Juan José Bahillo, secretario de Agricultura bajo la gestión Massa, confirmó una segunda reunión entre el gobierno y la Mesa de Enlace para este martes a las 17:30 horas. El encuentro contará con personal técnico de ambas partes y desarrollará los temas tratados durante la primera reunión del último viernes.

En esa ocasión, fue el propio Massa quien se reunió con los representantes del campo. El secretario Bahillo consideró esa reunión «muy positiva, franca y en buenos términos» y señaló que permitió elaborar «una agenda de temas prioritarios». En realidad, por «agenda de temas prioritarios» debería leerse que la Mesa de Enlace le dicta la tarea al gobierno.

¿Asado? Para los argentinos, no

Así lo demostraron las palabras de Nicolás Pino, el menos diplomático y más directo presidente de la Sociedad Rural. «Le dijimos al ministro [Massa] que la confianza entre el sector agroproductivo y el Gobierno se ha cortado. ¿Cómo se restituye? Con acciones concretas. Y una medida concreta, que la tienen al alcance de la mano y es fácil, es empezar a agilizar las exportaciones de carne bovina«.

Hoy hay 7 cortes de carne prohibidos para la exportación, y cupos límites fijados para varios más. Esta fue una medida desesperada (e insuficiente) del albertismo para frenar la inflación de la carne en el mercado interno. Lo cual no evitó que el consumo de carne bajara a sus niveles mínimos históricos en el país de las vacas.

Pero eliminar estas mínimas regulaciones y «liberar» la exportación de carne podría hacer estallar los precios del mercado interno. Especialmente en momentos de inflación internacional, crisis alimentaria y presión devaluatoria sobre el peso argentino.

La palabras del ruralista son transparentes: para que el campo «colabore», hacen falta más privilegios.

Dólar soja

Y hablando de privilegios, el dirigente sojero también se refirió al «dólar soja», esa cotización «campo friendly» de la divisa que tanto busca el gobierno.

«Ese famoso ’70/30′ [del dólar soja] no nos parece para nada que sea seductor para los productores de la manera que está planteado. Así que, que revean esa situación porque hay que dejar en claro que los productores van a vender cuando necesiten este dinero para volver a trabajar y producir».

Las palabras de Pino dan por tierra con las esperanzas de más de un «superfuncionario». El desdoblamiento del dólar para exportaciones fue la única medida concreta que se le «cayó» al desdibujado oficialismo para agilizar la liquidación de divisas. Medida inicialmente impulsada por Scioli y Batakis, Massa se limitó a extenderla.

Según el gobierno, con esa medida ingresarían 5.000 millones de dólares a las arcas del BCRA en «algunas semanas». Hasta el día de hoy, tan sólo una decena de productores rurales de menor envergadura hizo uso del dólar soja para liquidar. El oficialismo ni siquiera quiso dar los números de ingreso de divisas para no exponerse.

Ahora los patrones del agro presionan al gobierno para que les extienda aún mayores beneficios en el tema divisas para exportación. La idea es simple: si Massa quiere conseguir divisas para frenar el peligro de devaluación, tiene que garantizarle al campo ganancias extraordinarias. Aún si esto significa el encarecimiento de los productos más básicos (harinas, carnes y alimentos en general) y una mayor carestía para la población trabajadora, ya golpeada por la inflación.