Gita Gopinath, la número dos del Fondo Monetario Internacional, le puso su firma a un comunicado en el que el Fondo anuncia la aprobación de la cuarta revisión del Acuerdo de Facilidades Extenidadas firmado con el gobierno. El anuncio se da tras la gira de Sergio Massa por Washington, en la que mantuvo reuniones con altos mandatarios del organismo de crédito y prometió nuevas medidas de ajuste.
En concreto, la firma de Gopinath motorizó un el desembolso de 5.400 millones de dólares (unos 4.000 millones de DEG) hacia las arcas del Banco Central argentino. Como resultado del mismo las reservas argentinas aumentaorn unos 2.500 millones de dólares, alcanzando los USD 39.055 millones. Pero, ¿qué pasó con los 2.900 millones restantes? Pues fueron a pagar un nuevo vencimiento de la deuda con el Fondo.
De esta manera el FMI se aseguró la continuidad del Acuerdo de Facilidades Extendidas y, obviamente, del ajuste que el gobierno del Frente de Todos lleva bajo su supervisión. Dicho ajuste comenzó hace largo rato y ya sembró la miseria entre millones de trabajadores. Hace pocos días, el propio INDEC anunció que la pobrezó alcanzó al 39,2% de la población. Unos 18,6 millones de personas.
Pero el Fondo quiere más. A cambio de agilizar el desembolso, el FMI pidió (o, mejor dicho, exigió) tres cosas. Primero: aumentar las reservas en dólares del BCRA. Este fue el punto central de las reuniones en Washington. Sucede que la sequía histórica del último verano hará caer el ingreso de divisas en alrededor de 20.000 millones de dólares. Con este un mente, el Fondo concedió una generosa rebaja del objetivo de reservas para el BCRA… de 2.000 millones. Segundo: acelerar la quita de subsidios a los servicios básicos. Tercero: cercenar el ingreso a la moratoria de jubilaciones que recientemente aprobó el Congreso nacional. «El costo fiscal de la nueva moratoria de pensiones, debe mitigarse a través de regulaciones estrictas para apuntar la entrada solo a aquellos con mayor necesidad», dijo el Fondo en su comunicado.
Este último punto sería en el que el gobierno argentino podría presentar algún tipo de reservas, sobre todo porque la ley ya fue promulgada. Pero habrá que esperar y ver.
Con respecto a las tarifas el massismo está haciendo buena letra. El 2023 arrancó con un tarifazo brutal en todas las ramas y se esperan nuevos aumentos periódicos en lo que respecta al transporte.
Para el aumento de las reservas el gobierno ya anunció la repetición de una receta conocida: el dólar soja. Massa anunció hace pocos días que implementará este «programa de incremento exportador que pretende facilitar en el año de sequía la capacidad y el cumplimiento de los contratos de nuestros exportadores». En realidad se trata de una concesión, no sólo al Fondo, sino a las patronales millonarias del campo. A cambio de una pronta liquidación, el gobierno le da a los sojeros un tipo de cambio diferencial con un mayor margen de ganancia.
En pocas palabras: para los trabajadores argentinos se vienen meses de más y más ajuste. Para los millonarios del país, en cambio, dólares baratos.