Hola a todos. Gracias al compañero Kevin, al compañero y a todos ustedes.
Quiero hablar de la relación entre la situación de hoy con Lenin y Hegel. Hoy estamos en un punto de inflexión en el mundo, porque estamos en una situación que tiene algunas similitudes con la situación previa a la Primera Guerra Mundial.
El movimiento socialista y el movimiento revolucionario de la época tuvieron enfrente a la Primera Guerra Mundial. Hoy estamos en un mundo que vive situaciones terribles, situaciones catastróficas. Estamos entrando en un mundo que tiene algunos parecidos con el mundo de Lenin y los revolucionarios en 1914. El capitalismo está mostrando su terrible naturaleza.
Vivimos en un mundo en el que gana Trump las elecciones. El gobierno que tomará posesión del poder en los Estados Unidos es completamente impredecible. Están volviendo las guerras, y están volviendo los genocidios. En todo el mundo se puede ver en directo el genocidio en Palestina.
En el mundo de hoy, también, vuelve a ser posible el retorno de las guerras entre los viejos y nuevos imperialismos. No está pasando ya mismo, pero es una posibilidad que ha retornado, que no estaba al orden del día en la época de nuestra generación. Ha regresado el espectro de la guerra nuclear.
Así que tenemos un trabajo importante leninista y hegeliano, que es mirar al mundo, las dos caras de la moneda del mundo. Primero, hay que ver las catástrofes que estamos sufriendo, que los trabajadores están sufriendo, las mujeres, los palestinos, los ucranianos… pero también para ver la otra cara de la moneda: que la gente está luchando.
La cuestión importante aquí, en esta charla, es que Lenin enfrentó una situación similar. Y es interesante mirar también qué relación tiene esta situación con Hegel.
La Primera Guerra Mundial fue la primera guerra industrial en todo el mundo. Fue una terrible carnicería que llevó a millones de personas al frente. Verdún fue una de las batallas más terribles en la historia de la guerra, Verdún mató a un millón de personas en una sola batalla.
Al comienzo de la guerra, los jóvenes, los trabajadores y los campesinos, iban a la guerra con un fervor nacionalista. “¡Oh! ¡Vamos a la guerra! Los alemanes son los enemigos, los franceses son los enemigos”.
Era un problema político, pero también un problema psicológico. La Segunda Internacional se desvaneció de la noche a la mañana.
El primer periódico del Partido Socialdemócráta en Alemania aparecido después de su votación de los créditos de guerra para el gobierno alemán, anunciaba este apoyo. Y Lenin pensó que era mentira, que ese periódico era una falsificación. Y no era mentira, era verdad. El Partido Socialista, que tenía un millón de militantes y cuatro millones de trabajadores organizados, había traicionado sus principios.
Los socialdemócratas europeos traicionaron a los trabajadores, fueron a la guerra y se convirtieron en social-imperialistas en Alemania, en Francia, en Austria, en Rusia.
Lenin estaba muy golpeado. Había sido parte de una Internacional que agrupó a millones de trabajadores. Él era un dirigente menor. Y de un día para el otro, él, Rosa Luxemburgo y tantos otros internacionalistas se quedaron solos. ¿Por qué? Porque el viejo movimiento socialista capituló a la guerra, a la guerra de rapiña.
Y en 1912, la Segunda Internacional había tomado una resolución muy importante diciendo que si la guerra comenzaba, iban a movilizar a los trabajadores contra la guerra. Pero desde el primer día de la guerra mundial, la Segunda Internacional se disolvió de hecho y cada partido apoyó a cada potencia imperialista.
Así que Lenin no fue al psicólogo, fue a Berna a estudiar a Hegel, a la biblioteca para estudiar Hegel. Vamos a estudiar Hegel –y creería que Hegel no era psicólogo (risas)–, no a Freud. Bujarin, cuando era joven, estudió psicología; Lenin, en vez de hacer eso, fue a leer un gran libro sobre dialéctica: la Ciencia de la lógica. Lenin así toma un curso muy distinto al de su obra Materialismo y empiriocriticismo. Hasta entonces no había estudiado directamente a Hegel, lo había entendido a través de Plejanov. Ese año, Lenin estudia la ciencia dialéctica directamente desde Hegel y escribe un cuaderno muy interesante de notas al respecto.
