El candidato «liberfacho» a diputado por la Ciudad de Buenos Aires, Javier Milei, no deja de mostrar que está lejos de ser una novedad y un fenómeno realmente disruptivo en la política. A cada paso se ve cómo viene, con gritos y una excentricidad berreta, a proponer más de las mismas recetas neoliberales y reaccionarias nefastas que ya vimos – y vemos- fracasar.

En una entrevista publicada ayer por el portal O Globo, medio brasileño que lo presentó como «el fenómeno electoral del momento en Argentina», dijo que su «alineamiento con Trump y Bolsonaro es casi natural». Acto seguido agregó que, estos neofascistas y sus gestiones sirven de inspiración para su propio proyecto político.

Estos personajes son expresión del fenómeno de avance electoral de la ultraderecha que, no es tan nuevo en el mundo ni en la región. De hecho, nos vienen dejando una serie de experiencias y enseñanzas políticas importantes. Tal como escribía Marcelo Yunes, hablamos de figuras con una » interpelación electoral y cultural basada no en grandes entramados ideológicos o esquemas programáticos sino en la apelación más visceral a las emociones y las identidades choca de frente con las formas tradicionales de hacer política.»

Pensar, por ejemplo, en el trumpismo es abordarlo «como fenómeno excede lo político y abarca lo social-cultural-identitario de un muy amplio sector, mayoritariamente plebeyo e incluso de trabajadores (blancos), que se siente abandonado por las instituciones de la democracia tradicional», dice Yunes. Y agrega que este personaje «tuvo la astucia de dirigirse a ese sector desde la línea ideológica de menor resistencia: nativismo, orgullo blanco, chauvinismo, xenofobia, armas, antielitismo, antiintelectualismo.»

En caso de Donald Trump, por ejemplo, se trata del mandatario que se fue por la puerta de atrás luego de ensayar un autogolpe fallido tras la toma del Capitolio.

Su gestión tuvo ese tristemente célebre final «producto de la crisis de su gobierno por la gestión de la pandemia, su política de defender los negocios de los ricos a toda costa. Pero, fundamentalmente, se trata de un triunfo distorsionado (mutilado por el sistema político estadounidense) de la inmensa rebelión antirracista y democrática que estalló este año en el corazón del imperialismo mundial.»

Si tenemos que hablar sobre Jair Bolsonaro, el candidato liberfacho hizo una apreciación más que elocuente «Considero que él inició su gestión en la dirección correcta. Puso al frente del Ministerio de Economía a un economista de prestigio de la Universidad de Chicago», haciendo referencia a Paulo Guedes.

La agenda económica del gobierno de Bolsonaro está marcada por la continuidad de ataques contra los derechos de las y los trabajadores, flexibilización laboral, privatizaciones, etc. ¿Cuál la situación general en el vecino país hoy?

La inflación según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) registró entre la segunda quincena del mes de julio y la primera del mes de agosto un alza mensual de 0,89%. La misma acumula un alza en lo que va de año de 5,81% y en los últimos 12 meses el incremento se ubica en 9,30% de acuerdo con datos oficiales. Se trata del mayor registro para un mes de agosto desde 2002.

El desempleo pese a una leve desaceleración en los últimos meses, se ubica en un 14,1 % en el segundo trimestre de 2021. La cifra de trabajadores autónomos alcanzó un récord de 24,8 millones de personas para ese mismo período. La tasa de informalidad arroja que hay 35,6 millones de trabajadores informales, frente a un 36,9 % (o 30,8 millones de personas) de trabajadores registrados entre abril y junio del año pasado.

O sea, Milei saluda la gestión económica de un ministro que, pandemia mediante, aprovecha para reventar las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras y garantizar ganancias millonarias a los grandes empresarios. Ni hablemos de que Bolsonaro también ensayó un autogolpe semanas atrás y su postura antidemocrática y reaccionaria recalcitrante no es novedad para nadie.

Vaya personajes que le son afines, vaya experiencias frustradas y frustrantes, con legados lamentables plagados de acciones ligadas al golpismo, racismo, machismo, xenofobia, etc… todo lo que atenta contra los intereses de las mayorías de trabajadores. Así, Javier Milei viene a proponer una vez más aquello que en los 80, 90 y ahora significa explotación, miseria y ataques a derechos como programa «novedoso» y «disruptivo».