Milei decretó la prórroga del Presupuesto 2023 para el año 2025, marcando un hecho sin precedentes. Una prórroga del presupuesto por dos años consecutivos era algo que no había pasado nunca hasta ahora. El ultraderechista mesiánico tomó esta decisión luego de que el Congreso no aprobara el proyecto de Presupuesto 2025 presentado por él mismo.
La prórroga implica que el Gobierno continuará operando con las asignaciones presupuestarias de 2023. Esto otorga al Ejecutivo la facultad de reasignar y recortar fondos de manera discrecional, sin la intervención del Congreso.
Milei proyecta un 2025 con el presupuesto estipulado en septiembre de 2022, un presupuesto totalmente diluido por la inflación de más de dos años. En 2023 la inflación fue del 211,4% y en 2024 fue cercana al 100%, además de que el gobierno proyecta un ridículo 18% de inflación anual para 2025. Con solo tener en cuenta 2023 y 2024 la inflación acumulada es superior al 600%, ¡lo cual representa un ajuste de mas del 83%!
El efecto: recesión, destrucción de puestos de trabajo y eliminación de conquistas históricas
Como ejemplo está la educación pública y en particular las Universidades, que enfrentaron el año pasado un ajuste de mas de 2 terceras partes de su presupuesto y constituyeron uno de los sectores mas destruidos por el Gobierno. No pasó sin resistencia: el estudiantazo apenas está pasando por una tregua de verano. Ahora el ajuste podría ser de más del 80%, lo cual redobla el ataque y tendrá su consecuente respuesta.
Los sectores de Salud, Ciencia y Tecnología y Derechos Humanos, también han sufrido el golpe del ajuste, sumado a los despidos y el maltrato generalizado. La Secretaría de Derechos Humanos dejaría de existir si logran concretar el despido de todos sus trabajadores.
Además, debido al recorte de la obra pública, cientos de miles de trabajadores quedaron en la calle y Argentina es el único país de Sudamérica que decreció en 2024. El panorama es sumamente duro y el gobierno parece decidido a ir a un choque social. Solo las elecciones pueden posponerlo, pero la presión cambiaria con una salida del Carry Trade de varias empresas, como ya es el caso de Toyota, podría adelantar lo inminente.