Periodista: Estamos con Manuela Castañeira que es dirigente del Nuevo MAS, y vamos a preguntarle ¿Cómo tomaron este proyecto del gobierno? Hay algunos puntos en los que tienen algunas diferencias.
Manuela Castañeira: En primer lugar, señalar que estamos acá con muchísima alegría de que se vuelva a tratar el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Lo sentimos un logro de nuestra marea verde, de la sociedad, de este debate que hemos construido desde abajo, de manera paciente, con muchos argumentos. Muchas, muchas explicaciones. Convenciendo con ciencia, con política, con debate democrático. Desde ese punto de vista, es una enorme alegría.
Al mismo tiempo, el presidente ha presentado su proyecto. Tenemos muchas alertas, porque tiene un peligro y es el artículo sobre la objeción de conciencia. La redacción que el presidente propone es un retroceso en relación al proyecto que rechazó el Senado en el 2018, y tiene que ver no solo con que la objeción de conciencia está puesta, sino que es tan amplia, tan arbitraria, sin ningún tipo de límites, que genera que absolutamente todos los médicos puedan ser objetores de conciencia. Eso genera una gran desigualdad, en lo territorial, porque puede suceder en los hechos que haya provincias enteras que se nieguen a realizar la interrupción voluntaria del embarazo.
P: ¿Crees que ese punto se puede llegar a negociar en el Congreso cuando finalmente se empiecen a contar los votos, quienes pueden votar a favor o en contra; o simplemente la idea del gobierno es que se garantice el aborto, aunque el médico no lo pueda hacer, pero si lo pueda hacer la institución a la que la mujer se acerca?
M.C: Yo creo que está el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto que es muy superador y es el que venimos a apoyar hoy. Ese es el contenido que salvaguarda que esta ley que se escribe con la mano, no se borre con el codo. Así de peligroso es ese artículo. Desde ese punto de vista nos parece muy importante estar en la calle, estar movilizadas, ejercer presión. Ya tuvimos una experiencia con el Senado, con el lobby, con la rosca, con que estén de espalda a la sociedad y no voten nuestros derechos, entonces creemos que la salida es la presión social que ejerzamos en la calle con la marea verde y por eso la convocamos a salir. Además, porque la iglesia, que está hoy acá de manera ultramarginal y minoritaria, tiene muchísimos recursos para ejercer presión, y no podemos permitir que esa sea la voz que esté en la calle. Es un sector que solo viene a decir “no”, que “no se vote” y que las mujeres se sigan muriendo. Los mensajes de violencia, la agresividad con la que se mueven, queman pañuelos verdes, la verdad que es nefasto. Así que más todavía es necesario que la marea se exprese en la calle, que defienda el proyecto de la campaña y creo que la sociedad tiene que entender que lo de la objeción de conciencia tiene que ser parte de la discusión para que no pase.
P: Gracias Manuela