En el marco de amplios recortes en el Estado, el gobierno nacional viene llevando adelante un durísimo ajuste económico sin precedentes desde el retorno de la democracia. La aparente «rebelión» de varios gobernadores no tiene nada que ver con alguna presunta oposición al ajuste, sino simplemente quieren no ser ellos quienes paguen los costos políticos y fiscales en cada una de sus provincias.
El conflicto estalló luego de que Milei retenga dinero del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial que le correspondían a la provincia de Chubut, pero que no fueron girados alegando una deuda que la provincia patagónica mantiene con el Estado Nacional.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres (Juntos por el Cambio) respondió en duros términos amenazando con que, si no aparecían los fondos, «no va a salir más gas ni petróleo de la provincia». La declaración, con fines más pirotécnicos que reales, sólo recrudeció aun más el conflicto con Nación.
El recorte de Milei a Chubut generó una inédita confluencia de todos los gobernadores patagónicos en el que manifestaron su apoyo a Torres. Milei redobló la apuesta y, en un intento de dejarlos «pegados» al kirchnerismo, recortó también fondos de la Provincia de Buenos Aires. Se trata del Fondo para el Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires, que fuera creado por Alberto Fernández a instancias de una quita de coparticipación a CABA.
Mientras Milei y Torres se tiran la pelota sobre la retención de los fondos, Kicillof anunció esta tarde que reclamará lo propio en la Corte Suprema. La nota disonante la dio Osvaldo Jaldo, el gobernador peronista de Tucumán, que se arrastró servilmente y salió a reivindicar explícitamente el accionar de Milei, acusando a Torres de esgrimir argumentos «que no son reales». No es el primer acercamiento entre el gobierno tucumano y el nacional: en los días de negociación por la Ley Ómnibus, 3 diputados de Unión por la Patria de esa provincia anunciaron que votarían por la positiva en el recinto, cosa que finalmente hicieron en la votación en general, aunque luego el proyecto naufragó.
En este contexto de brutal ajuste llevado adelante por Milei, los gobernadores buscan no ser ellos quienes paguen los platos rotos del ajuste a nivel nacional, al mismo tiempo que ellos mismos llevan adelante sus propios ajustes en cada una de sus provincias.