
El 24 de diciembre del 2019 los trabajadores de la fábrica de alfajores La Nirva, ubicada en La Matanza, estaban haciendo fila durante horas para recibir su paga. Entre los trabajadores había mucha preocupados porque el patrón les debía un año de sueldo y no estaban produciendo nada. Era un secreto a voces: se estaba produciendo un vaciamiento de la planta con el objetivo de vender las máquinas y declararse en quiebra. Lo que no sabían, lo que no pudieron prever, fue que el empresario Matías Paradiso fuera tan miserable de entregarles un cheque sin fondos… el mismo día de Navidad.
Muchas cosas han sucedido desde entonces: Lucha, acampes, solidaridad entre los trabajadores, los laburantes produciendo bajo control obrero, la incipiente construcción de una cooperativa para defender los puestos de trabajo, Paradiso enviándoles patotas, los trabajadores resistiendo. En fin, una historia de lucha, un ejemplo de pelea de la clase trabajadora.
Colecta solidaria de navidad
Como toda fábrica de alfajores, durante el verano tiene su «temporada baja». Siendo una cooperativa, un ejemplo de que los trabajadores no necesitamos de los patrones para producir, no reciben prácticamente acceso a créditos del Estado. Evidentemente el Estado capitalista no quiere que se propague el ejemplo de la producción bajo control obrero.
Este hecho hace que La Navidad para los trabajadores de La Nirva represente un momento difícil, pero como es habitual en la historia de esta lucha, cuando hay dificultades, aparece la solidaridad de los de abajo. La regional Oeste del partido de izquierda Nuevo MAS se propuso realizar rifas y colectas para poder comprarles regalos para los hijos de los trabajadores de La Nirva. Trabajadores de la salud, judiciales, de la UOM, estudiantes de la universidad de La Matanza, docentes y militantes del Nuevo MAS aportaron económicamente a esta iniciativa.
Los obreros de La Nirva se llevaron regalos para sus hijos y la planta se llenó de alegría. Una vez mas la solidaridad de los de abajó aportó a la lucha de los trabajadores de La Nirva, que también es la nuestra, la de los trabajadores peleando por su futuro.