Horacio Luis Ferrari, represor con prisión domiciliaria, está esperando que el tribunal resuelva su condena en la causa ESMA VIII. Durante el proceso, durante el cual fue reconocido su accionar por 15 sobrevivientes de dicho centro clandestino, se comprobó su participación en secuestros, torturas, apropiaciones, sobre 255 personas, por lo cual la condena solicitada por la querella fue de prisión perpetua.
En el mientras tanto, se le otorgó, ante su requerimiento, la prisión domiciliaria con 3 días de permiso para salir de su casa. Ante otro pedido por atención a su esposa enferma, se extendió a 3 días más… casi semana completa. ¿Qué más le quedaba pedir? Pero la querella pidió la revocatoria de sus beneficios de salidas.
Estos señores genocidas gozan de privilegios que no les corresponden como domiciliarias, salidas transitorias, festejos en casas de familiares y un largo etcétera, las consecuencias pueden ser multiplicadamente peligrosas para quienes se encuentren con ellos en las calles o en las rutas. Además de muy injustas.
¿Quién los va a frenar a ellos que, aunque están condenados por la Justicia la mayoría de ellos, desde el Poder político los defienden, los visitan a los más reconocidos que están en las cárceles, abogan por su libertad porque dicen que sus condenas son injustas… y un largo etcétera?
Seguimos bregando porque se frenen las injustas domiciliarias.