Kevin viene de la escuela de Raya Dunayevskaya. Ella dice que Lenin intentó resumir la dialéctica en catorce puntos fundamentales, y le critica profundamente que la dialéctica es demasiado compleja como para resumirla en algunos puntos esquemáticamente ordenados. No son catorce puntos, ni cinco, ni cien. La dialéctica es algo que va contra el sentido común; ve las cosas no solamente en los objetos, también ve las cosas en el movimiento, en el cambio.
En la dialéctica puedes identificar cosas, pero también necesitas identificar las contradicciones en el movimiento viviente de las cosas. Tengo un ejemplo sobre eso. ¿Cuál es el ejemplo de Lenin? En 1915, dijo que en Europa la guerra abrió una situación revolucionaria.
¡Guau! ¿Cómo es que la guerra abrió una situación revolucionaria? Eso también se puede ver hoy. Hoy podemos decir que la situación política mundial está dominada por una coyuntura reaccionaria. Pero, ¿cómo puedes decir que hoy estamos en una situación revolucionaria cuando está dominada por la extrema derecha? Aprendiendo de Lenin, ¿en qué sentido podemos decir que estamos en una nueva etapa, en una nueva etapa de crisis, guerra, revolución, barbarie y reacción?
La opinión de Lenin fue muy dialéctica, lo que es importante hoy, porque él veía la reversibilidad de la situación, la otra cara de la moneda. Así es que tenemos un abordaje dialéctico. Es lo mismo que el planteo de la alternativa “Socialismo o barbarie” de Rosa Luxemburgo.
Hay que entender a Hegel para entender las cosas de otra manera. La Segunda Internacional entendía las cosas de una manera mecanicista, evolucionista. La dialéctica te permitía entender que llevar a la gente a la guerra, trastocar la vida cotidiana de la gente de esa manera, si tenemos en cuenta el tiempo que le tomó a la gente reaccionar, empujar a la gente a la carnicería tuvo como consecuencia la Revolución Rusa de 1917 y los años que siguieron, con una revolución que se expandió en toda Europa. Tuviste una situación de revolución en Alemania, tuviste una extrema derecha pero también una extrema izquierda en Alemania.
La Primera Guerra Mundial termina por el impacto de la revolución en Rusia y porque los soldados no querían luchar más. La guerra en Alemania terminó en noviembre de 1918, cuando echan al rey. La guerra terminó con la revolución social en todo el continente. Italia va a la guerra con los Aliados y en Turín los trabajadores se alzaron. En Francia, hay un traidor en la Segunda Guerra Mundial que capituló a los nazis, el Mariscal Pétain, que estaba a cargo en la Primera Guerra de fusilar a los soldados que se oponían a seguir peleando.
La revolución terminó con la guerra. Eso es dialéctica, es una comprensión de cómo de complejo funciona el mundo. Esa lección aprendió Lenin de cómo funcionan las cosas.
Hay muchas tradiciones en el marxismo. Con Kevin tenemos algunos matices. Yo leo los libros de Kevin, creo que él no lee mis libros en español. Yo creo que el marxismo es pensamiento dialéctico materialista, no “ni idealista ni materialista” como plantea él. Pero tenemos un terreno teórico común porque somos marxistas, creo que Kevin es hegeliano marxista y yo soy marxista hegeliano, por decirlo de alguna forma. Yo odio a Althusser porque para mí es estúpido, terriblemente estúpido. Podemos separar lo que hace en su vida de lo que escribe y lo que hace en la vida teórica o política. Pero él hace esa diferenciación ridícula entre el “joven” Marx y el “viejo” Marx. Kevin apunta muy bien que el Marx de los Manuscritos de París de 1844, dice sobre la Fenomenología del espíritu que Hegel tiene alguna contradicción entre elementos conservadores y elementos revolucionarios en su pensamiento. Kevin dijo que Lenin era un tipo de hegeliano tímido. Pero creo que el que era ambivalente era Hegel, aunque muy profundo.
Ese es otro muy buen punto de Raya Dunayevskaya, que dice que no hay Marx sin Hegel. Algunos decían que Hegel no servía, que bastaba con Marx, y ella respondía muy bien que sin Hegel no hay Marx. Es imposible entender a Marx sin entender a Hegel, porque el marxismo es una superación del materialismo mecánico.
Su dialéctica es una herramienta importante, no sólo para la teoría, no sólo para llegar al materialismo histórico, no solo para la academia. Es también una gran herramienta para luchar.
