En la noche de este día sábado 17 tuvo lugar un hecho gravísimo. La policía de la Ciudad de Buenos Aires liberó la zona y agentes de esa fuerza junto a un grupo de neonazis atacaron cobardemente a familiares de personas privadas de su libertad que acampan para protestar frente a Tribunales.
Tras los hechos hubo familiares heridos y dos de ellos fueron hospitalizados. Uno de ellos fue Alfredo Cuellar, militante antirrepresivo y padre de “la China” Cuellar, quien fue asesinada por el Servicio Penitenciario en el año 2012.
«Vinieron con palos y preparados para pelear, dejando a varios con golpes y cortes. Se retiraron cuando vecinos en situación de calle se sumaron, ya que nos superaban en número. Dos terminaron en el hospital, uno de ellos desmayado por un bastonazo en la frente efectuado por el oficial de la policía de la Ciudad, J.P. Brito Costa» denunciaron desde el acampe.
El acampe comenzó el primero de febrero de este año por la iniciativa de familiares de detenidos y detenidas en las distintas cárceles del país realizan. Se encuentran allí frente al edificio de la Corte Suprema de Justicia, en Plaza Lavalle, ubicada en Talcahuano 550. Entregaron petitorios con sus reclamos que aún esperan respuesta por parte de las autoridades.
Las y los familiares se encuentran allí para denunciar las condiciones infrahumanas en las que se encuentran las personas privadas de su libertad. Tal como quedó de manifiesto el año pasado al comienzo de la pandemia, cuando en muchas cárceles hubo motines y protestas contra el hacinamiento que causa la sobrepoblación y la desidia estatal.
En medio de la segunda ola que despierta gran preocupación los derechos humanos y la garantía de condiciones de salubridad e higiene mínimas no existen en las cárceles. La respuesta ante las protestas han sido la represión por parte de los distintos gobiernos. De un lado y otro de la grieta la política represiva tiene rostros muy similares. Lo ocurrido fue gravísimo porque los grupos de fachos actuaron junto a la policía, una institución represiva estatal y pusieron en peligro la integridad de las y los familiares del acampe.