Los trabajadores de Aerolíneas desmienten las provocaciones del gobierno

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Siguen las repercusiones del paro y la cancelación de 200 vuelos de la semana pasada de Aerolíneas Argentinas. La medida de fuerza fue una perfecta ocasión para el gobierno de Macri para descargar una serie de provocaciones y mentiras, con la ayuda de los medios de comunicación afines, acerca de que la empresa estatal sería un lastre que da pérdidas y los trabajadores son “privilegiados”. Raro el mundo macrista, en el que un piloto de avión con un salario apenas por encima del promedio sería un “privilegiado” y un banquero que recibe un 60% de interés del Estado sólo por ser rico sería un ejemplo de ciudadanía.

De la medida participaron los gremios de pilotos, APLA y AULA, del personal de tierra APA, de los técnicos APTA, y UPSA que representa al personal superior. El reclamo fue por el no pago del retroactivo correspondiente al aumento paritario alcanzado en un acuerdo el año pasado, no se cumplió la cláusula gatillo del mes de mayo, y no fue liquidado como corresponde la totalidad del sueldo de octubre.

Esto en el marco de la situación de achicamiento (rutas aéreas que se abandonan para que las hagan compañías privadas o las low cost, que encima son subsidiadas por el Estado), despidos y persecución sindical. De esto los medios se encargaron de apenas mencionar, una gota en medio de un océano de injurias, mientras buscaban notas de usuarios furiosos contra los trabajadores y la medida, para que el relato y reconstrucción sesgada de los hechos sea afín al ataque de los patrones que gobiernan.

El vehemente ataque a los trabajadores y sus gremios es el vehículo para generar un consenso en torno a la intención detrás de todo esto, la reprivatización de Aerolíneas, con los jugosos beneficios para empresas amigas como las low cost y los futuros compradores que se llevarían el botín. Cualquier coincidencia con la mecánica y discurso del gobierno neoliberal de Carlos Saúl en los 90 no es casualidad.

En ocasión de una entrevista la gobernadora Vidal replicó la mentira de que los trabajadores cobran más de 200 mil pesos, parte de la campaña de falsedades sobre las condiciones de trabajo también. En la Argentina que quieren los CEOS reclamar por derechos es delito y anacrónico. En el país que habitamos y padecemos las grandes mayorías, si no luchamos nos revientan hoy y nos roban el futuro.

Para rematar las calumnias y el cinismo, en un acto propio de un empresario parásito y abominable, Macri tuiteó: “Da mucha impotencia saber que con una pequeña parte de lo malgastado en Aerolíneas se podrían haber hecho hace tiempo las obras necesarias para prevenir esto”. Por qué no empieza por recordar que si su papi le paga al Estado la deuda del Correo también se recuperaría dinero, o si el contraer deuda con el Fondo no fuera más que a pagar los intereses habría una administración eficiente de la empresa estatal y sobraría para obra pública. “Da mucha impotencia”

Atacan a los únicos que pueden hacer frente al vaciamiento o reprivatización por chirolas de sus fuentes de trabajo y de vida, los demonizan y acusan de que su derecho a huelga y asambleas afectan a los usuarios. Pablo Biró, de APLA, declaraba en una entrevista en Radio 10:

“El presidente miente cuando dice que los estados no ponen plata para mantener sus aerolíneas”, indicó y argumentó: “Los españoles (a través de Iberia) llevan más de 50 millones de turistas por años. Los italianos, 80 millones. Ponen plata para recuperar Iberia y Alitala. Japón tiene dos. Los países usan la aviación como una herramienta estratégica de desarrollo”.

Ellos mejor que nadie conocen el funcionamiento y la importancia del desarrollo de esta área en pos de beneficiar al país, los empresarios caranchos que gobiernan saben lo opuesto, reventar, vaciar y estafar al Estado para hacer pagar los costos al pueblo trabajador. Remata siendo totalmente contundente Biró, al traer a cuento el caso de los tres trabajadores de rampa que realizaban tareas sobre la pista en momentos de la tormenta del sábado, fueron internados internados por sufrir la descarga eléctrica de un rayo. “De eso no hablaron ni el Presidente ni la gobernadora”.

 

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