Para ser justos con Mondino, nadie puede cuestionar su vocación diplomática de colonia. Su expulsión del cargo de canciller se precipita tras una votación en la ONU contra el bloqueo criminal imperialista de Estados Unidos sobre Cuba. Como siempre, los únicos en votar a favor del bloqueo fueron los propios Estados Unidos e Israel. En este caso, vaya uno a saber por qué, Argentina votó bien: contra el embargo, junto a todos los demás países de las Naciones Unidas.
Se trata de una votación tradicional en la Asamblea de la ONU que no tiene efecto práctico alguno pero que sin embargo tiene el valor simbólico de rechazar el escandaloso embargo contra la isla impuesto por el gobierno imperialista desde hace décadas.
— Juan Cruz Ramat (@juancruzramat) October 30, 2024
Pero Milei quiere un alineamiento total, de colonia, sin independencia de ningún tipo, con Estados Unidos. Evidentemente, que el Estado intervenga en el comercio está bien si son los Estados Unidos para someter más y mejor a otros países. En este caso, Cuba, que logró independizarse de hecho del sometimiento yanqui con la revolución de 1959. Pese a que la burocracia cubana viene desde ya hace mucho erosionando las conquistas de la revolución.
El «argumento» de la «democracia» es evidentemente nada creíble. Ninguna sanción provino de Estados Unidos a las dictaduras militares latinoamericanas, a las que apoyó. Tampoco a regímenes brutales como el de los saudíes, con los que hacen buenos negocios. El imperialismo yanqui simplemente no puede aceptar que haya un país independiente de su poder en su mismísimo patrio trasero. Y Mondino no fue lo suficientemente arrastrada para los criterios de Milei. Pese a ser probablemente la diplomática más arrastrada de Argentina desde 1983, compitiendo con muchos otros, en particular los del menemismo.
De nuevo, la «libertad» de Milei es la «libertad» del imperialismo yanqui de someter todo lo que quieran a otros países.
Claro que lo hecho por Mondino está lejos de ser un gesto de posición política internacional independiente. La defensora de los «derechos» de los kelpers sobre Malvinas, la gestora del no ingreso de Argentina a los BRICS, no puede ser acusada de no tener la vocación de arrastrada que Milei exigía de ella. Pero Milei quiso darle un gesto a sus jefes, que le dan órdenes desde una embajada.