El martes 2 de Julio sesionó el Consejo Directivo de Filosofía y Letras. En esta sesión plenaria, varios estudiantes nos acercamos para solicitar el tratamiento de un proyecto que presentamos desde el ¡Ya Basta! en rechazo a las pintadas de odio en FFyL, para contar la situación, alertar al conjunto de los claustros, y pedir a las autoridades y al Consejo que tomen acción al respecto. Sucede que desde hace un mes estamos recibiendo ataques sistemáticos hacia la agrupación y sus integrantes bajo la forma de pintadas anónimas en el edificio de Puán que despliegan discursos de odio contra nosotres. Estas pintadas van desde “el ya basta son servicio”, a dichos machistas que cosifican a las compañeras mujeres de la agrupación, calumnias morales contra compañeros que banalizan la violencia de género, y hasta amenazas de muerte y la inscripción debajo de carteles difundiendo el homenaje a Norita Cortiñas donde se leía “asesina hija de puta”. Se trata de una campaña fascistoide que utiliza los métodos de extrema derecha, preparando el terreno con estas agresiones anónimas para hechos de violencia física. Es fundamental ponerle un freno inmediatamente a esta campaña de odio.
Si bien el Consejo Directivo aceptó incorporar el tema para su tratamiento sobre tablas, cuando el punto comenzó una consejera del claustro de profesores que responde al espacio político del kirchnerismo, encabezado por la vicedecana Graciela Morgade, se apuró a pedir la palabra para realizar una maniobra: pedir el pase a comisión de Extensión del proyecto argumentando que se trataría de un problema vinculado a los espacios de la facultad y no un problema político acerca de peligrosos discursos de odio contra estudiantes de 18, 19 y 20 años de la facultad. Sin mediar discusión, se votó el pase a comisión del proyecto con el voto a favor de todos los presentes, incluído el voto de la consejera estudiantil por la minoría del Partido Obrero. Con la valiosa excepción del consejero por la minoría de graduados que votó en contra.
Inmediatamente, el consejero de la minoría de graduados intervino en rechazo a la maniobra y pidió la palabra para que nuestra compañera Violeta Alonso expusiera sobre el tema, previo al paso a comisión. Sin embargo, Morgade, que se jacta de ser impulsora del feminismo en la facultad, insistió en negarle la palabra a nuestra compañera planteando que se pasaba a comisión sin debate previo, aunque luego la consejera de mayoría de profesores y el propio decano intervinieron sobre el tema, exponiendo sus puntos de vista.
Estos consejeros de profesores por la mayoría, que sí pudieron ejercer su voz para hablar del proyecto, buscaron minimizar el problema que caracterizaron como “pleitos políticos” entre agrupaciones estudiantiles de cara a las elecciones que se vienen en el segundo cuatrimestre. Una argumentación vergonzosa y una maniobra escandalosa que busca encubrir un peligroso ataque de odio hacia la agrupación más grande y dinámica de la facultad y hacia un partido, el Nuevo MAS, donde también se organizan compañeros del claustro nodocente.
Con esta maniobra de querer hacer pasar la campaña de odio contra nuestra agrupación como un problema de espacios, las autoridades y el CEFyL también se lavan las manos ante su responsabilidad institucional de proteger a los miles de estudiantes que cursan en la facultad.
Ante la insistencia del consejero por la minoría de graduados y de nuestra agrupación, las autoridades se vieron forzadas a poner a votación el pedido de palabra para Violeta, que fue rechazado por una parte de los consejeros del kirchnerismo, incluyendo a los representantes del Colectivo (¡el colmo, estudiantes que niegan la palabra a otros estudiantes!). Es indignante y es también un hecho de discriminación que se le haya negado la palabra a Violeta cuando nunca se le ha negado la palabra a miembros de la comunidad educativa o externos a ella que se acercaron al consejo de la mano del Colectivo o las autoridades. Y es un hecho antidemocrático que desde una posición de poder, desde una mayoría política en el consejo y gobierno de la facultad, se le niegue la voz a una minoría, a una estudiante de la facultad sin voz propia en el consejo, siendo especialmente grave negarle la palabra para contar sobre un tema tan peligroso como es esta campaña de odio. La censura a nuestra compañera que ejerció el Consejo Directivo sólo se entiende como una medida autoritaria y desesperada para evitar que el tema se pueda tratar como lo que es: un grave problema político que afecta al conjunto de los claustros de la facultad.
Desde el ¡Ya Basta! hacemos responsables a las autoridades y al CEFyL de la integridad de les compañeres de nuestra agrupación, porque sabemos que la violencia en las palabras antecede a la violencia en los hechos. Llamamos a les estudiantes, docentes y nodocentes a rechazar las maniobras de querer pasar como un problema de cartelería las pintadas de odio contra el ¡Ya Basta!, a rechazar la censura ejercida en el consejo y a darle su apoyo al proyecto cuando se trate en comisión.