
Por Tofi Mazú
En el día de ayer se llevaron adelante cantidad de asambleas en todo el país para discutir qué medida tomaría el movimiento de mujeres y LGTBI en respuesta al fallo reaccionario de Lucía Pérez. Lógicamente, en todas esperaban con ansias el resultado de la más grande de esas asambleas, que agrupó compañeras de la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires, la cual definiría la acción en el centro político del país.
La asamblea en Constitución, que fue enorme, debatió durante cuatro horas en la voz de más de cuarenta compañeras que tomaron la palabra. Pero el dato más relevante fue la presencia de Marta, la mamá de Lucía, y de Matías, su hermano. Marta abrió la asamblea y marcó el debate: había que hacer paro feminista el día 5 y exigir que cayeran el fallo reaccionario y los jueces. Se sumaron también voceras y voceros de otras importantes peleas; como las trabajadoras domésticas de Nordelta, que vienen organizándose contra sus patrones reaccionarios que no quieren viajar con ellas en los mismos transportes de la zona; o el hermano de Celeste, otra víctima de femicidio, que fue caratulado por la Justicia patriarcal como “suicidio”.
Se resolvió, finalmente, marchar desde Tribunales hasta la Plaza de Mayo a las cinco de la tarde y llamar al paro feminista. Ahora bien, no se llegó a esta resolución sin discusiones.
Que caigan los jueces
Las Rojas fuimos a plantear una cuestión política muy concreta. Desde el primer #NiUnaMenos, que las mujeres, travestis y trans le hemos declarado la guerra al patriarcado capitalista, al Estado y a todos los gobiernos de turno. Seguimos esa guerra con cada batalla, ante cada caso de violencia, arrancando condenas para violadores, femicidas y trans-travesticidas con la movilización en la calle. Seguimos esa guerra, también, peleando por el derecho al aborto, la educación sexual y cada uno de nuestros derechos. Pero en la guerra hay dos bandos; y el bando de la opresión y la explotación no se queda en el molde ante tanta rebeldía feminista. El fallo misógino contra Lucía Pérez fue también un fallo contra todas las mujeres, un fallo para aleccionarnos y desprestigiar nuestras luchas (ver Lucía Pérez | Crítica del fallo misógino y de impunidad). Es por eso que llevamos a la asamblea la problemática de que es indispensable hacer caer a los Jueces Urso, Viñas y Carnevale, porque hoy en día encarnan la campaña reaccionaria contra los derechos de las mujeres y la diversidad sexual. Estamos hablando de una batalla decisiva que resolverá si volvemos a los tiempos de antes del #NiUnaMenos, cuando siempre había impunidad, o seguimos avanzando como movimiento. Si después de semejante escándalo, con un fallo tan aberrante, esas tres bestias siguen definiendo lo que pasa con el futuro de las mujeres, si no son destituídos, estaremos en condiciones mucho peores para afrontar las luchas venideras.
No es una cuestión individual de estos jueces, desde ya que el sistema judicial en su conjunto es un problema. Desde ya que no es solo el sistema judicial, sino todo el Estado capitalista y patriarcal, con un gobierno que no baja presupuesto y un Senado de dinosaurios. Pero insistimos en que pelear la destitución de estos tres jueces se trata de una batalla estratégica, que de ser ganada, nos permitirá pelear en mejores condiciones. Son ellos o somos nosotras.
La burocracia, el peronismo y los papistas
No se puede hablar de la asamblea de ayer sin mencionar el rol que cumplieron el kirchnerismo, el conjunto del peronismo y la CTEP, todo el conglomerado “Hay 2019” que va detrás del Papa Francisco y Cristina a las próximas elecciones. El movimiento de mujeres es joven y no cuenta con una burocracia propia que lo encorcete. Sin embargo, esto no quiere decir que las burocracias no intervengan en él.
A lo largo de toda la asamblea se venía discutiendo la importancia de parar y cantidad de compañeras trabajadoras intervinieron en el sentido de que era imperioso exigirle a las centrales sindiciales (CGT y CTA) que hicieran el llamado a paro. Pero cuando ya habían transcurrido varias horas y la asamblea había decrecido cuantitativamente, tomó la plabra una militante del PJ, con una evidente maniobra para romper el clima de respeto en el que se había venido realizando la asamblea. Todo lo que el peronismo tenía para aportar a esa asamblea era divisionismo del movimiento de mujeres y el no llamado a paro. Las peronistas que forman parte de la burocracia sindical, no querían exigirles a sus dirigentes que llamaran a cesar las actividades por Lucía y contra la violencia machista. Pero lo peor de todo es cómo fundamentaban semejante cosa: amparándose en que una enorme cantidad de compañeras están excluídas del mercado laboral formal, por las propias condiciones que este sistema capitalista y patriarcal nos impone a las mujeres, planteaban que es imposible llamar a paro. Más allá de que es evidente el hecho de que si hay compañeras que no pueden ir al paro, pueden manifestarse en la hora del almuerzo de alguna manera, por ejemplo, resulta importantísimo aclarar que eso no se contrapone con la exigencia de parar a la CGT. No es que este sector no lo supiera a la hora de hacer semejante planteo, sino que forma parte del cínico rol que juegan y han jugado durante todo el 2018, dejándole vía libre al macrismo para que aplique el ajuste, para que rechace el aborto legal, para que avance en materia represiva, para que salga fortalecido del G20 y, ahora, para que los reaccionarios retomen la iniciativa perdida tras el desarrollo del movimiento de mujeres.
Sin tregua, hasta que caiga el fallo
Como dijimos más arriba, el fallo tiene que caer y, con él, Urso, Viñas y Carnevale. Se trata de llevar adelante una pelea dura para que la Justicia patriarcal, el gobierno y todos los organismos reaccionarios del Estado no pasen por encima de las mujeres. Se trata de ganar justicia por Lucía y por todas. Se trata de responder a este revés con la fuerza de la que sabemos que somos capaces.
Este miércoles, vamos todas a dejar de lado el trabajo y el estudio. Este miércoles vamos todas a marchar junto a Marta para ganar justicia por Lucía, para que termine la impunidad, para que estos jueces millonarios y patriarcales se tengan que ir y para conseguir la perpetua para Farías, Offidani y Maciel. Vamos a ir a gritar #NiUnaMenos. Vamos salir a la calle. Vamos a parar. Vamo a denunciar al Estado y al gobierno como responsables. Vamos a arremeter contra la Justicia patriarcal y capitalista. En todos los tribunales y plazas del país seremos muchísimas compañeras, para que caiga este fallo de impunidad.