Militarización, represión y detención de opositores en La Plata

Cientos de uniformados coparon el centro de La Plata para evitar una feria de manteros y vendedores ambulantes. Hace instantes hubo represión y detenidos. Del relato al hecho del "emprendedurismo" en el capitalismo. Denuncian el robo de mercadería por parte de la policía.

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Un desmedido operativo policial comandado por el gobierno municipal de La Plata ya se cobró varios detenidos y el robo de mercadería de manteros. Hace ya semanas que el centro de la ciudad se encuentra fuertemente custodiado contra las «mafias» de las personas que intentan apenas sobrevivir a la Argentina macrista.


Arrojados a los márgenes de la economía formal, viviendo en las orillas tempestuosas de una competencia feroz en la que ganan muy pocos, millones de personas apenas se las arreglan para sobrevivir. Las crisis capitalistas tienden a convertir a miles de trabajadores en masas dispersas por las grandes ciudades de vendedores ambulantes e incluso a veces simplemente en mendigos. Los verdaderos dueños de la sociedad (y de la policía) tienden a resolver la molestia de convivir en los centros de sus ciudades con las consecuencias de su propio enriquecimiento usando la fuerza bruta.


Así, las personas que el día de hoy buscaban simplemente arreglarse el día a día vendiendo sus humildes productos en el centro de la ciudad, fueron tratados como criminales comunes. Peor, a decir verdad, porque los grandes ladrones son los que comandan en la realidad estos operativos a través de sus secretarios privados, esos que ostentan el poder político. El intendente Garró y Vidal no son más que la mano ejecutora de las personas de saco y corbata que viven en los barrios privados.


El relato liberal capitalista nos vende a esta sociedad como la de la libertad de hacer con tu vida lo que quieras. El «emprendedurismo», esa ideología artificial que vende a los empresarios como los ejecutores de la mayor de las libertades humanas, es un fraude puesto al descubierto por la realidad del punzón policial sobre la vida de la gente. Mientras algunos ostentan el poder económico y político a la vez, las amplias mayorías tienen vedado «emprender»: su «libertad» es la libertad de morir de hambre o ser encarcelado.


La sociedad capitalista y su propiedad privada es la sociedad que priva de propiedad a la aplastante mayoría de la sociedad, que solamente tiene la opción de venderse al primer postor para poder comer. Ni siquiera al mejor, apenas al primero que aparezca. Mientras tanto, las agencias ideológicas de los bancos, los industriales y los campestres nos presentan su triunfo contra la mayoría de la sociedad, su explotación de ella, como la culminación de un derrotero de aciertos individuales. Y a quien pretenda sobrevivir a ese triunfo: bastonazos policiales para enseñar de qué se trata la libertad.

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