
En una provincia marcada por una desigualdad apabullante, los nombres de los candidatos de los partidos tradicionales no tienen nada para ofrecer, pero si mucho para mostrar en términos de componendas a espaldas de cualquier interés para la clase trabajadora.
Todo indica que Sáenz se encamina a la reelección, dado que logró consolidar una amplia alianza con tres frentes que tributan a su candidatura a gobernador. Saenz, ligado directamente al Ministro de Economía Sergio Massa, viene llevando adelante un fuerte ajuste en la provincia, profundizando todas las carencias estructurales existentes: problemas con el abastecimiento de agua, tarifazos en los servicios eléctricos, entrega de los recursos naturales a las multinacionales del litio, entre otras. Además, puso un pie un “protocolo antiprotesta” profundamente represivo, a pedido exclusivo de la Sociedad Rural.
Por otro lado, Juntos por el Cambio no se presenta como tal, ya que el PRO presentará lista propia. Denuncia que la UCR incorporó en la alianza al Frente Plural de Matías Posadas, funcionario del propio Sáenz.
Pero el escándalo mayúsculo es el de “Avancemos”, un engendro conformado por el diputado nacional kirchnerista Emiliano Estrada, junto a Carlos Zapata de Ahora Patria, la fuerza más derechista del ex-JxC, referenciado en la provincia en Carlos Olmedo y a nivel nacional en ¡Javier Milei!
Nada es esperable de “políticos” que suben y bajan las banderas, o pasan de bando en bando, de acuerdo a sus intereses particulares; con el solo objetivo de conseguir cargos y prebendas. Es un mecanismo que tiende a generar un profundo rechazo en la población, que despolitiza y tiende a la desafección política, un fenómeno enormemente regresivo.
Pero si había que sumar algo más, el último condimento lo agregó el FIT-U, quien no se conformó con el aprovechamiento que hizo la burguesía de la ruptura del Partido Obrero años atrás para desacreditar a la izquierda como fuerza política, sino que ahora le dio pasto para un nuevo escándalo.
FIT-U: un laboratorio de futuros Huergas
Desde nuestra organización hicimos un llamado unitario el 2 de marzo donde decíamos “creemos que es necesario impulsar la unidad de la izquierda independiente y el activismo que está en las luchas, también en el plano electoral para ofrecer una alternativa anticapitalista a los problemas de la provincia, contra las distintas variantes capitalistas que tras décadas de gestión son incapaces de sacar a la provincia de su situación de atraso y crisis, y resolver los problemas de la población trabajadora. Llamamos al FIT-U y a Política Obrera a poner manos a la obra para construir esta salida. Lamentablemente, el FIT-U se ha negado recientemente a establecer acuerdos con nuestro partido en las provincias de Rio Negro y Neuquén”. Nuevamente, Salta no fue la excepción. El FIT-U, enfrascado en sus discusiones, no sólo no contestó nuestro llamado, sino que acaba de protagonizar un bochorno de proporciones.
El meollo de la cuestión es el “affaire Huerga”, un concejal de Orán, que ingresó como parte de Política Obrera en 2021, y que, luego de pactar con los partidos tradicionales de la provincia, aceptó presidir por algunos meses el Consejo Deliberante de la ciudad. La actividad parlamentaria de las corrientes revolucionarias está llena de presiones sociales, por lo cual debe actuar bajo algunos parámetros claros: vamos a las instituciones del régimen de la burguesía, con el objetivo de educar políticamente a la clase obrera. No tenemos ninguna confianza en los cuerpos parlamentarios, pero nos apoyamos en la movilización obrera y popular para intentar conseguir conquistas sociales que mejoren la vida de las masas, aunque esto sea muchas veces excepcional. Denunciamos de manera principista los enchastres y enjuagues de los políticos del régimen.Y ligado a esto, su principal fuerza motriz no se encuentra dentro de las instituciones, sino fuera de ellas. La intervención dentro y fuera del Parlamento es para conseguir que la clase obrera confíe solo en sus propias fuerzas, de manera de constituirse en un sujeto político independiente. De ahí que la posibilidad de encabezar un cuerpo parlamentario del régimen burgués, es un problema de principios, que pone a los socialistas en la posición de hacerse responsable por una institución que no es de los trabajadores.
