El artículo convoca a una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad frente a lo que se considera «una amenaza a la paz y seguridad internacionales». No es la primera resolución de la ONU en relación a Gaza, las cuales han demostrado no surtir ningún efecto sobre las políticas de Israel.
Según Guterres, “La situación se deteriora rápido hacia una catástrofe con posibles implicaciones irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y seguridad en la región”.
Mucho más declarativas que ejecutivas, la resolución ya aprobada por el Consejo de Seguridad llamaba al establecimiento de «pausas humanitarias» en Gaza, pero sin llamar abiertamente a un alto el fuego.
La activación del artículo 99 por parte de Guterres convoca a una nueva reunión del Consejo, donde Estados Unidos y otras cuatro potencias tienen poder de veto. Según la conformación del organismo, claramente favorable a los intereses de las grandes potencias imperialistas, es prácticamente imposible que un llamado de ese tipo como el que propugna Guterres pueda prosperar.
Y aunque prospere, los distintos pronunciamientos de la ONU alrededor de la masacre en Gaza se han demostrado una y otra vez inconducentes y testimoniales. Israel se ríe en la cara de la ONU. Según su Ministro de Relaciones Exteriores, Eli Cohen, «el mandato de Guterres es un peligro para la paz mundial. Su petición de activar el artículo 99 y el llamamiento a un alto el fuego en Gaza constituye un apoyo a la organización terrorista Hamás».
El representante de Israel en la ONU fue todavía más provocador: calificó la resolución del Consejo del 16 de noviembre de «insignificante» y expresó abiertamente que poco le importará a Israel lo que diga el organismo: “Al margen de lo que decida el Consejo, Israel seguirá actuando según el derecho internacional». Es decir, desconocerá lo que dicte Naciones Unidas.
De todas maneras, esto no viene a expresar otra cosa más que la creciente presión internacional a favor de palestina. Dicha presión no viene de los gobiernos sino de las sociedades, que en todo el mundo se han movilizado masivamente contra el genocidio en Gaza, incluido en los grandes centros imperialistas como Nueva York, París o Londres.
Esta presión por el alto el fuego se magnifica mientras Israel insiste con sus bombardeos sobre zonas residenciales, como este martes hizo en el barrio gazatí de Deir Al Balah, donde reporteros internacionales registraron al menos 40 civiles muertos por los ataques, incluidos seis niños.
Los bombardeos israelíes sobre Gaza ya dejaron al menos 16.200 muertos en los últimos meses.