El detonante de la huelga general y las movilizaciones masivas en Israel fue el descubrimiento de 6 rehenes muertos el pasado domingo. El gobierno de Netanyahu y todos los voceros internacionales del sionismo vienen usando la excusa de los rehenes para la justificación del genocidio en curso en Gaza y Cisjordania. Lo cierto es que, como denuncian las movilizaciones masivas, el gobierno no ha hecho nada por los rehenes que no sea usarlos como excusa.
En mayo pasado, Hamas dijo públicamente que aceptaba un acuerdo de alto al fuego que incluía el retorno de todos los rehenes a cambio de la retirada de la ocupación en Gaza. Demostrando que su único interés es el genocidio, Netanyahu rechazó el retorno de los rehenes y amplió la masacre en Rafah.
Según lo manifestaron en un comunicado oficial, los líderes Hamas habían aceptado la propuesta egipcia, luego de varias jornadas de negociación en El Cairo. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció en un mensaje grabado que las condiciones eran «inaceptables».
En Israel, familiares de rehenes cautivos por Hamas también se manifiestan en contra de la estrategia del gobierno, y exigen a Netanyahu que llegue a un acuerdo para la liberación de sus familiares. Sin embargo, el gobierno -copado por la derecha nacionalista y ultraortodoxa, furiosamente antipalestina- usó todo este tiempo a los rehenes como excusa para avanzar en la ocupación de la Franja y dar un paso adelante en su plan genocida y de limpieza étnica.
«Hamas es quien está impidiendo la liberación de los secuestrados. Hacemos todo lo posible por liberar a los secuestrados» dijo Netanyahu, descaradamente. Su objetivo es no detenerse hasta lograr la destrucción total de Gaza, hacer la Franja inhabitable. Esa es su limpieza étnica: la población originaria palestina, con raíces milenarias, de cultura árabe y religión musulmana, no cuadran con un plan de Estado étnicamente «puro». La existencia de ese pueblo debe ser negada para que el colonialismo sionista haya triunfado definitivamente. Negada de palabra y negada de hecho.
Mientras tanto, crece la tensión interna en Israel por el obvio desprecio del gobierno por los rehenes. Los familiares de los rehenes, luego de que se supiera de la muerte de seis de ellos, se movilizaron en Tel Aviv y cortaron la autopista Ayalon. La manifestación, de hasta 700 mil personas según los convocantes, fue recibida por represión policial.
La huelga de hoy fue convocada por la principal central sindical de Israel, el Histadrut. El reclamo único es que el gobierno detenga la agresión permanente y llegue a un acuerdo con Hamas para la recuperación de los rehenes.
Israel extiende la masacre a Cisjordania
Mientras tanto, el gobierno sionista no solamente sostiene la masacre en Gaza, donde ya asesinó a más de 40 mil palestinos, sino que la extiende a Cisjordania. Separada de Gaza por territorio ocupado por Israel, Cisjordania es gobernada por la Autoridad Nacional Palestina, no por Hamas. Los recientes ataques ya mataron hasta a 24 personas.
El centro de los ataques fue la ciudad de Jenín. Allí, vienen asediando dos hospitales, que tuvieron que paralizar algunos tratamientos por la agresión militar genocida. Mientras tanto, las masacres en Gaza, donde viven 2,4 millones de palestinos, continúan diariamente. Netanyahu no parece querer detenerse hasta convertir Palestina en la tumba a cielo abierto más grande del mundo.