
La directora de cine, guionista y realizadora Lucrecia Martel participó ayer al mediodía de una actividad organizada por la nueva conducción del Centro de Estudiantes de Artes Audiovisuales (CEAA) en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Su presencia no pasó para nada desapercibida y generó un enorme impacto en la sede de Salguero al 60. Las y los pibes de Arte Insurrección – quienes conquistaron recientemente la conducción del CEAA – organizaron esta exitosa actividad.
Se trató de la proyección y debate en el marco de una actividad en «Defensa del Cine Independiente». Allí se exhibió la ópera prima de Martel, «La Ciénaga», con la presencia de alrededor de 400 participantes. La actividad fue moderada por la presidenta del CEAA, Sol Atta, y Matías Brito, representante estudiantil en el Consejero Superior.
Alrededor de las 11:30hs comenzaron las acreditaciones. Ya desde temprano se empezaron a concentrar las y los estudiantes y militantes que colmaron el patio de la sede. La fila daba la vuelta llegando a extenderse hasta la esquina de Rivadavia y Salguero. Alrededor de las 12:15hs llegó Lucrecia Martel, mientras terminaban de ingresar las y los asistentes a la sala donde tendría lugar la proyección.
El debate colectivo y el encuentro como protagonistas de una jornada extraordinaria
Obviamente la presencia de la cineasta no pasó desapercibida y, casi de inmediato empezaron los primeros aplausos y ovaciones. Todavía están quienes comparten su experiencia en las redes, por haberse sacado una selfie, haber recibido un autógrafo o, haberse reído de un chiste con ella. Más allá de lo rutilante de estos eventos, lo rico de la experiencia se concentró en el debate a partir de la obra.
Parte de la intervención de la guionista y directora del film versó sobre el problema de la concentración de la producción audiovisual en las manos de pocas empresas. Este fenómeno golpea sobre todo al cine nacional independiente. Además, la directora resaltó el problema de que aquellas plataformas, como Netflix o Amazon Prime, impongan un modelo narrativo como el que imperaba en el siglo XIX. Entonces, se termina por reproducir una forma estandarizada basada en el modelo audiovisual estadounidense del mainstream.
Hablamos de esa forma de hacer cine donde el foco está puesto en el argumento, reproduciendo muchas veces formas de contarnos historias donde los valores y modelos culturales son cáscaras vacías ajenas a nuestra realidad, su riqueza y sus matices.
Apelando a la pelea por construir la propia identidad al momento de contar y construir las historias, dejó a las y los estudiantes el mensaje de la necesaria movilización – tomando el ejemplo del movimiento feminista en la pelea por conquistar la IVE – en la época de las grandes empresas que concentran la producción audiovisual. De esta manera dialogaba con un aspecto – que es individual y colectivo a la vez – en el contexto de la elección del trabajo creativo y audiovisual independiente.
Durante la hora y media de intercambio, esta última cuestión atravesaba muchas de las preguntas e intervenciones. Llevar adelante una carrera en la realización audiovisual en momentos de ajuste y ahogo de la producción nacional e independiente no parece tarea fácil. Sin embargo, esta experiencia colectiva, de ruptura de la cotidianeidad en la sede, de reflexión y debate seguramente abrirá las puertas para llevar a cabo la organización y pelea necesaria. Esa que se plantee la defensa y creación de un arte más allá de los límites que le impone su mercantilización.