Megacausa Campo de Mayo: “44 años después la Justicia no es Justicia”

Así habló Raquel Robles, referente de HIJOS y querellante en la recientemente reabierta Megacausa Campo de Mayo por crímenes de lesa humanidad.

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44 años después la Justicia no es Justicia”, “¿Por qué sigo preguntando lo mismo después de todos estos años? ¿Dónde está mi mamá? ¿Dónde está mi papá? Estoy en pelotas frente a la Justicia” declaró Raquel Robles, referente de H.I.J.O.S, en la megacausa Campo de Mayo. Lejos de decir una metáfora Raquel hizo alusión a su declaración. Al momento de finalizar su testimonio se mostró sin ropa. Su piel al descubierto solo “vestía” los nombres escritos de 500 desaparecidos y desaparecidas durante la última dictadura cívico militar. Una expresión de dolor e indignación ante la falta de acción del aparato estatal capitalista.

Hace pocos días se reabrió de forma virtual una nueva audiencia por la megacausa Campo de Mayo, que investiga más de un centenar de crímenes cometidos durante la última dictadura militar argentina.

Fue ante el Tribunal Oral 1 de San Martín, que investiga la desaparición de los padres de Raquel Robles, que la referente de H.I.J.O.S declaró la inacción del aparato estatal de forma tajante “Quisiera que pudieran citar, indagar e imputar aplicando una lógica que no es de mi imaginación, sino que cualquier funcionario público sabe y tiene: el Estado actúa como Estado para el bien y para el mal, con toda su orgánica”, afirmó Raquel, hija de Flora Celia Pasatir y Gastón Robles, detenidos y desaparecidos el 5 de abril de 1977.

44 años después la Justicia no es Justicia”, dijo la declarante. Ardida de emoción y dolor continuó “¿Por qué sigo preguntando lo mismo después de todos estos años? ¿Dónde está mi mamá? ¿Dónde está mi papá? Estoy en pelotas frente a la Justicia”. Lejos de decir una metáfora Raquel hizo alusión a su declaración. Al momento de finalizar su testimonio se mostró sin ropa. Su piel al descubierto solo “vestía” los nombres escritos de 500 desaparecidos y desaparecidas durante la última dictadura cívico militar.

Yo entiendo el poder simbólico que tiene la Justicia; pero ese poder existe en tanto y en cuanto se aplique en lo concreto. Sepan que quienes hicieron todo este daño hace cuarenta y cuatro años que están viviendo su vida; y lo peor que les puede pasar es terminar su vida en la cárcel. Pero ya vivieron toda su vida. Toda esa vida que nos negaron ellos ya la vivieron y ustedes son responsables de eso”, sentenció Robles señalando al Tribunal de la causa, en la cual de los 22 imputados que se juzga, 12 todavía no tienen condena previa y 9 ya han sido sentenciados pero por otros delitos.

La declaración de la también escritora al acusar al Estado, ese aparato burocrático que en alguno de sus laberintos todavía guarda información es una muestra de que todavía en su memoria perdura el dolor y la incertidumbre frente una justicia que es todo menos justa.

Mientras el Estado gasta millonadas en pagarles a dichos jueces, “dueños de la verdad”, la mayoría de los crímenes durante la sangrienta dictadura que dejó más de 30.000 desaparecidos por miembros del Ejército, la Policía Federal y la Gendarmería Nacional todavía buscan justicia. Raquel, como tantos otros familiares, sobrevivientes y sectores sociales que repudian el genocidio de clase perpetrado en Argentina continúan la lucha por la cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas.

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