
El músico y ex cantante de la banda Tan Biónica, Santiago «Chano» Charpentier, se encuentra en un delicado estado de salud tras recibir un disparo en el abdomen con arma de fuego por parte de un efectivo de la Policía Bonaerense.
Según informó un comunicado emitido por la familia del músico: «Chano se encuentra en estos momentos en la terapia intensiva del Sanatorio Otamendi, víctima de un disparo que recibiera por parte de la Policía Provincial como resultado del cual resultaron afectados uno de sus riñones, el páncreas y el bazo».
El episodio tuvo lugar en la noche del domingo en el domicilio del músico ubicado en Exaltación de la Cruz -cerca del kilómetro 3 de la ruta 39, cuando médicos y familiares intentaban realizar un traslado médico. La primera versión que circuló -y que justificó el brutal ataque- fue que el músico atacó al efectivo con un cuchillo. Sin embargo, en las últimas horas, en una entrevista para TN su madre sostuvo:
«Fue todo mentira: un policía de menos de 20 años le disparó a mi hijo sin motivo», dijo Marina Carpienter, quien agregó su hijo no tuvo un brote psicótico sino «un cuadro de excitación psicomotriz». Además, la madre de Chano aseguró que el cantante nunca usó un cuchillo para agredir a un policía. «Él solo se lastimaba a sí mismo. Había enfermeros y policías, todos contra un adicto en consumo. Pudieron disparar al aire, pero no lo hicieron».
Mucho de banalización hay en el tratamiento de esta noticia y hasta el ministro de Seguridad de la provincia y candidato de cara a las elecciones, Sergio Berni, aprovechó esta ocasión donde se corre el foco pese a la gravedad del hecho, para salir a avalar la criminal acción policial. «Hizo lo que tenía que hacer», dijo el defensor del gatillo fácil, las violaciones a los derechos humanos como las desapariciones forzadas y tantos delitos que cometidos por parte de la fuerza que comanda.
Existen protocolos para el tratamiento de personas en estado de vulnerabilidad por tratarse de episodios ligados a la salud mental y de una persona con consumo problemático. Son muchos los pibes que en los barrios de la provincia están afectados y atravesados por esta cruda realidad. No son noticia por no tener la popularidad que tiene este caso por tratarse de Chano pero se trata de un hecho grave por la respuesta de un agente del Estado ante este tipo de situaciones.
Recordemos el caso de María de los Ángeles Paris, docente y bibliotecaria que en 2017 se acercó a pedir ayuda a la comisaría 10° de Rosario, en Santa Fe. Horas después apareció muerta. Según la versión oficial, ella fue a denunciar un robo y en algún momento “se alteró”.
Para los policías tuvo un “brote psicótico”. Entonces, su reacción fue esposarla y llevarla a una habitación en el fondo de la comisaría que no contaba con cámaras. Dijeron que lo hicieron por el “estado en el que estaba”, “para protegerla”. Por este caso hay cinco policías imputados que pronto serán sometidos a un juicio oral.
Vuelve a ser repudiable que el ministro que representa al gobierno provincial y nacional defienda que los policías de la Bonaerense tienen ante estos casos tan delicados, ante todo, derecho a matar. Nada que envidiar al derechismo desbocado de la señora gorila Patricia Bullrich, ¿no?
Por la causa al momento el oficial no ha sido aun imputado. En la misma interviene el fiscal de Exaltación de la Cruz, Juan Manuel Esperante. Sin embargo, por estar involucrado un efectivo de la Bonaerense de momento se haría cargo de la investigación la Unidad de Delitos complejos. La justificación -que muchos medios reproducen- es que se trataría de un posible «exceso en la legítima defensa» por parte del uniformado.