Planero VIP libertario

«Mercado Libre»: Galperín llora intervención estatal contra MODO

Marcos Galperín es dueño y fundador del pulpo tecnológico Mercado Libre. El hombre más rico de la Argentina y niño mimados del ultraderechista Javier Milei retomó la escena pública con una nueva faceta: la de llorón contra el "mercado libre".

En los últimos años hizo innumerables apariciones públicas para propagar la «doctrina» cloacal de la nueva derecha liberal. El año pasado, Galperín aprovechó la performance electoral de Milei para pedir la vuelta de las AFJP y el saqueo de los recursos naturales alrededor del debate por YPF.

Esta vez el multimillonario y evasor fiscal más grande del país retomó la primera plana de todos los medios para pedirle al Estado argentino que intervenga sobre el mercado para favorecer a Mercado Pago ante la billetera competidora MODO.

¿Galperín se hizo «colectivista»?

La denuncia presentada por MercadoLibre ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia acusa a los 36 bancos tradicionales que integran Play Digital S.A. y son dueñas de MODO de «cartelización» e «impedimento de la libre competencia».

Una acusación cuanto menos irrisoria de parte del dueño de la mayor fortuna del país, tasada por encima de los USD 8.000.000.000 por la Revista Forbes. Mercado Libre es además la empresa nacional mejor valorizada en las bolsas del mundo y que no contaba con competencia real en el área de la llamada fintech.

Galperín pasó años y años diciendo que la intervención estatal sobre la economía es el peor cáncer de la sociedad y la causa de todos los problemas económicos del país. Esto mientras se enriquecía parasitariamente a través del condono de subsidios y de la fuga de capitales a paraísos fiscales.

No por nada Galperín fue uno de los nombres centrales en el carpetazo de los Pandora Papers algunos años atrás. De hecho, Mercado Libre recibe 100 millones de dólares anuales en subsidios del Estado argentino. Parece que el verdadero planero de este país es Marcos Galperín.

La denuncia presentada por Mercado Libre es puro llanto: Galperín se queja de que pierde contra la «ley del libre mercado» que tanto defiende. Sucede que no existe tal cosa como la famosa «libertad» del mercado capitalista. La competencia de capitales en búsqueda de ganancia lleva inevitablemente a la concentración de capitales, a la aparición de capitalistas más fuertes que se comen a los más débiles. Después de todo, en toda competencia siempre hay un ganador. Ese es el punto. Y los ganadores nunca son los trabajadores. Esa es la ley de la selva que defienden los liberales.

Después de dos décadas lucrando monopólicamente con el e-commerce y las fintech (con negocios que incluían un altísimo componente de estafa fiscal, explotación laboral y pura especulación financiera), ahora Galperín se desespera porque los bancos tradicionales quieren competir con él. Son lágrimas de cocodrilo en medio de una disputa entre capitalistas. La única discusión es quien se queda con el mejor pedazo de la torta.

Queda demostrado, de paso, que las bravatas liberales contra «la tiranía del Estado» son puras pavadas y fabulaciones. Son los mismos millonarios liberales que fugan fortunas a paraísos fiscales los que reciben subsidios millonarios y le piden ayuda a papá Estado cuando necesitan saldar disputas entre sí.

Lo que le molesta a los Galperín y a los Milei no es el Estado. El Estado es capitalista y no hace falta más que ver los números para darse cuenta: a los trabajadores se les quitan subsidios para que paguen $500 un pasaje de colectivo mientras Galperín recibe USD100.000.000 anuales. Lo que les molesta son aquellas cosas que la sociedad le ha arrancado al Estado: las jubilaciones, las leyes laborales, los derechos adquiridos como la educación y la salud públicas.

Un parásito de toda la vida

La retórica “liberal” de Galperín no es casual. Su discurso habitual se basa en una simple operación: proponer a los empresarios multimillonarios como las víctimas de una sociedad supuestamente tiranizada por “los impuestos” de un Estado con gigantismo. Esto viene acompañado de una fuerte demonización hacia los supuestos “ñoquis” o “planeros”, como suele decirlo el propio Milei en los medios de comunicación.

Pero no hace falta más que contrastar sus declaraciones con sus cuentas bancarias para ver que se trata de puras mentiras y fabulaciones.

Los empresarios liberales como Galperín nos son víctimas sino parásitos que viven chupando la sangre de la sociedad. La contracara de sus fortunas es la estafa hacia el Estado pero, aún más, hacia los trabajadores que literalmente crean sus fortunas día a día.

No hay más que ver la situación en la que trabajan los empleados de las firmas de Galperín en el país, como los trabajadores de Mercado Flex. El servicio de envíos de Mercado Libre emplea a trabajadores en negro, no reconocidos, a los que paga tarifas miserables y ningún tipo de aporte patronal (jubilación, obra social), ni vacaciones o aguinaldo.

Lo mismo sucede en todo el planeta con los trabajadores de la llamada gig economy y del e – commerce, como es el caso de los trabajadores de Amazon, la firma del multimillonario estadounidense Jeff Bezos. La superexplotación es la verdadera esencia de la supuesta «libertad» de la nueva derecha a nivel mundial.

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