La cartera de Economía comandada por el ministro (¿y candidato?) Sergio Massa continúa las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras el incumplimiento de los acuerdos fiscales y de acumulación de reservas. La escasez de divisas producto de la sequía (y la interminable especulación de los agroexportadores) dio por el suelo con todos los planes fiscales.
Tanto el gobierno peronista como el propio FMI debieron terminar por admitir lo que todo el mundo sabía: que las metas eran irrealizables para la economía argentina. Ahora los términos de la negociación viraron. Del monto de los próximos desembolsos se pasó directamente a la posibilidad de que el gobierno utilice parte de dichos desembolsos para intervenir en el mercado cambiario y frenar una nueva corrida contra el peso.
Ese es hoy el principal miedo de Massa y el oficialismo en general. Con una inflación acumulada superior al 100% interanual y una presión devaluatoria que no cesa, una nueva corrida podría no sólo sepultar cualquier esperanza electoral para el oficialismo, sino sumir al país en un clima de desgobierno.
Massa, candidato del Fondo
En principio, el Fondo estaría dispuesto a dar su visto bueno para la intervención, cosa hasta ahora prohibida. Pero el organismo de crédito tomó nota de la fragilidad del gobierno frentetodista tras la última corrida. El Fondo no desea que el país entre en un ciclo de inestabilidad política que pueda interrumpir el flujo de desembolsos y pagos. Y hasta el momento Massa demostró una voluntad de colaboración incansable: aplicó tarifazos brutales, ajustó salarios, recortó en millones de pesos la inversión social del Estado. Todo lo que el Fondo espera de un gobierno bajo su supervisión.
La ecuación es la siguiente. El Fondo financia a Massa durante la campaña electoral. A cambio, Massa garantiza continuar la política del Fondo (el ajuste) durante la campaña y luego de ella, en caso de ganar (cosa poco probable).
En principio, el ministerio de Economía tendría todo preparado para llegar a un acuerdo de staff con el Fondo el próximo 12 de junio. Luego, el mismo deberá ser refrendado por el Directorio del FMI en las semanas siguientes. Ahora la discusión versa sobre el porcentaje de los desembolsos que el gobierno podrá utilizar para intervenir el mercado cambiario. El gobierno pidió un 60% y el Fondo ofreció un 20%. En algún punto intermedio entre ambas cifras estará el valor del salvataje fondomonetarista para la campaña de Massa. Mientras tanto, la inflación no para y la moneda argentina ya se devaluó un 30% en las últimas semanas.