En este caso, a un imputado de muchos años, la vara justiciera lo liberó de sus cargos, aunque la sentencia será apelada ante la Cámara Federal de Casación Penal.

La resolución del Tribunal, que será apelada ante  que finalmente saca de culpa y cargo el accionar del dueño de lo más importantes medios de comunicación del sur de la provincia de Buenos Aires, se fundamenta en que él solamente transmitió sus ideas a través de sus medios, pero no incitó a cometer delitos de lesa humanidad.

¡No! Solamente apoyó a cuatro manos todo el accionar político y militar de la dictadura y, también, justo es decirlo, el de los decretos represivos a cargo de la última etapa del gobierno de la señora Isabel Martínez de Perón. Se comprobó, además, que tenía muy buenas relaciones con un señor de los servicios de informaciones de la dictadura del general Pinochet.

Un cómplice de marca mayor, desde un lugar privilegiado en el principal medio de comunicación.

Pero además de todo ese “apoyo ideológico”, dos trabajadores de su medio, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola y representantes gremiales, fueron secuestrados y asesinados. Así como de su colaboración en el secuestro de otras 35 personas. Pero el máximo tribunal lo dejó exceptuado de cualquier culpa sobre estos hechos.

Si fue tan tardía la resolución final de la justicia sobre el sr Massot, fue por la lucha consecuente de familiares y organismos de derechos humanos, como Hijos de Bahía Blanca, acompañados por la población, que no cegaron en su voluntad de justicia. Voluntad que estaba fehacientemente fundamentada en la impronta editorial del diario que Massot dirige, así como de gran poder como empresario dueño del más importante medio de comunicación. Pero el esfuerzo no fue ni será en vano. Aún puede ser condenado por la Justicia y, aunque ese logro no sea conseguido, quedó demostrado que el señor fue un servil funcionario de la dictadura y con esa chapa queda registrado en la Memoria. Memoria que está presente y lo estará en el futuro, sentando una dolorosa pero profunda experiencia en las nuevas generaciones.

Al señor Vicente Massot su título de “Cómplice del genocidio” no se lo va a sacar nadie porque la lucha democrática logró estampárselo y no se librará de él.