La docencia desata la lucha salarial en Mendoza

Una multitudinaria movilización reclamó aumento de salario al gobernador Suárez. Hablamos con Gabriela Solís, docente de nivel primario y terciario sobre algunas claves de este conflicto.

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Con una multitudinaria movilización reclamando aumento de salario al gobernador Suárez (UCR), la docencia mendocina, junto a trabajadores de salud y demás sectores estatales, abrió un conflicto en medio de la crisis inflacionaria que tiene a los trabajadores como principales perdedores. Dialogamos con Gabriela Solís, docente de nivel primario y terciario sobre algunas claves de este conflicto.

Una multitudinaria movilización recorrió las calles de Mendoza hacia Casa de Gobierno la mañana del 26 de julio. Se trata de la primera medida del paro de 48hs impulsada por el gremio docente (SUTE) a la cual se sumaron otros sectores estatales como los de salud. El acatamiento al paro fue contundente superando el 90% en toda la provincia, a pesar de los descuentos, las calles desbordaron de lucha con más de 25000 personas movilizadas reclamando aumento de salario y condiciones de trabajo ante una inflación que no para.

Gabriela Solís es docente de arte en nivel primario y terciario, trabaja en escuelas públicas y privadas hace muchos años. En diálogo con este medio reflejaba que “Me emocione de ver el alto acatamiento, tanto de docentes privados como estatales, de compañeros y compañeras que nunca habían adherido a un paro pero que se adhirieron porque ya es insostenible la situación que estamos viviendo los docentes en Mendoza”. No es para menos, la docencia mendocina tiene uno de los sueldos más bajos del país y arrastran un fuerte atraso salarial desde la pandemia.

El conflicto se desata a partir de la propuesta de aumento salarial por parte del gobierno de Rodolfo Suarez que implica un aumento del 5%, una burla para los trabajadores y trabajadoras de la educación que arañan un básico de $45 mil. Mientras mes a mes crecen los índices de inflación, que en lo que va del año acumula el 36.6% y se estima que para este mes tendrá su pico más alto, la bronca en las escuelas fue creciendo, obligando a los sindicatos a convocar a esta medida.

Retomar las calles

La multitudinaria movilización, que puso en las calles a la base docente junto a otros trabajadores e incluso estudiantes marca un contrapunto importante con la enorme pasividad de las centrales sindicales que, a pesar del deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, no han convocado a una sola medida de lucha real. Gabriela relata con emoción cómo en la marcha se encontraban “vi a varios docentes del privado marchando, eso nunca pasa, y bueno, contenta, emocionada viendo a alumnos míos que también estaban en la marcha. Ahora hay que ver cómo vamos a seguir”.

“La situación es insostenible” continúa Gabriela, “somos unas de las provincias peor pagas, Los salarios son denigrantes, no alcanza para nada”. Sumado al atraso salarial, la docencia mendocina tiene que lidiar con el “ítem aula” según el cual “no nos podemos enfermar y faltar, tenemos que ir enfermos a trabajar” para no sufrir descuentos. A su vez, las condiciones de trabajo en la escuela pública son muy precarias, producto de años de desfinanciamiento gubernamental de la educación. “Luchamos por muchas cosas más, las aulas son precarias, los alumnos superan la matrícula de más de 30 alumnos”.

La propuesta salarial para el mes de julio, del gobierno de Suárez, se vivió como una burla y desató la bronca de todo un sector de trabajadores y trabajadoras harto de la miseria salarial. En momentos en que el gobierno nacional dispuso un férreo ajuste del gasto estatal para cumplir con las metas del FMI y todos los gobernadores, oficialistas y opositores sostienen la misma línea en sus provincias, esta entrada en escena de los trabajadores y trabajadoras de la educación pone una advertencia sobre futuros conflictos salariales.

Los pasos siguientes

El otro efecto que tuvo esta movilización fue moralizar a todo un sector de trabajadores y trabajadores que hizo sentir en las calles sus reclamos. Gabriela relata cómo la movilización recibió gran simpatía no sólo de otros trabajadores sino hasta de los propios padres: “El pueblo de Mendoza se levantó y fue a la marcha también hubo un apoyo de padres de no llevar a sus hijos a la escuela”.

Sin embargo, es impensado que los mismos dirigentes sindicales que se mantuvieron en silencio todo este tiempo estén dispuestos a romper la tregua con el gobierno y llevar la pelea hasta el final. Es necesario sostener el paro y que la voz de esa docencia multitudinaria que se expresó en las calles se escuche en cada escuela y lugar de trabajo para darle impulso y contenido a esta lucha y que contagie a todo Mendoza y a otras partes del país.

En ese sentido, Gabriela cuenta con mucha fuerza que “hay que seguir peleando, si no hay respuestas continuaremos con nuestra lucha“. La voz de las bases, del activismo docente es lo que se tiene que escuchar para proponer una alternativa al ajuste permanente del gobierno y la oposición patronal.

Y allí cobra mayor relevancia la iniciativa que plantea la izquierda de exigir un paro general activo a las dirigencias sindicales para nuclear los reclamos de todos los sectores de trabajadores, ocupados y desocupados y poner en pie un programa propio que parta de romper el pacto de ajuste del gobierno con el FMI, recomponer los salarios y las condiciones de trabajo. Hoy más que nunca si ganan los y las docentes, ganamos todos.

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