Puede abrirse una crisis política frente a la decisión de Macron de seguir su curso de ajuste a toda costa. La movilización en la calle ya comenzó a rechazar la maniobra antidemocrática del gobierno. Mientras tanto, las burocracias sindicales de la Intersindical convocan irrisoriamente para una huelga el 23 de marzo, una semana después de los hechos.
Artículo original en Socialisme ou Barbarie, Francia, en los días previos al decreto antidemocrático.
Ver esta publicación en Instagram
La semana actual será decisiva para la movilización contra la reforma de las pensiones. Hay una urgencia particular para movilizarse, porque el gobierno se está preparando para adoptar la ley de pensiones este jueves 16 de marzo. En efecto: al final de la comisión mixta, el texto será sometido a la votación de los senadores, el jueves 16 de marzo a las 9 de la mañana. A partir de entonces, corresponderá a la Asamblea Nacional decidir a las 15 p.m.
El gobierno parece estar decidido a aprobar la legislación esta semana, ya sea a través de una votación en la Asamblea o mediante la activación del artículo 49.3. Macron y compañía están haciendo oídos sordos a lo que está sucediendo en las calles, donde más de 3 millones de personas se movilizaron el 7 de marzo en toda Francia. Una movilización monstruosa que tuvo continuidad los días 8, 9 y 11 de marzo, en el contexto de una movilización social que ha durado dos meses.
Los trabajadores ferroviarios, los recolectores de residuos, los trabajadores postales, los maestros, los estudiantes, etc., desde el 7 de marzo han estado en huelga para lograr la retirada de la reforma. La determinación de la clase trabajadora se expresa durante las asambleas generales que se organizan en los lugares de estudio y trabajo. La idea es ampliar el movimiento huelguístico y unir a los huelguistas para movilizarse hasta lograr la retirada de la reforma.
¡No hay nada que negociar!
No confiamos en el Parlamento ni en las salidas institucionales. La política de la Intersindical fue criminal, pues en lugar de insistir en la continuidad de la huelga y la paralización del país, prefirieron, este fin de semana, ofrecer a Macron el camino de una salida institucional proponiéndole organizar una consulta ciudadana. Por su parte, políticos como Mélenchon o Marine Le Pen también han propuesto celebrar un referéndum, una iniciativa que Macron nunca aceptaría.
Como declaró el NPA: ¡No hay nada que negociar! Tenemos que poner nuestras fuerzas en la continuidad de la huelga. La verdadera consulta ciudadana ya ha tenido lugar, el rechazo a la reforma es en gran medida mayoritario en la población. La verdadera democracia se ha expresado masivamente durante dos meses en las calles y en los piquetes.
El 15 y 16 de marzo, paralizar el país hasta lograr la retirada
Es más necesario que nunca bloquear el país y paralizar Francia. Como anunciaron la Coordinación Nacional de Estudiantes y la Asamblea General Interfacultades: «Lo que la Asamblea Nacional puede hacer, la calle lo deshará».
Con esta determinación, el 15 de marzo en París una manifestación saldrá a las 14 pm de l’Invalides hacia la Place d’Italie a la convocatoria de la Intersindical. El 16 de marzo, el CNE y los interfacs lanzaron el llamado a reunirse a las 14 pm en el Panteón de la Sorbona para movilizarse en dirección a la Asamblea Nacional. Muchos sectores están empezando a hacerse eco de este llamado.
Esta semana será decisiva. Es necesario ampliar el movimiento de huelga renovable en todas partes. ¡Estemos masivamente en huelga desde el 15 de marzo y manifestémonos masivamente en la Asamblea Nacional este jueves 16! ¡Por la retirada de la reforma de las pensiones y contra todos los ataques del gobierno de Macron!