Cierre
Tampoco tengo muchos conocimientos matemáticos, pero creo que todas las ciencias son muy dialécticas. Bellamy Foster intentó explicar la función de la dialéctica en las ciencias naturales y tiene un enfoque diferente respecto de Engels que el que tiene, por ejemplo, Kevin. Algunas personas reivindican a Engels y algunos no. Lukács está contra Engels y Bellamy Foster reivindica a Engels y su Dialéctica de la naturaleza; yo creo que es un libro excelente.
Es un debate sobre el legado de Engels. Hay libros de Engels que son esquemáticos, como el Anti-Dühring, pero hay otros que son muy buenos.
Hegel estaba, de cierta manera, en contra de las matemáticas. En el primer tomo de la Ciencia de la lógica repite una y otra vez, contra Kant, que las matemáticas son una forma vacía. Él favorecía más el análisis cualitativo que el cuantitativo. Este es un punto fuerte de Ernst Bloch, uno de los filósofos más importantes del último siglo, en su libro El pensamiento de Hegel.
Yo estudié a Hegel, es difícil. Pero una persona en Argentina que lo estudia mucho dice que hay que leer a Hegel y, si no entiendes alguna parte, continúa estudiando y luego entenderás. Lenin también dijo en sus escritos sobre Hegel que no entendía tal o cual cosa, y luego continúa y dice ahora sí entiendo; sigue adelante y regresa. Pero Hegel es simpático porque no le gusta la matemática, es increíble. Bloch sostiene que era un pensador que inclinaba la vara al pensamiento cualitativo y a la historia.
No acuerdo con Kevin en algo: creo que Draper era un pensador importante. No me gusta el libro de Draper sobre Lenin, creo que es un muy mal libro. Es la última parte de su trabajo. Pero creo que el pensamiento de Draper sobre el pensamiento político de Marx es un muy buen libro, no creo que sea poco serio, para nada; creo que Hal Draper tiene un buen entendimiento sobre el trabajo de Marx. Dijo muchas veces que la creación más importante de Marx no era económica, sino su creación política, que se basaba en la auto-emancipación de la gente.
Yo lo mezclé con la idea del partido, porque soy leninista, pero pienso que hay diferentes niveles de abstracción, así que la idea profunda de Draper es que la diferencia entre Marx y Engels y el socialismo utópico es que Marx confiaba en la posibilidad de la auto-emancipación de la gente.
Una cosa más y termino. Entiendo que el compañero que está a mi lado dijo que vemos un potencial revolucionario en los hutíes. Ok, creo que tenemos que diferenciar el movimiento y las direcciones, es diferente. Creo que, por ejemplo, Hamas y Hezbollah, aunque son diferentes, no son socialistas, son antisocialistas.
Es otro enfoque dialéctico con el movimiento. Creo que, realmente, el movimiento palestino es hoy emancipatorio, un movimiento nacional de emancipación, que apoyamos incondicionalmente. Pero no apoyamos a Hamas, ¿entiendes eso? Porque el problema es que los estalinistas han fallado y las direcciones nacionalistas laicas han fallado, como Arafat, y la gente llevó su apoyo a los islamistas.
El Estado de Israel está haciendo un holocausto en Palestina. Yo soy ateo, marxista ateo, “judío no judío”. Mi madre era huérfana y mi padre estuvo en Buchenwald en la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué está haciendo Israel? El Estado de Israel es fascista. Está matando, ya sabes, 40, 50 mil personas en Palestina, en Gaza. Es terrible, pero este movimiento puso en las calles cientos de miles, cientos de miles personas en las calles contra este genocidio, es una batalla abierta.
Ilan Pappé, un especialista israelí que tuvo que salir de Israel porque no les gustaban sus opiniones, dijo que Israel no tiene futuro, como Sudáfrica. ¿Por qué? Porque tiene que estar en guerra permanente todo el tiempo para poder existir, y no puede matar a 200 millones de árabes, no importa si son islamistas, ateos o lo que sea. Creo que tenemos que ver todas las caras de la moneda, y para eso Hegel es muy útil.
Kevin escribió un libro que para mí es muy bueno y es importante para entender a Hegel, lo leí y lo trabajé; tengo matices, pero eso es normal. Creo que libro de Ernst Bloch que nombré también es importante. También la Dialéctica de lo concreto, de Karel Kosic, creo que es un libro hermoso, traté de tomar muchas de sus lecciones en mis trabajos. Kosic tenía otros trabajos que fueron secuestrados por la policía secreta estalinista; lamentablemente ese trabajo no se pudo recuperar.
Hay muchos dialécticos no occidentales, no solamente Lukács. Hay que estudiar, además de a los occidentales y a Lukács, a otros grandes pensadores de la dialéctica.