Una vez más, lloran los fachos por una película infantil
El nuevo trailer de «The Little Mermaid», La sirenita, se estrenó el 9 de septiembre. Una semana más tarde, los youtubers resentidos vomitan su odio racista disfrazado de fanatismo por «la versión original».
Es evidente el efecto de sorpresa que busca – y logra- el trailer. Primero, presenta algunos vistazos fugaces de escenas clásicas de La sirenita, como la canción inicial «Parte de él». Los dibujos hiperrealistas de la versión animada del film recuerdan al clásico del 89. Solo al final se nos permite ver el nuevo rostro de Ariel: una jóven mujer negra, con pelo en estilo afro.
Las reacciones de niñas afrodescendientes al verse representadas en la protagonista de Disney valen más que mil palabras de cualquier incell de youtube. El escritor y activista LGBT Oliver Nash compartía algunas de estas reacciones en su cuenta de Twitter:
harto de leer hombres adultos enojados por la sirenita negra cuando las únicas que importan son ellaspic.twitter.com/td5AmyVwSI
— nash (@olivernashbb) September 13, 2022
«She´s black like me, mama»
La lucha de colectivos oprimidos por verse representados en expresiones culturales mainstream viene cobrando relevancia en los últimos años. Evidentemente, la cultura es un reflejo distorsionado de la realidad, sobre todo, de sus diversas opresiones de género, clase, y claro, de personas racializadas. Este mismo año tuvimos que soportar el odio de sectores eclesiásticos o evangelistas ante la astronauta lesbiana de la nueva Buzz Lightyear. La película fue efectivamente censurada en numerosos países, no sin que hubiera respuesta por parte de los trabajadores de Disney y Pixar en defensa del film. La nueva serie basada en el Silmarillion de El Señor de los Anillos, «Los Anillos de Poder», también recibió sus críticas por incorporar actores y actrices afro.
Evidentemente, los sectores más reaccionarios también se sienten amenazados por personajes de ficción.
No se trata de defender a megaempresas como Disney, Pixar o Amazon, que explotan a sus trabajadores y se preocupan en primer lugar por sus ganancias. Pero es llamativo en primer lugar que estas empresas reconozcan un público que busca diversidad en sus consumos culturales. Esto solo puede reflejar en el terreno cultural un ascenso del movimiento antirracista y LGBT que en el SXXI – como en el XX- tiene también su expresión en la pelea por la representación.
Las reacciones de las niñas lo evidencian: verse representadas en la pantalla es un reconocimiento de sus formas de verse… ¿y de existir en el mundo?
La pelea por la representación
Un concepto nuevo en torno a la representación es el Queerbait: se trata de una estrategia de marketin por la cual empresas ponen en escena personajes LGBT+ pero sin representar realmente sus problemáticas. Incluir un personaje gay solo para cumplir el cupo sin hablar de homofobia, discriminación, o la lucha por los derechos de la comunidad es una forma de Queerbait.
Por otro lado, el Queercoding es una forma de representación velada, donde los personajes no son explícitamente LGBT, pero se incorporan algunos rasgos que producen ambigüedad genérica. Estos personajes suelen ocupar el lugar de villanos, como de hecho ocurre con Úrsula en la versión «original» de La Sirenita. La bruja que ayuda a Ariel a transformar su cuerpo para convertise en una mujer está inspirada en una famosa dragqueen, Divine. Como sabemos las que crecimos en los 90, Úrsula traiciona a Ariel proponiendole un trato nefasto: entregar su voz a cambio de un par de piernas, todo para conquistar al príncipe… pero también para acceder al mundo de los humanos que fascinaba a la protagonista. Perder la propia voz para pertenecer es acaso lo que tienen que hacer las personas LGBT o racializadas para moverse en un mundo heteropatriarcal, capitalista, racista. Esconder sus rasgos y asimilarse a una idea hegemónica de belleza para poder, por ejemplo, ir a la escuela sin ser discriminades o para acceder a un trabajo.
En la letra de la canción inicial, «Parte de él», la protagonista canta: «¿Qué debo dar para vivir fuera del agua? ¿Qué hay que pagar para un día completo estar?».
La nueva versión de la Sirenita tampoco será una escenificación de la última rebelión antirracista en EEUU. Para interiorizarse con las luchas de la comunidad negra en Estados Unidos conviene ver películas como BlacKKKlansman o Do the right thing, de Spike Lee. Sin embargo, la reacción de espanto de los fachos y de emoción de las niñas no deja lugar a dudas sobre dónde colocarse en la «polémica».
La redacción deja mucho que desear. Me parece un poco vulgar, el termino «fachos». En en realidad, eso es quien no respeta la opinión de los demás. TODOS tienen su derecho a opinar sobre el nuevo estreno, si les gusta o no, y el por qué… dando sus argumentos. A mi me parece que deberían haber realizado una sirenita como esta, y darle un nombre nuevo. Ariel es la pelirroja, y de ahí el problema. Pudo ser otra sirenita, y no habría problema con la anterior, ni comparaciones. Hasta podría ser amiga de Ariel en la película… no les parece? El tema pasa por un mal método para hacer publicidad. Saludos
Yo soy negra y amo tus lágrimas de racista resentido
Dejame adivinar: y tambien sos zurda/kirchnerista, pañuelo verde abortera, atea, vegana y misándrica? El combo vomitivo perfecto
clasico de una comunista de mierda
Bien llorona la persona que escribe este artículo.
Simplemente que no logres entender lo que los fans dicen no significa que tengas la razón, hay personas a quienes no le gusta esta nueva versión porque no corresponde al film original y ya, considerando además que los live action de películas como esta movilizan los recuerdos de infancias de otros años, es esperable que dicho público no esté feliz con el.montaje, lo que no tiene nada que ver con ser «facho» (que por lo demás bastante mal ocupado el concepto, lo que deja entre ver una ignorancia increible para alguien que redacta artículos de forma.profesilnal, se supone).
Deja de llorar y busca otro motivo para tirar caca, porque este es realmente estúpido.