
Durante el fin de semana, Javier Milei, en declaraciones a la prensa, dijo que «no es descartable una fórmula con Patricia Bullrich en 2023». De este modo, siguen los intercambios de halagos y la confesión de estar unidos por una gran «afinidad ideológica» por parte de ambas figuras representantes de la ultraderecha en el país.
Hay que ver si finalmente esto se cristaliza o en una alianza política de cara a 2023. Lo seguro es que su programa atentaría sin dudas contra las conquistas y derechos del pueblo trabajador, la juventud, el movimiento feminista, LGTTBI+ y el conjunto de las y los oprimidos.
Milei traza una «línea divisoria» a partir de lo que considera «la social democracia» (Milei considera irrisoriamente que, tanto el Frente de Todos como Cambiemos son variantes de socialismo) y quienes están en su misma vereda: «Del otro lado estamos los liberales, libertarios, la nueva derecha, los conservadores, el peronismo republicano, los menemistas y los halcones de Juntos. Esa es la línea divisoria».
Dime con quien andas…
Si el modelo que inspira a estos personajes es el menemismo, lo primero que viene a la cabeza son las consecuencias económicas y sociales trágicas de la gestión del «mejor presidente de la historia» argentina, según Javier Milei. Las privatizaciones arrasaron con toda empresa pública en manos del Estado. Esto significó, por ejemplo, la pérdida de autosuficiencia energética con la privatización de YPF. Otra imagen que pinta esos nefastos años, son los ramales ferroviarios y las fábricas que cerraban a mansalva dejando a miles de familias en la calle, a veces a pueblos enteros. Esto significó en el mediano plazo la pobreza y el desempleo masivo.
Mientras, miles y miles de laburantes resistían contra la avanzada neoliberal, los jubilados, como Norma Pla, marchaban cada miércoles frente al Congreso porque sus pensiones y jubilaciones eran de hambre. Las y los docentes ponían en pie la «carpa blanca» en protesta por la sanción de una Ley de Financiamiento Educativo y la derogación de la Ley Federal que hizo estragos en la educación pública. La respuesta del gobierno siempre era la lisa y llana represión.
¿Dónde estaba Milei por esos años de amargas postales para el pueblo trabajador? Currando como asesor a una AFJP, símbolo si los hay de las avanzadas privatistas y de los buitres que lucraban con los años de esfuerzo de las y los laburantes y sus derechos. Domingo Cavallo es otra figura afín a estas ratas, ahí tenemos convertibilidad, timba financiera, y empresas que se la llevaban en pala mientras se redoblaba la explotación.
Sin ir más lejos, Ricardo López Murphy es para Milei un exponente de las ideas liberales en la ciudad. Este señor asumió el 15 de marzo del 2001 como ministro de Economía. Duró quince días como parte del gobierno de Fernando de La Rúa que la rebelión popular puso en jaque. Con un recetario ultra-ortodoxo bajo el brazo se propuso «reducir las cuentas fiscales, bajar los salarios, jubilaciones, despedir empleados públicos y recortar los presupuestos de salud, educación y asistencia social. También proponía privatizar las empresas que todavía quedaban en manos del Estado.»
A la derecha de estos dos está la pared
Si con esto no se duda del verso de que traen prosperidad, hablemos de lo que sería la agenda de derechos humanos de esta dupla a la que aspira Milei a futuro. Si les parece mucho volver a los 90’s y, si no habían nacido por esos años, basta recordar la gestión de Cambiemos (2015-2019). Allí Patricia Bullrich, Macri y compañía dieron clases magistrales de cómo reventar condiciones de trabajo y de vida, reprimiendo y criminalizando a la protesta social, la pobreza y a la juventud como unos campeones.
Podemos estar horas hablando de afinidades, es que, Milei también comparte con Bullrich el negacionismo más descarado. Si se trata de la reivindicación descarada de los crímenes de la última dictadura genocida. Acá cerca en el tiempo, está la responsabilidad de Bullrich en la desaparición forzada seguida de asesinato de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel. ¿Parece mucho? Hasta está involucrada junto a Macri y otros ex funcionarios en el envío de armas para bancar el golpe de estado en Bolivia.
«Liberales» y represores
Por más que se presente discursivamente contra «la casta política» y pose de rebelde anti-sistema, Milei representa lo más rancio del capítalismo. La pretensión de que los empresarios tengan la libertad de súper explotar a los trabajadores y éstos no tengan ningún derecho laboral ni sindical. Su acercamiento a una figura defensora de la represión y el gatillo fácil como Patricia Bullrich no hace más que mostrar una vez más que, como dijo Manuela Castañeira: el plan económico liberal no cierra sin una fuerte represión a los trabajadores y los sectores populares.