«Hay quienes luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.»
Bertolt Brecht
Un 22 de marzo de 1930 nacía Nora Morales. Hoy la conocemos como Norita Cortiñas, la luchadora incansable, la imprescindible. Falleció el 30 de mayo a los 94 años.
Nuestro pequeño homenaje a Norita: un pañuelo verde y rosas rojas. Es el color de la bandera de la emancipación humana.
Venceremos, y será hermoso. pic.twitter.com/dnLAEVBPvJ— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) May 31, 2024
Hasta el fin de sus días fue referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la lucha por la verdad, memoria y justicia. Celebramos su vida y su lucha. Su mensaje recuerda a las nuevas generaciones que las páginas de la historia se siguen escribiendo, que la lucha sigue contra la impunidad de ayer y hoy.
Inmenso dolor por el fallecimiento de Norita.
Un ejemplo de lucha y de profundas convicciones que ha marcado muchas generaciones presentes y futuras.
Madre de las luchas, madre de todes.
Celebro tu vida, tu trayectoria de incansable compromiso independiente.
Te vamos a… pic.twitter.com/NadqSZSSNO— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) May 30, 2024
Hasta el final, mantuvo su independencia política frente al Estado y los partidos capitalistas y por eso nunca fue indiferente a ninguna causa. Una polémica se abrió en los organismos de derechos humanos, entre los luchadores por Memoria, Verdad y Justicia en los primeros años de este siglo. Después de la rebelión del 2001, el kirchnerismo quiso «institucionalizar» a los organismos, quitarles su independencia política frente a todos los gobiernos. Norita estuvo a la cabeza de quienes tomaron la decisión de mantener su independencia política. Y así, hasta el final, fue parte de todas las luchas. No solamente contra la impunidad a los genocidas, también de los trabajadores, contra el pago de la deuda externa, por los derechos de los pueblos originarios, por el derecho al aborto y un interminable etcétera.
Su huella empezó a dibujarse en las caminatas de cada jueves en Plaza de Mayo, en aquel sombrío 1977, y supo llegar a cada rincón donde haya una pelea contra la injusticia.
Cuando tuvo que responder en una entrevista lo que significa el pañuelo blanco, ella dijo que es “lucha contra la injusticia, contra el olvido, contra el silencio”. Y, si hay alguien que no se calló y siguió de pie denunciando cada atropello, esa fue Norita. Abrazando cada lucha.
Hasta siempre #Noritaeterna. Muchas generaciones levantamos las banderas por memoria, verdad y justicia, y por un mundo sin explotadores ni explotados. Siempre independientes de todo gobierno como lo hiciste vos, tu lucha continúa!
Venceremos venceremos venceremos y será hermoso! pic.twitter.com/vjFsQxcpmM— Juan Cruz Ramat (@juancruzramat) May 31, 2024
“Del lado Norita de la vida” se convirtió en una frase popular de redes sociales en las nuevas generaciones que la tuvieron como referencia. Porque sí, si había alguna duda, era un buen consejo mirar donde estaba parada Nora Cortiñas.
«Soy Nora Morales de Cortiñas, cofundadora e integrante del movimiento de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora. Nací en Buenos Aires, Argentina. Parí dos hijos. Uno de ellos, Gustavo, está desaparecido. No hace mucho tiempo atrás, murió mi esposo. Mi matrimonio duró 50 años. Yo fui una mujer tradicional, una señora del hogar. Me casé muy joven. Mi marido era un hombre patriarcal, él quería que me dedicase a la vida familiar. En ese entonces yo era profesora de alta costura y trabajaba sin salir de mi casa, enseñándole a muchas jóvenes a coser. Vivía todo muy naturalmente, como me habían educado mis padres.” (“El Movimiento de Madres de Plaza de Mayo” de Mabel Bellucci en Fernanda Gil Lozano y otras, Historia de las Mujeres en la Argentina. Tomo II. Editorial Siglo XX, 2000)
El 15 de abril de 1977, en la estación de trenes de Castelar, la dictadura genocida se llevó a su hijo Carlos Gustavo Cortiñas, estudiante de Ciencias Económicas de la UBA y militante de la Juventud Peronista. Él colaboraba en la Villa 31, en el barrio Saldías, junto al Padre Carlos Mugica. Eso cambió para siempre el curso de su vida.
“Algunas no sabíamos nada, otras venían de experiencias más formadoras. Había quién había escapado del nazismo, otra madre que había sido sindicalista, aprendimos unas de las otras y nos organizamos sin tener del todo claro nada más que la necesidad de tocar todas las puertas. Hacíamos cartas y las llevábamos, confiábamos en nuestra capacidad de demandar, en que éramos madres con pañales en la cabeza porque algunas se habían quedado con bebés a cargo. Los padres colaboraban pero no hubieran podido hacer lo mismo que nosotras. Yo no tenía miedo, tenía solamente miedo de que lo que yo hacía pudiera perjudicar a Gustavo”.
En el camino de su vida y años se transformó para ser hoy una referente que enseñar con el ejemplo cómo se enfrentan las injusticias. Fue madre de Gustavo y Marcelo, pero todos los luchadores la sienten como una madre, como madre de todas las batallas.
En las marchas del 24 de marzo y en todos los actos y causa por justicia, nos vana hacer falta esas palabras de cierre, dichas siempre por Norita Cortiñas: “30 mil detenidas y detenidos desaparecidos, presentes. Hasta la victoria siempre. Venceremos.”
En la presentación de la biografía “La madre de todas las batallas” escrita por Gerardo Szalkowicz, allí reivindicó a su hijo Gustavo, a los 30.000 detenidos desaparecidos. Pero también a la revolución de las hijas y el no pago de la deuda externa.
No dejó nunca de ampliar el horizonte de sus batallas. Muchas décadas después de ser referente de Madres de Plaza de Mayo, dijo sobre el acto de comenzar su lucha: “Fue un gesto feminista, porque nosotras, todas, dejamos la casa. Yo la dejé, no tuve ninguna duda, sabía que tenía que salir y lo hice sin consultar. Con los años me doy cuenta de que ese gesto es feminista porque entonces no sabía ni qué era ser feminista. Creía que era estar en contra de los hombres. Y yo tenía dos hombres en mi casa.”
Lloramos su muerte y festejamos su vida. ¡Norita Cortiñas presente! ¡Ahora y siempre!