Desde los apologistas más rastreros hasta los opositores verbales más furiosos, hay un acuerdo generalizado en todos los analistas sobre los cambios en el Gabinete nacional: se trata de medidas de un gobierno que atraviesa una crisis profunda. No casualmente, la eliminación de 10 ministerios precede a los anuncios que hará Dujovne el lunes sobre el curso económico a seguir después de una corrida que llevó el dólar a los 42 pesos (¿se acuerdan cuando el dólar a 20 pesos sonaba exagerado? No fue hace tanto).
Macri elimina 10 ministerios para despedir a miles de trabajadores estatales y para profundizar los recortes en áreas como salud pública y ciencia y técnica. Macri no se aguanta más. Derrotemos en las calles a este gobierno ajustador y a su plan de ajuste acordado con el FMI.
— Manuela Castañeira (@ManuelaC22) 2 de septiembre de 2018
El macrismo necesita patear el tablero, retomar rápidamente la iniciativa para no entrar en una espiral de crisis que se lo termine llevando puesto. Pues el ajuste no aplicado por el gobierno (sí, desde los intereses capitalistas todavía falta mucho ajuste por recorrer) es impuesto de hecho por “los mercados” con las corridas; dejando tierra arrasada a su paso, en las vidas de las mayorías y en el poder político-mediador del Estado. La incapacidad de contener la situación económica ha abierto paso a una “sensación” de desgobierno, un debilitamiento efectivo de la capacidad de arbitrar las cosas por parte del Poder Ejecutivo. Lo que quedó de la corrida es la apariencia de la desaparición de la política, del gobierno directo de “los mercados” (es decir, los grandes capitalistas). Los anuncios político-administrativos de ayer y los económicos del lunes son un intento de volver a posarse sobre los dos pies, de retomar el timón luego de que “pasaron cosas”.
Hay a partir de ahora, dos escenarios posibles. El primero, el de puro ajuste. Ésta orientación es particularmente peligrosa para el gobierno y puede conllevar un estallido social que nadie sabe qué consecuencias puede tener. El segundo escenario es tratar de abrir una salida más “negociada”. Es posible que el lunes anuncien que se volverán a implementar o aumentar algunos impuestos a los ricos. A su vez, intentarían llegar a algún acuerdo político con el PJ. De esta forma podrían intentar amortiguar el choque de un ajuste que se hará en cualquiera de los escenarios venideros.
Veamos las medidas anunciadas ayer. En principio, se eliminarían ministerios que serían absorbidos por otros:
Cultura.
Ciencia y Tecnología.
Agroindustria.
Energía.
Salud.
Turismo.
Ambiente.
Modernización.
Defensa.
Es difícil sacar todas las conclusiones necesarias pues la información que ha trascendido es todavía muy general y falta la “letra chica”, la más importante. Porque como dice el refrán inglés “el diablo está en los detalles”. Y los detalles pueden ser terroríficos. De arriba para abajo, es en primer lugar un “mensaje” de austeridad. Cerrar Ministerios implica un recorte de cierta importancia en el aparato de altos funcionarios. Quieren decirnos algo así: “¿Ven? Los trabajadores no son los únicos ajustados, nosotros también hacemos sacrificios eliminando los altos sueldos de algunos ministros, muchas secretarías y tanto pesado y sobrante administrativo”.
Luego, los Ministerios tienen su propio presupuesto y personal. Eliminarlos implica necesariamente echar en masa trabajadores estatales. Se habla de un total de 10 mil y ya comenzaron con Agroindustria, donde reprimieron hace algunos días. Pero esto no sólo afecta a los puestos de trabajo, también tiene implicancias en el funcionamiento básico de algunos “servicios” estatales. Por ejemplo: ¿Cómo será de ahora en más el funcionamiento de la ANSES, dependiente de un Ministerio de Trabajo que desaparecerá? ¿Qué pasará con los hospitales dependiente de Salud o del CONICET que es parte del Ministerio de Ciencia y Técnica? Estas son interrogantes que, como mínimo, deberían mover de preocupación en su silla a mucha gente. También es posible que haya consecuencias en las funciones políticas de cada cartera. Un Ministerio de Trabajo convertido en una dependencia de Producción puede implicar un movimiento político de subordinación (mayor) de derechos laborales a los intereses de la “producción”, una fusión con Modernización lo puede convertir lisa y llanamente en el “Ministerio de los despidos”. No está cien por ciento claro que vaya a suceder una u otra, hay versiones diferentes según se lea Clarín o La Nación. Lo que está claro es que eliminar el Ministerio de Trabajo sería una provocación histórica como pocas se han visto, una bomba en la situación política.
Finalmente, todo esto implica un reacomodamiento político entre los jefes de Cambiemos. La eliminación de los dos funcionarios más cercanos a Peña parece intentar responder a la exigencia de que se le quite algo de su poder. El Jefe de Gabinete aparece como uno de los principales responsables de la política gubernamental que derivó en esta situación, fue él por ejemplo quien implementó los cambios en la presidencia del Banco Central. La prensa capitalista cercana al gobierno llegó a insinuar esta semana que habría quienes exigen su renuncia cual chivo expiatorio, como si el responsable de su política no fuera el propio Macri. De las reuniones para definir estas medidas participaron Larreta y Vidal, que venían teniendo algún roce con el reparto de la aplicación del ajuste. La Nación rumorea que intentarían apelar a la “ayuda” de la UCR para ampliar su base, y el centenario partido tiene a sus dirigentes participando muy activamente en las negociaciones en Olivos. Lilita, desde su casa, dijo que «Yo sostengo a la República, al Presidente, a su equipo y no pido cargos», cambiándole así la vida a millones de personas.
En suma, los anuncios son de ajuste y de reacomodamiento del aparato estatal en función de él. Necesitan ponerse a la cabeza de un ajuste que implementan de hecho los “mercados” con la corrida para poder volver a “ser gobierno”. Se sabrá los detalles de las cosas el lunes, con las medidas que anunciará Dujovne. Todavía está por verse si intentan amortiguar las cosas negociando con el PJ y los empresarios el aumento de las retenciones. No obstante, no moverán ni un centavo de la devaluación del 100% que tuvo el peso en lo que va del año. Si se hacen cálculos, esto implica la reducción a la mitad de los salarios. ¡Es un escándalo! Y, para peor, todos sus anuncios van en la senda de profundizar el camino ya hecho, empobreciendo a amplias capas de la población. Con o sin negociación, el camino es de ajuste, la diferencia serán los ritmos y las formas. Una salida más negociada podría darles algo de tiempo, pero sigue siendo muy poco probable.
Nosotros rechazamos sus planes, la letra chica y la letra “grande”, los gestos y las medidas, la política y su plan económico. La única salida para la amplia mayoría del pueblo trabajador es que Macri se vaya. No se puede esperar más, la CGT está siendo cómplice esperando un mes para el paro general. Hoy, ya mismo, hay que tumbar los planes del macrismo.