
Sergio Massa, el superministro encargado de coordinar el sometimiento de la economía argentina a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional, viaja en estas horas a Washington. Allí se reunirá con Georgieva, la cabeza del organismo de crédito, el día jueves.
Se espera que en dicha reunión el argentino pase revista a los pequeños «contratiempos» que está atravesando la economía nacional tan sólo comenzar el año. Una inflación que (¿quién lo diría?) no se desacelera pese que el gobierno previó un aumento del 60% para este año. Y una sequía histórica en el verano más caliente de la historia argentina que está haciendo mermar la entrada de divisas al Banco Central. Mientras tanto, los patrones del agro siguen exigiendo un nuevo dólar soja para liquidar su stock de granos.
Massa apelará al párrafo 11 del Memorando de Políticas Económicas y Financieras consensuado con el Fondo a principios del 2022. Allí se preveían eventuales «recalibraciones» en la política económica de acuerdo a «shocks relacionados con el clima» que «podrían afectar nuestras exportaciones, con repercusiones negativas en la entrada de divisas y los ingresos fiscales».
El encargado de endulzar los ánimos del Fondo será Alberto Fernández, quien se reunirá previamente con el presidente yanqui Joe Biden. Es sabido que quien dicta la orientación del directorio del Fondo es la Casa Blanca. Pero hasta el momento todo indica que la idea del directorio es pedir a la Argentina un mayor ajuste para cumplir las metas de déficit fiscal y reservas previstas por el Acuerdo de Facilidades Extendidas acordado por Fernández y el FMI. Fernández buscará consensuar con Biden un camino intermedio. No se trata de no ajustar, obviamente. Sobre todo porque el ajuste comenzó hace rato, como lo sabe cualquier trabajador argentino que vaya habitualmente al supermercado.
En todo caso, se tratará de que el Fondo permite un ajuste con facilidades extendidas. Sucede que el gobierno panperonista está encarando un año electoral. Y su imagen pública es la peor de su gestión, tras 4 años de crisis tras crisis y un 2022 de 100% de inflación.
Pero lograr la venia del Fondo el gobierno deberá demostrar su buena fé. La misión de Massa será, en suma, repetir nuevamente la inquebrantable voluntad de pago del Frente de Todos o, dicho de otra manera, su voluntad de ajuste.
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