“La simple caza de la riqueza no es el destino final de la humanidad, a lo menos si el progreso ha de ser la ley del porvenir como lo ha sido en el pasado. El tiempo transcurrido desde el advenimiento de la civilización no es más que una fracción ínfima de la existencia pasada de la humanidad, una fracción ínfima de las épocas por venir. La disolución de la sociedad se yergue amenazadora ante nosotros, como el término de una carrera histórica cuya única meta es la riqueza, porque semejante carrera encierra los elementos de su propia ruina. La democracia en la administración, la fraternidad en la sociedad, la igualdad de derechos y la instrucción general, inaugurarán la próxima etapa superior de la sociedad, para la cual laboran constantemente la experiencia, la razón y la ciencia. Será un renacimiento de la libertad, la igualdad y la fraternidad de la antigua gens, pero bajo una forma superior”
Morgan, La sociedad antigua, citado por Engels al finalizar El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado [1]
El trabajo que publicamos a continuación fue creciendo a medida que lo realizábamos. Arrancamos con un objetivo más modesto pero a medida que nos fuimos internando en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Con motivo de las investigaciones de Lewis H. Morgan, fuimos tomando nota de toda su riqueza, amén del grosor de la reflexión antropológica de Marx y Engels en los últimos años de vida del primero[2].
Dado el crecimiento de la tarea en la cual nos fuimos introduciendo nos vimos obligados a recurrir a connotados antropólogos y eruditos marxistas como Vere Gordon Childe, Lawrence Krader, Hal Draper, Chris Harman, Marvin Harris, Maurice Godelier, Vidal-Naquet, John Bellamy Foster, Stephen JayGould, Kevin Anderson e, incluso, la gran Rosa Luxemburgo, etcétera, para que nos guíen, críticamente, por este estudio.
Sucede que si la acumulación de la investigación –luego de que Marx anotara sus Cuadernos etnológicos sobre Morgan y otros antropólogos de su época y Engels escribiera El origen de la familia–ha sido inmensa, el texto engelsiano sigue siendo de una riqueza e inspiración inauditas (al menos para nuestra forma de ver).
En esta tarea hemos revisado otros textos marxistas que abordan las cuestiones relativas a los orígenes de la sociedad humana, pero ninguno de la manera sistemática con la cual hemos tratado de hacerlo con El origen de la familia. Por lo demás, no hemos podido todavía estudiar los apuntes etnológicos de Marx, aunque sí las notas al respecto publicadas por Krader. Y también hemos estudiado la obra de Kevin Anderson, Marx at margins. On nationalism, ethnicity and non-western societies (2010), que estudia la otra mitad de los apuntes etnológicos de Marx que no pudieron ser revisados por Krader en 1972.
Como parte de la ambiciosa empresa de la publicación de las obras completas de Marx y Engels, el MEGA2, están por publicarse el conjunto de los apuntes etnológicos de Marx. Kevin Anderson se mantiene al tanto del grupo de marxólogos que están ocupándose de la tarea, razón por la cual accedió a textos que todavía permanecen inéditos o estarían a punto de publicarse en alemán y de ahí, también, que tenga valor su opinión sobre Los cuadernos etnológicos publicados por Krader señalando que los mismos “creaban un nuevo terreno para lo que era ya para esa época un viejo debate”[3].
La antropología es un vasto campo en el cual sólo hemos podido introducirnos en una pequeña porción. Un campo muy amplio con varios ángulos de mira, del cual el que nos preocupa aquí es la “mirada de la antropología marxista”, lo que no quiere decir reducirnos al ángulo económico de la cuestión.
En este ensayo sobre todo nos preocupa abordar los problemas vinculados con la organización socio-política, los problemas vinculados a la propiedad y las cuestiones relacionadas con la emancipación humana, más que los ángulos de la “antropología psicológica” por así llamarla, que también ha tenido inmensos desarrollos.
De los textos de Marx y Engels hemos revisado varios, pero ninguno con la dedicación La comunidad primitiva como institución universal de El origen de la familia, el motivo específico de este trabajo. Una verdadera joyita más allá de sus inevitables limitaciones en materia de la investigación posterior, evidentemente.
En todo caso, “regamos” este ensayo con referencias a otros textos marxistas, algunas veces de manera directa y otras por intermedio de los autores que nos han servido de guía aquí.
Si nos hemos sumergido en esta investigación no es sólo por una deuda que teníamos con este texto de Engels[4], no sólo en homenaje a él (homenaje que nos debíamos luego de escribir un pequeño ensayo sobre Marx) sino, sobre todo, para detectar en la historia de la humanidad aquellos elementos o potencialidades que adelantan la perspectiva de la emancipación humana (algo que Krader subraya que era el objetivo de Marx en sus apuntes sobre el tema).
Bucear –hasta donde nos fue posible en este corto y limitado texto–cómo la humanidad se hizo a sí misma: cómo fue el pasaje de la naturaleza a la cultura y el papel que, como subrayó Engels clásicamente, le cupo al trabajo en esta autoelevación humana monumental, además de estudiar las formas históricas de la propiedad y otras problemáticas.
Sin más, pasemos a nuestro trabajo.
Segunda edición corregida y ampliada en noviembre 2020. Agreguemos, de paso, que todas las negritas del texto son nuestras y que no hemos verificado la traducción de las citas de su idioma original.
[1] “Una idea básica de Morgan era que su civilización contemporánea dependía demasiado de la propiedad y que la mera aspiración a esta no puede ser la última razón de la humanidad. La fase caracterizada por la propiedad será breve. Sus efectos sobre el espíritu humano son destructivos, pero pueden ser superados. Antes de este nivel de la civilización, en que dominan propiedad e individualismo, la humanidad vivía, según creía Morgan, en comunidades que eran fraternales y democráticas” (Krader; 1988; 17).
[2] Engels escribió El origen de la familia en “cumplimiento de un testamento”: la obra que Marx parecía proyectar en sus cuadernos etnográficos y no llegó a escribir. Un ensayo cuyo título parece inspirarse en Darwin (El origen de las especies) y que a la vez es una suerte de homenaje a la investigación realizada por el antropólogo norteamericano Lewis Morgan, La sociedad antigua, obra que a pesar de sus limitaciones en materia histórica sigue siendo en varios aspectos una referencia hasta hoy.
[3] Anderson señala que hasta que no se conoció la publicación de Krader no se tenía conciencia de cuan completas eran las notas de Marx sobre Morgan, prácticamente de la misma extensión que El origen de la familia: “Krader puntualizó algo acerca de lo que Engels parecía no haber tomado nota en su libro: la posibilidad de que Marx en sus notas de 1880/82 estuviera preocupado no tanto con los orígenes de la jerarquías sociales en un pasado distante, sino con las relaciones sociales en las sociedades contemporáneas bajo el impacto de la globalización capitalista” (Anderson; 2010; 201).
[4]Hal Draper tiene toda la razón cuando destaca la bella manera de escribir de Engels, que nos remite, en cierta forma, a Trotsky, otro de los grandes maestros del marxismo revolucionario que escribía de manera agradable.