En notas anteriores abordamos a fondo la situación en Haití. La violencia provocada por las pandillas sigue en aumento. En 2024, por ejemplo, alrededor de 5.600 personas fueron asesinadas, 1.424 personas fueron secuestradas y unas 60 mil personas perdieron su hogar en un mes, según la ONU.
Hace seis meses se desplegó en el país una “misión” de intervención imperialista financiada por Estados Unidos y liderada por tropas militares de Kenia. Como era de esperar, dicha intervención no logró garantizar una desescalada de la violencia, por el contrario, se calcula que el 85% de la capital, Puerto Príncipe, sigue tomada por los grupos criminales.
Frente a la escalada de violencia hace unas semanas estalló una jornada de movilizaciones en la capital, con varias marchas hacia edificios del gobierno. Las personas que se manifestaron exigían medidas para detener la violencia provocada por las pandillas.
La protesta mezcló la participación de habitantes de los barrios afectados por la violencia y de quienes viven en campamentos (es decir, que se vieron obligadas a desplazarse).
El gobierno de transición haitiano de Fritz Alphonse Jean, lanzó un despliegue represivo con gases lacrimógenos en contra de la manifestación, la cual dejó, al menos, dos personas heridas.
Posterior a la represión, la solución ofrecida por el gobierno fue brindarle más presupuesto a las fuerzas represivas. O sea, destinar más recursos para reprimir futuras movilizaciones.
Es preciso recordar que esta protesta se da: 1) luego de que en el 2021 ocurriese el magnicidio de Jovenel Moise y, en su lugar, asumiera como presidente de facto Ariel Henry; 2) a un año de que en Jamaica diferentes sectores políticos y del imperialismo destituyeran a Henry; y 3) con esa destitución entró en función un gobierno de transición para intentar estabilizar el país que, actualmente, está presidido por Alphonse Jean.
Sin embargo, a un año de aquel momento, dicho acuerdo para la “estabilización” del país resultó fallido y la cohesión del mismo se está desgastando. Este gobierno de transición cuenta con el apoyo de la Comunidad del Caribe (Caricom), quienes crearon el Consejo Presidencial de Transición (CPT) en marzo del año pasado; sin embargo, el mismo se desgastó por escándalos de corrupción.
Así, desde 2021 hasta la fecha, en el país caribeño no se dió ningún proceso electoral. El gobierno de estabilización también tenía entre sus objetivos lograr que en febrero del 2026 hubiese un periodo electoral… cuestión que aún no existe claridad sobre su posible realización.
Al otro lado de la frontera: las movilizaciones nacionalistas
Al otro lado de la frontera, en República Dominicana, el grupo nacionalista Antigua Orden Dominicana (AOD) protagonizó una violenta jornada de protestas nacionalistas -y racistas- contra las personas refugiadas haitianas hace unas semanas. El despliegue reaccionario entró al barrio Hoyo de Friusa, en el cual se concentra gran parte de la comunidad haitiana.
Las protestas se dieron en medio de la ofensiva anti-migrantes del gobierno de Abinader, en República Dominicana. En medio de la primera gira del Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, enfatizó su perfil anti-migrante con la propuesta de construir un muro entre Haití y República Dominicana, además de presentar un plan para expulsar a 10 mil personas haitianas por semana y militarizar aún más la frontera.
Durante el mes de enero del 2025, el gobierno de Abinader puso en práctica el “plan ampliado de interdicción y contención de extranjeros” y expulsó a 14.633 personas haitianas, es decir, 975 por día. Así, el gobierno dominicano ayuda a incrementar los discursos nacionalistas y racistas contra la población haitiana.
El grupo AOD amenaza con convocar un “paro nacional” si no se incrementan las políticas para “reafirmar la dominicanidad”; en otras palabras, para incrementar la expulsión de personas refugiadas haitianas.