En un paso más en su ofensiva reaccionaria contra la comunidad LGBTIQ en Hungría (que sigue la línea adoptada por Trump en EEUU), el gobierno ultraderechista de Víktor Orbán hizo votar una ley que prohíbe la Marcha del Orgullo LGBTIQ. Estas Marchas son cada vez más masivas y se realizan en Budapest hace ya 30 años.
En el día de hoy, con la amplia mayoría parlamentaria de la alianza Fidesz (conformada por el partido de Orbán y los Demócratas Cristianos) se impuso esta Ley reaccionaria que busca restaurar los valores de la familia tradicional y “proteger a la infancia” de la “promoción de la homosexualidad”, según intentaron justificaron desde el gobierno. Este nuevo ataque se suma a la prohibición de adoptar para las parejas diversas y a la imposibilidad de que las personas trans puedan ser reconocidas legalmente en el territorio húngaro.
Desde la oposición (Coalición Unidos) acusan a Orbán de buscar en la comunidad LGBTIQ un “chivo expiatorio” para distraer a la opinión pública de la crisis inflacionaria, las denuncias de corrupción y la estrepitosa caída de Fidesz en la expectiva de votos de cara a las próximas elecciones. Por su parte, desde la organización de la Marcha Orgullo Budapest, ratificaron que van a marchar el próximo 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGBTIQ pese al amedrentamiento y las represalias de multas previstas por la nueva Ley para quienes marchen.
Algunas organizaciones ya se manifestaron públicamente diciendo que “Esto no es protección de la infancia, es fascismo. Y es un paso más en la fascistización de la sociedad”. Estas organizaciones cuentan con el apoyo de muchas personas que van a marchar en solidaridad, y con varios referentes de la Unión Europea que repudian la ley homo-lesbo-trans odiante de Orbán y exigen represalias internacionales contra el Estado húngaro, como es el caso de Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo español.
Desde el Nuevo MAS y Las Rojas, repudiamos la ley homo-odiante de Orbán y nos solidarizamos con la comunidad LGBTIQ y sus organizaciones. Sabemos que los planes de los Trump, los Putin, los Orbán o su amigo argentino Javier Milei, son planes retrógrados que quieren restaurar la familia tradicional, el binarismo, la “heterosexualidad compulsiva” como la única legítima.
Sabemos que junto a esta ofensiva “familiarista”, los gobiernos capitalistas buscan hacernos retroceder en las libertades sexo-afectivas y en los avances para los géneros y nuevas identidades que conquistamos en los últimos años. Pero también sabemos que ésta es una pelea que está abierta porque hay un movimiento feminista y de diversidad sexual dispuesto a luchar y a derrotar estos embates fascistas. Esta pelea cuenta además con el apoyo de sectores amplios del pueblo trabajador y con la solidaridad de la comunidad internacional. Y por último, como comunidad LGBTIQ sabemos que desde los sucesos de Stonewall en los ´70, salimos del closet para tomar las calles y marchar, y que desde entonces ¡al closet no volvemos nunca más!
