riesgoso dólar comercial. JP Morgan recientemente reportó que la moneda estable Theter no tenía supervisión regular ni seguro de depósitos. Así que si la gente fuera a no poder usar los tokens de Theter, «el resultado más probable sería un severo shock de liquidez para el más amplio mercado de criptomonedas», que podría llevar a que todo el mundo trate de vender al mismo tiempo.
El tambaleo de Theter sucedió al mismo tiempo que el mercado de criptomonedas tuvo un inmenso desplome junto a otros activos financieros especulativos, como acciones y bonos, en los que inversores y operadores ahora llaman «mercado del oso» (Trad: mercado a la baja). Esto prueba, una vez más, que las criptomonedas no son dinero, sino otra forma de activo financiero especulativo que sufrirá cuando las burbujas de inversión comiencen a estallar.
Theter es el mayor operador con un mercado de monedas estables de 180 mil millones. Hay 80 mil millones de tokens de Theter en circulación, por lo que debería tener 80 mil millones en activos -una suma que lo compara con los más grandes fondos de cobertura del mundo. Pero los detalles en torno a como esas reservas son manejadas son escasos, y no son sujetas a auditorías acorde con los estándares contables internacionalmente reconocidos. El años pasado, la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos multó a Theter por 41 millones de dólares, diciendo que la compañía había hechos declaraciones «Falsas y engañosas» sobre sus reservas.
El cripto crash fue luego amplificado por otra criptomoneda, TerraUSD. ¡Su precio respecto al dólar cayó un 98%! Terra también se hace llamar a sí misma una moneda estable, pero tiene poco en común con Theter más allá del objetivo de costar un dólar. En vez de estar respaldada por reservas en dólares, es una «moneda estable algorítmica», su valor respecto al dólar está determinada por decisiones «descentralizadas» hechas por sus participantes. ¡Su valor por lo tanto depende no de alguna reserva basada en el dólar respaldado la moneda estable, como supuestamente es Theter, sino puramente en la confianza de los poseedores de Terra y su equivalencia en el dólar!
Este es en efecto un «esquema Ponzi» en el que el valor de los activos depende de que haya suficiente gente dispuesta a seguir comprando mientras otros quieren vender y no en el valor subyacente de algún bien que lo respalde. Como dijo un observador, «esto parece un juego de cartas porque lo es. El sistema se basa en un mercado activo, que requiere que los operadores crean que no se quedarán atascados sosteniendo la bolsa. Si todos le dan la espalda a TerraUSD a la vez, todo se desploma». Y así fue.
Todo esto prueba lo que argumenté en artículos anteriores. Bitcoin y demás criptomonedas no están más cerca de la aceptación universal como dinero que cuando aparecieron por primera vez. Siguen siendo parte de las finanzas digitales especulativas. No reemplazarán las monedas fiduciarias, donde el suministro está controlado por los bancos centrales y los gobiernos como principal medio de intercambio. Permanecerán en la microperiferia del espectro de las monedas digitales, tal como lo ha hecho el esperanto como idioma global universal contra el poderío de los idiomas imperialistas inglés, español y chino.
Mientras tanto, la industria de la criptominería utiliza enormes cantidades de energía en la «minería» de estas monedas, ya que los conjuntos de computadoras necesarios para la criptominería ahora consumen el 0,55 % de la producción mundial de energía, casi tanto como un país pequeño. Toda la exageración asociada con las cripto oscurece el hecho de que está utilizando millones de toneladas de carbón, cobre, metales de tierras raras y plástico. China prohibió efectivamente la minería y el uso de criptomonedas a fines de 2021 porque consumía mucha energía y por los riesgos especulativos asociados a las cripto.
Estas grandes caídas en los precios de las cripto han expuesto el fracaso de los intentos de algunos países emergentes de recaudar fondos mediante el lanzamiento de criptomonedas nacionales y la emisión de bonos gubernamentales en criptomonedas. Tomemos el experimento de El Salvador. Tres economistas, Diana Van Patten de Yale, Fernando Alvarez de la Universidad de Chicago y David Argente de Penn State, publicaron recientemente un estudio sobre la adopción de bitcoin en El Salvador. Sus descubrimientos, basados en una encuesta representativa en persona de 1800 salvadoreños, sugieren que fuera de los hombres jóvenes, educados y expertos en tecnología, el interés duradero en bitcoin no se ha materializado.
El gobierno de Salvador ha ofrecido todo tipo de incentivos a los ciudadanos para usar cripto ’chivo’ en lugar del dólar estadounidense, del que hay poca disponibilidad: un bono de instalación de US$30, pagado en bitcoin, equivalente al 8 por ciento del salario mínimo mensual; descuento en las gasolineras más grandes del país, sólo para usuarios de chivo; un fondo nacional de US$150 millones para subsidiar las tarifas relacionadas con bitcoin; un despliegue de 200 cajeros automáticos bitcoin en El Salvador y 50 más en América; estado de curso legal, por lo que las empresas deben aceptar la moneda criptográfica y los impuestos se pueden pagar en bitcoin.
Pero nada de esto ha funcionado. La mayoría de los salvadoreños continúan usando el dólar estadounidense. El estudio encontró que “la razón más importante para [las personas que conocían Chivo pero no lo descargaban] fue que los usuarios prefieren usar efectivo. A esto le siguieron asuntos de confianza -los encuestados no confiaban en el sistema o en bitcoin mismo».
La especulación es inherente al capitalismo, pero aumenta, como otras actividades financieras, en épocas de malestar económico y crisis, o sea, cuando la rentabilidad cae en los sectores productivos y el capital migra a sectores improductivos y financieros donde la tasa de ganancia es más alta. Esta es la razón del surgimiento y auge del criptomercado. Lo que ahora muestra la caída de este mercado es lo que sucede cuando los inversores comienzan a esperar una caída en las ganancias debido a una desaceleración inminente e incluso a una recesión en la economía «real».