Está claro que ninguno de estos parámetros funcionó en el caso Huerga. Con la excusa de “conquistar espacios de poder”, entró en acuerdos con los partidos del régimen, una ruptura total con los principios de independencia de clase. Política Obrera llamó a que renuncie, a lo cual Huerga se negó -un elemento de arribismo político- y fue expulsado, -quedándose de cualquier manera con la bancada-; solamente para que poco tiempo después el MST fuera en su auxilio, sin hacer una mínima mención a esta actitud completamente reprobable. En un punto, luego de abrazarse con De Angelis e ir en listas comunes con Luis Juez, lo de Huerga es casi una travesura de niños.
Cuestión que alrededor de esto se abrió una discusión de criterios “real” en el FIT-U salteño. O eso nos quisieron hacer creer. Luego de semanas donde el Partido Obrero se dedicó a impugnar la candidatura de Huerga, llamando a una autocrítica real, a un compromiso por escrito, y bla bla bla… minutos antes del cierre de las alianzas borró con el codo los litros de tinta que escribió con la mano -suscribieron un acta entre 4 paredes-, a cambio de la candidatura a gobernador de Claudio Del Plá. “Mi reino por un caballo”, podría suscribir el PO. El MST no sólo consiguió que Huerga sea el candidato a intendente de Orán, sino que el resto de los términos del acuerdo le son claramente favorables: encabeza la lista de diputados por Salta Capital y la Intendencia, además de tener un mayor tiempo de rotación en el caso que se obtengan legisladores y concejales. “Logramos una lista unitaria y que no haya proscripciones”, casi que se burla en su comunicado.
Más allá de esto, es impactante la nula relación del comunicado con algún hecho vinculado a la lucha de clases o la situación de la provincia. A lo más que llegan, es a decir “esperamos tener nuevos legisladores y concejales de izquierda”.Solo se puede esperar que se incuben nuevos “Huergas”.
Por su parte, el PTS, al que no se le escuchó decir una palabra sobre esta situación durante meses, decidió a último momento no suscribir el acuerdo. Si bien es una posición correcta, no está claro a razón de que viene: si efectivamente es la situación Huerga, o una disputa de cargos no satisfechos, dado que de lo que sí habló el PTS fue de su pretensión de encabezar la candidatura a Intendente por la Capital. El día después sacó un extenso artículo con las diatribas habidas y por haber… pero ¡el día después! ¿A qué se debe la incapacidad de procesar un debate tan importante de manera pública para ayudar a clarificar a los trabajadores?
De esta manera, se irían a unas elecciones provinciales donde van a haber 4 listas de izquierda: el FIT-U (en su versión mini), el PTS, Política Obrera, y el Nuevo MAS.
Digamos aquí también que Política Obrera se negó a repetir el frente electoral que realizamos hace dos años, con argumentos poco claros, más parecidos a chismes de señora de barrio que a una organización política. No los podemos reproducir aquí, porque lamentablemente los compañeros no han escrito nada al respecto.
Esta crisis de la izquierda en Salta, pone en juego profundos problemas políticos y estratégicos, de los cuales nadie parece intentar avanzar en sacar alguna conclusión. Luego del éxito electoral obtenido años atrás, encabezado por el Partido Obrero (todavía unificado), al que denominó, de manera completamente desproporcionada como “Salta la trotska”, la izquierda viene en una involución constante. Teorizaciones fuera de proporciones, “crisis de régimen” en todos los rincones y “acontecimientos revolucionarios”, disociaban un fenómeno electoral progresivo de una orgánica que no se correspondía; lo que dejó terreno para el ataque de la burguesía a algo que, en su justa medida, podría haberse constituido en un punto de apoyo muy importante para la izquierda a nivel más general.
Como consecuencia de esto, se generaron unas expectativas en la población que, abordadas sin ningún contrapeso, no fueron satisfechas, posibilitando la desmoralización y el retiro del apoyo a la izquierda, que pasa a ser vista “como si no cumpliera”. La práctica oportunista de generar expectativas sin más, digámoslo, es común a todo el FIT-U (“somos la tercera fuerza nacional”), poniendo como el alfa y omega de la actividad política el papel de los parlamentarios, y obnubilando que en realidad su tarea es auxiliar: deben ser una palanca para la movilización extraparlamentaria.
Nuestra organización, que se presenta por segunda vez en la provincia, tiene como objetivo clarificar las tareas de la izquierda, en la coyuntura, pero también de manera estratégica. Hay que renovar la izquierda y desarrollar una campaña anticapitalista amparada en los profundos problemas que expresa la provincia, para constituirla como una fuerza política y social de peso, que enfrente a las oligarquías y sus políticos que mantiene a Salta en el atraso más brutal.
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